Que se vaya Donald Trump y que gane Marichuy son los deseos más pedidos para los Reyes Magos de nuestros escritores. Algún zapato de Prada, una lata de lichis en almíbar y un chorizo de Pamplona, entre los pedidos personales frecuentes. Aquí empieza el año, que sea mejor, sin terremoto claro, en el 2018.
Ciudad de México, 6 de enero (SinEmbargo).- “En casa de republicanos nunca quisimos a los Reyes, pero le pregunto a Paco”, contesta Marina Taibo, en este ejercicio de saber qué piden los escritores para sí mismos, para México, para el mundo.
Contesta Paco Ignacio Taibo II: “Mi profunda desconfianza en que ningún monarca, por mago que sea ande regalando cosas, me hizo hacerme mi propio regalo de navidad, una canasta con libros (entre ellos una novela a Alan Furst que hace tiempo estaba buscando), dos cómics de Joe Sacco, dos películas en DVD (la antología de Billy Jack), una lata de lichis en almíbar y un chorizo de Pamplona”.
“Para el país: dedicarle más horas en el futuro a ver si nos libramos de una vez y para siempre de demonios priistas, panistas y perredistas. Para el mundo, no lo sé, me queda cada más grande, más inexplicable”, agrega.
¿Inexplicable? Vaya si no tiene explicación ese mundo que se ve desde Black Mirror y ya no sorprende tanto como en la primera temporada de la serie. Un universo cargado de símbolos y maneras, pero falto de sustancia, de verdad.
“Mi cartita al Niño Dios (ojalá no la intercepte el Niño Odioso)”, clama la poeta Julia Santibáñez que, muy dedicada, pidió para cada uno de los ítems.
“Para mí: una caja de lápices con doble goma de borrar, un buen champú contra la caída del pelo y tres versos que mataría por haber escrito (de preferencia y si es posible, que los haya escrito yo).
Para el país: una dosis del mejor humor negro judío (tipo Lenny Bruce), que sabe reírse de sí mismo y no se ofende; un hígado nuevo previo a las elecciones y otro nuevo, después de las mismas; unos días en un mundo de ciencia ficción, sin violencia ni canon literario.
Para el mundo: una lluvia de estrellas cada mes, el Nobel para Nicanor Parra, la inexplicable sustitución del Mundial de Futbol por un Mundial de Vuelos en Globo”, dijo la autora de Eros una vez. Nosotros lo leímos cruzando los dedos, por eso de que el 2018 es el año del mundial y nos tocará debutar con Alemania: ¿hay Reyes Magos para eso?
Desde Los Mochis, la poeta y promotora cultural Ernestina Yepis pide “un deseo personal que es no tener deseos, pero si algo hay que desear deseo que la poesía nos toque a todos”.
Este año también hay elecciones en México. Los próximos Reyes Magos tendremos nuevo presidente y que dice Ernestina: “ que Andrés Manuel López Obrador sea el próximo presidente de México y como gobierno combata, verdaderamente, la corrupción que vuelve inhóspito este país”.
“Que los ricos del mundo sean cada vez menos ricos y los pobres menos pobres”, agrega.
Más cordial y más en confianza, el ilustrador Daniel Camacho se dirigió a los Reyes de forma directa y les dijo más o menos así:
“Yo quiero pedirles para el Mundo que lleven a Trump a un manicomio.
Quiero pedir para mi querido México, que es un mosaico multicolor en donde veo una pobreza que lastima frente a una riqueza que ofende la construcción de un Estado de Bienestar. Mejor salud, educación de calidad, salarios dignos, vamos pues, un Estado Social. Libertad, inteligencia y sabiduría en nuestra vida cotidiana y en la Urna.
Y para mí, tener más creatividad, ingenio y humor para dibujar cartones, ja. Y si pueden un amor en esta vida, que en la otra ya tengo uno amor esperándome”.
UNA RELACIÓN PRAGMÁTICA CON LOS REYES MAGOS
“Mi relación con los Reyes Magos ha sido de sano pragmatismo y tenemos un pacto bilateral de no agresión religiosa. Desde niño ellos me traen regalos y yo no los acuso de no existir”, dice Jaime Mesa, quien en 2017 ha sacado la novela La mujer inexistente, de gran aceptación entre críticos y lectores.
