En los primeros cuatro años del sexenio del Presidente Enrique Peña, el ingreso para los más pobres aumentó a 10 pesos diarios, mientras que para los hogares más ricos fue el equivalente a 100 pesos, reveló el informe “México justo: políticas públicas contra la desigualdad”, realizado por la organización Oxfam.
Los incrementos en el ingreso para el 10 por ciento más pobre permiten únicamente comprar dos boletos de metro más al día, medio kilo de tortillas o un litro de leche Liconsa. En contraste, para el 10 por ciento más rico, este incremento alcanzaría para dos boletos más para ir al cine o un café frapuccino.
Si la tendencia observada en los ingresos de 2014 a 2016 se mantuviera tomaría 120 años comenzar a reducir la diferencia monetaria entre los más pobres y los más ricos, advirtió Oxfam.
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Ciudad de México, 24 de enero (SinEmbargo).– En los primeros cuatro años del sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto el ingreso promedio nominal del 10 por ciento más pobre del país aumentó en 15.2 por ciento y para el 10 por ciento más rico en un 5.92 por ciento, sin embargo, la brecha entre estos grupos es tal, que el crecimiento de los más pobres es de 10 pesos diarios, mientras que para los hogares más ricos equivale a 100 pesos.
De acuerdo con el informe “México justo: políticas públicas contra la desigualdad”, realizado por la organización Oxfam, los incrementos en el ingreso para el 10 por ciento más pobre permiten únicamente comprar dos boletos de metro más al día (10 pesos), medio kilo de tortillas o un litro de leche Liconsa (que con subsidio cuesta 5.50 pesos).
En contraste, para el 10 por ciento más rico, este incremento alcanzaría para dos boletos más para ir al cine (92 pesos), más de una comida corrida completa en la Ciudad de México (que cuesta 70 pesos en promedio), o un café frapuccino (aproximadamente 65 pesos).
Oxfam detalló que estos datos muestran que el ingreso promedio del decil I (el 10 por ciento más pobre) es tan bajo, que no puede detonar desarrollo de capacidades.
Con base en los datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH 2016), la mayor parte del gasto de los hogares más pobres se destina a cubrir necesidades básicas, es decir, a sobrevivir.
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La situación de los hogares más ricos es sin duda distinta, destacó el informe. “Entre 2014 y 2016, la desigualdad relativa disminuyó y la absoluta aumentó”.
El documento de Oxfam señaló que aunque el ingreso de los más pobres creció a más del doble del ritmo que el de los más ricos (8.46 por ciento y 4.07 por ciento, respectivamente) la diferencia monetaria absoluta entre el 10 por ciento más rico y el 10 por ciento más pobre aumentó de 148 mil 237 a 154 mil 001 pesos.
“Si la tendencia observada en los ingresos de 2014 a 2016 se mantuviera, tomaría 120 años comenzar a reducir la diferencia monetaria entre los más pobres y los más ricos”, reveló el informe.
MEXICANOS PERCIBEN MÁS DESIGUALDAD
Oxfam no sólo abordó el tema de la desigualdad desde un punto de vista estadístico y académico, también lo hizo desde la manera en que la gente la percibe.
La organización realizó una encuesta vía internet para determinar cómo percibe la gente la desigualdad y las políticas redistributivas. Dicha encuesta cubrió a todos los grupos divididos por edades, niveles socioeconómicos, y regiones del país.
De acuerdo con los resultados de la encuesta, el 94 porcino de los mexicanos considera que las diferencias de ingreso entre ricos y pobres son muy grandes; el 70 por ciento cree que las causas de la pobreza se deben a factores fuera de control del individuo, ya sea por provenir de una familia sin educación o pobre, o por haber crecido en un entorno adverso.
Alrededor del 65 por ciento cree que la causa de la riqueza de una persona se debe a esquemas injustos, ya sea por corrupción, contactos privilegiados o poder.
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Los mexicanos entrevistados no creen que el actual sistema premie el esfuerzo: sólo uno de cada diez contestó que trabajar duro permite tener riqueza. Adicionalmente, a la pregunta expresa de si la gente puede aumentar sus ingresos por trabajo duro, 76 por ciento consideró que es difícil lograrlo de esa manera.
En cuanto a la responsabilidad del Gobierno para reducir las diferencias de ingreso entre ricos y pobres, el 68 por ciento está de acuerdo en que es su obligación.
También consideran que las tres acciones más importantes que debiera adoptar el gobierno para reducir la desigualdad son combatir la corrupción, incrementar el salario mínimo y proveer servicios como educación y salud de manera pública, gratuita y de calidad.
Adicionalmente, seis de cada 10 mexicanos apoya la política de incrementar los impuestos al 1 por ciento de la población más rica de México.
De acuerdo con el documento, las brechas entre ricos y pobres son tan marcadas, que en el país vive el hombre más rico de América Latina, Carlos Slim, junto con más de 50 millones de personas pobres.