Diversos estudios señalan que comer picante de forma regular tiene efectos sumamente positivos para nuestra salud: el pimiento picante, los chiles o las guindillas son buenas para la pérdida de grasa y además, alargan la vida.
Por Andrea Núñez-Torrón Stock
Ciudad de México, 19 enero (TICbeat/SinEmbargo).- Aunque en los climas fríos y templados el uso del picante es mucho menos común que en las culturas gastronómicas de diversos países latinoamericanos, asiáticos o africanos, hoy hemos venido a subrayar las bondades de las guindillas como condimento esencial de tus platos. Y no nos referimos al sabor, sino a las múltiples ventajas que su ingesta acarrea para tu salud. Para ello, deberías consumirlo entre dos y cinco veces por semana.
La razón de que el ser humano goce con la comida picante ha sido un misterio estudiado por la ciencia, ya que somos el único animal que disfruta alimentándose con ella. El ingrediente por el que pican el pimiento picante, el chile o la guindillase trata de la capsaicina, una sustancia irritante producida por las plantas y que genera sensación de ardor en nuestra lengua. El picante nos gusta porque se ponen en funcionamiento los sistemas de dolor y placer, algo que también sucede cuando subimos a una montaña rusa, practicamos puenting o vemos una película de miedo. Pertenece a las actividades categorizadas como “benignamente masoquistas” por el doctor Rozin.
Ahora, diversos estudios subrayan el poder del picante. Un reciente estudio poblacional elaborado por la universidad de Harvard con casi medio millón de personas se constató que ingerir comida picante con frecuencia, eliminando factores como el consumo de tabaco y bebidas alcohólicas, reducía la mortalidad en un 14 por ciento, incluyendo causas como las enfermedades cardiovasculares y respiratorias, además del cáncer. En lo tocante a esta última, un experimento llevado a cabo con ratones demostró que la capsaicina inhibe el crecimiento de los tumores de cáncer de próstata en un 80 por ciento, sin afectar a las células sanas.
Además, este ingrediente causante del picor reduce la apoptosis -muerte celular programada- en muchos tipos de líneas celulares malignas, incluyendo el adenocarcinoma de colon, el cáncer de páncreas, el carcinoma hepatocelular, el cáncer de próstata, el cáncer de mama y otros. El motivo del mecanismo de protección de la capsacina contra el cáncer es que ataca a la membrana de la célula cancerosa, como reveló un laboratorio indio recientemente.
Otra de las ventajas del picante es la pérdida de grasa: un experimento entre personas que recortaron las calorías de su dieta en un 20 por ciento demostró que aquellas que ingirieron una dosis de 2.56 miligramos de capsaicina -que equivale a un gramo de chile en polvo- perdieron más grasa. Además, tiene efecto antiinflamatorio.