“¿Mis mejores regalos? Un monstruo Rancor de Star Wars y un Tupperware rectangular verde que contenía plastilina, pegamento, palitos de madera y demás, una vez en que las vacas estaban flacas. No hay petición universal que funcione. Es decir, que funcione a corto plazo. El campo de fuerza de los Reyes Magos es reducido y pedir cosas como la paz mundial, la repartición de la riqueza, el empeño para que cada quien haga lo que le plazca en tanto no lastime a un tercero es un sueño vano. No pasará si lo pedimos como regalo. Sin embargo, además de los esfuerzos individuales, continuos y generales, voy con mis peticiones:
Para el mundo: Tolerancia para que no haya guerra nuclear.
Para México: Lucidez para que desmantelen la torpe idea del aeropuerto nuevo y lo lleven a otro estado.
Para mí: Empeño para que se vayan los que destruyeron la cultura en Puebla o un Halcón Milenario edición conmemorativa.
Y si todo eso falla, podría pedir: “Paciencia, prudencia, verbal contingencia, presencia o ausencia según conveniencia”.
Un mundo libre de Trumps pide la escritora Magali Velasco, desde Xalapa City: “6 kilos menos de estrés y miedos y un kilo de más de prudencia. Deseo para México la extinción de los corruptos sin escrúpulos. Deseo un mundo libre de Trumps”. Su esposo, el escritor César Silva, es todavía más explícito: “Un deseo personal: volar y ser como Sherlock Holmes; un deseo para el país: mejor justicia aunque me arrastre hacia ella. Un deseo para el mundo: mejor carne asada para todos o vegetales asados o ambos”.
UN AÑO DIFÍCIL EL 2017
2017 ha sido un año difícil, con terremoto incluido y todo. Nos quedamos preocupados por la situación que vive nuestro país en todos los ámbitos, inflación, depreciación/devaluación, bajo nivel de crecimiento del PIB, violencia incontrolable, asaltos, secuestros, asesinatos, 2017 será el año más violento de los últimos diez años. Con los políticos sigue la corrupción e impunidad rampante, un escándalo tapando otro, de los pocos que han sido apresados la PGR no ha recuperado un solo peso de los miles, si miles de millones de pesos que saquearon de las arcas públicas. Como sociedad nos encontramos en lo general paralizados o por lo menos con poca capacidad de reacción. Llega el 2018 año electoral ¿podremos como sociedad alcanzar un poco de madurez para sacudirnos al PRI? ¿Podremos encontrar los mecanismos para deshacernos de la clase política corrupta? ¿Seremos capaces de avanzar en la construcción de un país mejor?
Muchas preguntas para el 2018. Pide el joven escritor Iván Farías: “Un pedido personal: Que no se me acaben las ideas. Sin historias esta vida sería muy triste. Para el país, un mucho de civilidad, de pensar en el otro y no el puro beneficio personal. Y para el mundo, lo mismo, pero enfocado en cuidar a la naturaleza”.
¿La naturaleza? Mientras Donald Trump descree del calentamiento global, el 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua y el último domingo de mayo el Día Mundial del Árbol.
“Para mí pido tiempo para hacer lo que necesito hacer, para el país que tomemos una decisión nueva políticamente hablando y para el mundo dos grados menos de calentamiento global”, pide el escritor Antonio Ramos Revillas.
PETICIONES A LOS REYES MAGOS
“Mi hermano César es 6 años menor que yo. Recuerdo que un 5 de enero estábamos jugando y, sin querer, descubrí los juguetes que esa noche aparecerían debajo del árbol de Navidad. Le dije a César que no fuera para ese sitio, que cambiaríamos las reglas del juego. Yo descubrí que los Reyes Magos no existen –son los papás- pero logré preservar la ilusión de mi hermano un tiempo más. Ahora, aunque estas peticiones sean bastante “adultas”, no les falta aquella chispa de la ilusión infantil.
Para el mundo: Esperanza. Que vivamos en un mundo con mayor igualdad económica, que no haya más ataques terroristas, que la gente pueda vivir sin miedo.
