#DatosCerrados | No existen, ni existieron. Si se sigue la respuesta que dieron tres instancias de la Presidencia de la República, los «peñabots» o cuentas falsas que operan a favor del Gobierno en las redes sociales jamás han sido contratados. La Coordinación de Estrategia Digital Nacional rechazó que haya realizado algún contrato al respecto, la Dirección General de Finanzas y Presupuesto respondió que no localizó ningún documento de pago para promocionar información en Internet y la Coordinación General de Comunicación Social y Vocería del Gobierno de la República dijo que no contaba con ningún registro al respecto.
Pero los bots en México se perciben tanto, que un estudio de la Universidad de Oxford los incluyó como muestra de cómo autoridades de ciertos países se comportan en las redes para favorecer tendencias informativas. Y en la memoria cibernética, varios episodios dan cuenta de su presencia fantasmagórica, como la caída de la etiqueta #IFAI (cuando el Presidente erró en el nombre en 2013) o cada 15 de septiembre, cuando la palabra «acarreo» es derrumbada.
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Ciudad de México, 1 de enero (SinEmbargo).– Los «peñabots” no existen y jamás «han existido». La Presidencia de la República no ha registrado erogaciones para «promocionar contenido» en redes sociales. Además, es el propio Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, quien maneja sus cuentas cibernéticas y no hay nadie ni ningún equipo contratado para auxiliarlo.
Eso se desprende de las discusiones de la primera sesión ordinaria de su Comité de Información en 2017, cuya acta -OPR/CT/ISO/2017- se encuentra en el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).
Una solicitud de información dirigida a la Presidencia de la República requirió los contratos con personal externo para promocionar contenido en redes sociales; en otras palabras, si individuos habían sido llamados para tuitear o postear determinada información. Tres instancias dentro de Los Pinos negaron que alguna vez se haya contratado tal servicio.
La Coordinación de Estrategia Digital Nacional rechazó que haya realizado trato de algún tipo para generar contenidos en las redes sociales desde diciembre de 2012, fecha en que asumió como Presidente de México, Enrique Peña Nieto. Por su parte, la Dirección General de Finanzas y Presupuesto respondió que no localizó ningún documento de erogaciones presupuestarias que implicaran pago para promocionar información en Internet. A su vez, la Coordinación General de Comunicación Social y Vocería del Gobierno de la República dijo que no contaba con ningún registro al respecto.
Ante tal negativa, el Comité de Información de la Oficina de la Presidencia declaró «inexistente» la información relacionada con el pago para promocionar determinados temas en redes sociales. Es decir, declaró que los llamados «peñabots» no existen.
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Pero los «peñabots», esas cientos de cuentas que logran derribar tendencias negativas o posicionar algunas a favor del Gobierno, no sólo se han notado en México; sino que han sido detectados desde la academia extranjera. Según el estudio de la Universidad de Oxford, titulado Troops, Trolls and Troublemakers: A Gloval Inventory of Organized Social Media Manipulation, México está entre 29 países que utilizan “cibertropas” o “ejércitos de bots” para influir en las principales redes sociales como Twitter, Facebook y hasta Instagram. Se trata de naciones con Gobiernos democráticos o unipersonales, así como religiosos.
“En México también existen tropas cibernéticas patrocinadas por el Gobierno que atacan a periodistas y provocan la desinformación en los medios de comunicación; estas tropas usan una combinación de la automatización e interacción humana”, se lee en el estudio.
La investigación que aún cuelga en Wikileaks fue dirigida por Samantha Bradshaw y Phillip N. Howard. En su presentación, los autores describieron el modus operandi de las cuentas falsas que es casi el mismo en cada país. «(Los bots) promueven agendas (como en Serbia), la difusión de información favorable a los gobernantes (como en Vietnam) o automatizan un software que imita el comportamiento de los humanos (entre ellos Argentina, Filipinas, Rusia, Turquía, Venezuela y México)», asentaron en su trabajo.
Los reconozcan o no, en México, en la memoria del cibernética ha quedado la manera en que cientos de cuentas lograron bajar la etiqueta “IFAI” que aludía al traspié del Presidente cuando no pudo decir el nombre completo del Instituto (hoy INAI) en 2013. También cómo cada noche del Grito del 15 de septiembre la tendencia «acarreo» era derrumbada. Además, cómo hubo 60 mil mensajes a favor de la Reforma Energética que -según Carlos Páez, director de la aplicación Mesura-, sólo fueron posibles a través de “peñabots”.
En el sexenio de Enrique Peña Nieto se inauguraron en México los canales de comunicación cibernéticos entre el Gobierno y los gobernados. Las redes no importaban tanto en 2006, cuando Felipe Calderón Hinojosa arrancó su Administración. Twitter no existía en México, Facebook era apenas un club de amigos sin impacto en la política nacional y Youtube era, para calificarlo con una palabra, “divertido”.
En el preámbulo del proceso federal de 2018 -el más grande de la Historia de México-, las redes aún no son para todos. Según la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), 46.3 millones de mexicanos no contaba con acceso a Internet por falta de recursos económicos.
Pese a este limitado acceso, en muy poco tiempo, de acuerdo con los analistas, las redes dieron un giro en su función. Ya no son simples herramientas para enviar mensajes, ahora son espacios desde los que se debate y se influye.