Para el país: Que el próximo año los ciudadanos y las ciudadanas podamos llevar a nuestro país en el camino correcto. Que no nos aplasten las campañas electorales. Que se piense seriamente en la legalización de las drogas como un paso para detener el narcotráfico.
En lo personal: Editar y leer más libros. Que haya muchos proyectos creativos, que nos esperen muchas sorpresas editoriales este año. Que el 2018 se dé esa magia que hace que un libro sobresalga de entre los demás”.
Son los deseos de Gabriela Lara, Directora del Programa Editorial de la Universidad Autónoma del Estado de México.
Alejandro Espinoza, escritor de Mexicali: Para mí: Horas adicionales a las 24 rigurosas del día, así como superpoderes de concentración y genialidad, pera terminar el Pequeño Gran libro de las destrucciones menores
Para mi país, deseo sensatez, ciudadanía y un sentido real de democracia. También deseo una expansión a las instalaciones de las Islas Marías, para acomodar a las gárgolas y jabalíes que tienen a la sociedad en ruinas.
Y para el mundo… un giro de tuerca, un cambio a la trama, una epifanía colectiva, para volver la página y salir de los eventos pesadillescos. Algo que nos haga volver la mirada a los escombros, para averiguar otros modos de ser, de estar y de vivir”.
La periodista y escritora Irma Evangelina Gallo pide a los camellos: “Si los camellos escucharan, y me lo concedieran: Les pediría salud y trabajo, la oportunidad de proveer para mí y para mi hija un año más, haciendo lo que más amo: escribiendo.
Les pediría una presidenta indígena y ciudadana: Marichuy, y que quienes nos han robado descaradamente durante años terminaran, por fin, en la cárcel de verdad, no en una prisión domiciliaria. Les pediría que las niñas y mujeres de este país pudieran caminar seguras por sus calles, estar tranquilas en sus propias casas, escuelas y trabajos, a la hora que fuera y con quien fuera. Les pediría que los 43 de Ayotzinapa regresaran a sus casas, sanos y salvos, este año nuevo.
Si los camellos escucharan les pediría que se fueran los ISIS, los Trump, los yihadistas, los talibanes, los banqueros inmundos que piensan que el dinero es el valor supremo, los narcotraficantes de aquí y allá, los que comercian con los cuerpos de niñas, niños y mujeres en Tailandia, en Cancún y en los países nórdicos.
Ay, ojalá me oigan esos camellos!”.
Marichuy es la candidata indígena y según contó Juan Villoro “sufre de discriminación hasta para inscribirse como aspirante independiente”.
Emiliano Monge todo lo pide para Marichuy: “Personal: Que Marichuy llegue a la boleta. Para el país: Que Marichuy haga una gran campaña. Para el mundo: Que la voz de Marichuy y de aquellos que representa se conozca en todo el mundo”.
“Tiempo sin reloj, orden, aceptación de la diversidad”, pide la poeta y narradora Ethel Krauze, al igual que su colega Sandra Fried: “Salud, seguridad, paz”.
Pedidos desde el corazón, tiene el neuropsiquiatra y escritor Jesús Ramírez Bermúdez:
Pedido personal: Una antigua pócima de los druidas, con la cual mis intenciones de hacer un bien a las personas queridas tienen mayor probabilidad de ejercer efectos reales.
Pedido para el país: Una lámpara mágica programada para lograr que los depósitos bancarios de quienes combinan la violencia con la corrupción regresen una y otra vez a sus legítimos dueños, y que las heridas psicofísicas pasen de las víctimas a los victimarios.
Pedido para el mundo: Una intervención de la Diosa Blanca en nuestras vidas, para que se desarrolle en un parlamento de culturas un código ético universal capaz de unir lo que la avaricia territorial separa.
NO TENER CONTACTO VISUAL EN 2018
Los deseos del escritor Franco Félix, galardonado este año por el Sistema Nacional de Creadores:
“Personal: Mis deseos suelen ser muy absurdos. Por ejemplo, cuando era niño y me discriminaban por ser moreno, quería enfermarme de vitiligo, pero un vitiligo agresivo y totalizador, que me alcanzara a cubrir el cuerpo para ser blanco. Ahora, ya no me interesa ser blanquito, pero sí me gustaría tener las pupilas triangulares para que la gente se desconcertara al verme y evitara el contacto. No me gusta hacer contacto visual. Así que, eso. Quizá no es necesario que mis pupilas sean deformes para obtener mi mayor deseo: No tener contacto visual en 2018. Me pone muy nervioso.
Para México: Es una de las preguntas más difíciles, porque cualquier cosa que desee para el país, estoy seguro que acarreará un montón de nuevos problemas. Así estamos ahora. Si digo: “Quisiera que hubiera mayor educación”. Estoy seguro que alguien dirá que es lo más bobo que puedo desear y que es un lugar común y que lo que se necesita es otra cosa más y todo eso. Entonces, tengo que desear algo abstracto como: “Deseo que México sufra un extrañamiento tan profundo y surreal que lo saque de sus casillas y lo enfrente con el horror de la identidad”. Vivo para esto, para no decir nada y evitar las preguntas.
Para el mundo: Que Trump y Kim Jong-Un experimenten un episodio psicológico desquiciante y los revele, que les haga dar una vuelta de tuerca en el drama atómico. Esta tensión homoerótica que tienen, creo que debe consumarse. Deseo que se encuentren desproporcionadamente atractivos y se enamoren”.
Más divertido, el poeta y editor Andrés Ramírez, pide que «un viaje a Bali con todos los libros que pudiera; para el país sería una elecciones equitativas y participativas y el para el mundo la noticia de que llegaron los ETs y nos llevaran con ellos a fundar una nueva civilización».
UN PAR DE ZAPATOS OXFORD DE PRADA
¿Un deseo de un poeta? Aquí están los de Jesús Ramón Ibarra: “Tengo algunos deseos frívolos: un par de zapatos Oxford de Prada, la Mont Blanc conmemorativa de Miles Davis, algún buen traje. Otros tantos en el terreno creativo: cerrar un libro de poemas que he venido trabajando y otro de cuentos cuyo tema es el futbol. Y uno personal: cuidar mi salud. Creo que la creación literaria es una actividad integral que debe incluir a la salud. No puedes crear si te concentras en mantener el pulso con tu colesterol o tus linfocitos. Para el país, mi deseo es que la sociedad civil asuma su responsabilidad y reconozcamos, con resignación, que si seguimos pensando que la solución a los males del país tiene que emanar del centro del poder político, estamos fregados. El país necesita líderes reales. Y no ese puñado de ambiciones, desmesura e histrionismo electoral llamado campañas políticas. Para el mundo. deseo que desaparezcan esos grupos radicales que todo lo ven de un sólo color. También que el neoliberalismo dejé de joder y que los grandes líderes piensen el planeta como un organismo enfermo y no como un gran mall al que hay que encajarle el diente sí o sí”.
La escritora Ana García Bergua pide “tiempo para pensar, para escribir y disfrutar con la gente que quiero. Para el país pido paz y justicia que permita reconstruir esta sociedad destejida. Para el mundo, que caigan Trump y los que son como él, que triunfen la tolerancia, la generosidad, la inteligencia, la responsabilidad común ante el futuro del planeta”. Personal: Paciencia, sabiduría, introspección, amor y silencio.
“Para el país: Valor para sacudirnos esta «ideología» del «no hagan olas». Estamos hasta el cuello de mierda y creemos que la inmovilidad evitará que nos hundamos. Arrojo para empezar una profunda transformación social.
Para el mundo: En 2018, la crisis humanitaria derivada de los flujos migratorios del tercer al primer mundo va a agudizarse, empeorará, sin duda, pues la desigual distribución de la riqueza y la violencia que genera obligará a millones de personas en todo el mundo a desplazarse. Pido, ingenuamente, casi como una Miss Universo, que los Estados líderes del planeta dejen de estar sometidos a las grandes transnacionales y empiecen a desarrollar de una vez por todas verdaderas políticas internacionales que garanticen una distribución más justa y condiciones de vida dignas en los lugares de origen de los desplazados. Tan solo me estoy haciendo eco de Slavoj Zizek, otro gran ingenuo”, dice Imanol Caneyada, novelista.
“Para mí le pido un cuchillo para matar al Bartleby que tan a menudo me posee; una botella de Carpe Diem para maximizar cada instante con mi familia; un aguijón de aquí y ahora; muchas horas de caminata y lectura; un pasaje para alguna ciudad del círculo polar.
Para México pido un frasco de pastillas de memoria histórica; un telescopio para aprender a mirar el futuro mediano; un borrador para los complejos; una inyección de dignidad; una hielera para aprender a pensar y decidir con cabeza fría.
Para el mundo pido un cuchillo deicida para matar a todos los dioses, empezando por los monoteístas; ojos para aprender a mirarnos sin miedo ni desconfianza; una despensa digna en cada hogar; un viento que haga renacer de sus cenizas los libros incinerados en la Biblioteca de Alejandría y los mil y un textos que nunca conocimos; una colonia psiquiátrica en Marte para Trump, Kim Jong, Putin y compañía”, dice Daniel Salinas Basave.
“Una antigua pócima de los druidas, con la cual mis intenciones de hacer un bien a las personas queridas tienen mayor probabilidad de ejercer efectos reales.
Pedido para el país: Una lámpara mágica programada para lograr que los depósitos bancarios de quienes combinan la violencia con la corrupción regresen una y otra vez a sus legítimos dueños y que las heridas psicofísicas pasen de las víctimas a los victimarios.
Pedido para el mundo: Una intervención de la Diosa Blanca en nuestras vidas, para que se desarrolle en un parlamento de culturas un código ético universal capaz de unir lo que la avaricia territorial separa”, pide el médico y escritor Jesús Ramírez Bermudez.
“Regularmente pido salud y más vida, cosas personales siempre; también el amor y la permanencia de mi familia. Si se trata del prójimo, creo que pido bienestar para todos, un poco de paz (por más trillado que se escuche), calma para el mundo”, pide la poeta de Tepic, Frydha Victoria.
“A mí que me traigan ataraxia, esa imperturbabilidad que pregonaban los sabios griegos. Al país que le traigan un sistema judicial que sirva: no más impunidad. Y al mundo los mecanismos para revertir el desastre ecológico que hemos producido”, clama el escritor Luis Muñoz Oliveira.
POR EL CAMINO DE LA POESÍA
El poeta Javier Moro Hernández pide cosas para su actividad: ·»Como lector de poesía y promotor de la misma, debo decir que mis deseos para este 2018 que empieza se dividen en dos partes esenciales. La primera de ellas parte de la idea de que la escena poética mexicana se ha diversificado de una manera impresionante en los últimos años, lo que ha permitido que un mayor número de personas, sobre todo jóvenes, puedan acceder a conocer y a escuchar a los poetas contemporáneos mexicanos. Esa escena poética mexicana genera una gran cantidad de eventos, con suerte diversa: Festivales, lecturas, recitales, slams, jams, presentaciones multimedia, que le han permitido al público conocer y disfrutar de esta enorme diversidad de posibilidades. Por supuesto esta escena parte de tradiciones poéticas disímbolas, algunas completamente ajenas. Sin embargo, desde mi punto de vista, es justo esta diversidad la que puede enriquecer a la poesía mexicana en un futuro. Por eso mi primer deseo es seguir participando como promotor en el fortalecimiento de esta escena poética, seguir escuchando, conociendo, leyendo, lo que los poetas jóvenes mexicanos están generando, a la par de seguir leyendo a los maestros de las generaciones anteriores, que siguen presentando obras profundas, potentes y hermosas, que por supuesto nos indican la fortaleza de la tradición poética mexicana», dice el autor de Mareas, entre otros libros.
«Me interesa seguir leyendo a la gran diversidad de voces que conviven por azares del destino en este momento histórico. Por supuesto, otro de mis deseos, es que las nuevas generaciones se acerquen a leer, escuchar y a conocer más de la poesía mexicana contemporánea. Promover la lectura entre los más jóvenes, acercar los libros, para que la gente pueda disfrutar de la poesía, conocerla, amarla. Por supuesto todos tenemos deseos más personales y entre ellos se encuentra poder llevar a buen puerto los proyectos literarios personales, que poco a poco van saliendo, creciendo y buscando sus propios caminos», agrega.