El Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) asegura que en el contexto de renegociación del TLCAN es primordial resguardar los modos de producción campesinos donde se practique la agroecología y no el modelo agroindustrial.
«Sólo de esa forma será posible preservar nuestros ecosistemas, garantizar el respeto al derecho humano a la alimentación, al medio ambiente, a la salud, al territorio y recursos naturales tradicionalmente manejados, al agua, a la identidad cultural, entre otros; y proteger la riqueza de la gastronomía mexicana, patrimonio inmaterial de la humanidad», plantea.
Cemda critica que el desarrollo de la agricultura industrial «ha modificado los hábitos alimenticios de los mexicanos, lo cual ha elevado los niveles de obesidad en el país», mientras la milpa –constituida por maíz, frijol, quelites y calabaza, además de una gran variedad de chiles y jitomates– es una rica fuente de nutrientes esenciales para el ser humano.
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Ciudad de México, 23 de diciembre (SinEmbargo).- Organizaciones de la sociedad civil exigen que el principal sistema tradicional de cultivo mexicano: la milpa, sea defendido durante la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con Estados Unidos y Canadá.
Hace un par de semanas, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), de la mano del Grupo de Vicente Guerrero de Tlaxcala, entregaron en la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), una carta dirigida al titular José Calzada Rovirosa, con el respaldo más de mil 250 personas que firmaron en la plataforma Change.
A través de la petición #Méxicocuidalamilpa, las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) y los ciudadanos instan a las autoridades a defender la milpa de la agricultura industrial, en el marco de la renegociación del TLCAN con Estados Unidos y Canadá.
En noviembre de 2016, el Gobierno federal decretó emergencias epidemiológicas por sobrepeso, obesidad y diabetes. De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), actualmente 7 de cada 10 habitantes del país viven con exceso de peso.
«Tristemente, la agricultura industrial está desplazando a los sistemas tradicionales y transformado la dieta de los mexicanos, agravando varios problemas de salud pública como la obesidad, la diabetes y la hipertensión. De ahí que sea responsabilidad de las autoridades proteger y fomentar nuestros sistemas tradicionales de producción como es la milpa», se lee en la petición signada por más de mil 250 personas.
En el mismo sentido, Cemda critica que el desarrollo de la agricultura industrial «ha modificado los hábitos alimenticios de los mexicanos, lo cual ha elevado los niveles de obesidad en el país», mientras la milpa –constituida por maíz, frijol, quelites y calabaza, además de una gran variedad de chiles y jitomates– es una rica fuente de nutrientes esenciales para el ser humano.
No obstante, la organización acusa que a lo largo de las últimas décadas, los gobiernos de México se han encargado de privilegiar el desarrollo de la agricultura industrial y no a los sistemas tradicionales, lo que ha provocado «graves consecuencias ambientales», entre ellas, deforestación y pérdida de zonas de recarga de acuíferos; además de poner en riesgo la gastronomía nacional que incluye la milpa.
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EL MODELO INDUSTRIAL NO ALIMENTA
En entrevista para SinEmbargo, Francisco Xavier Martínez Esponda, coordinador Técnico Operativo del Cemda, aseguró que el Estado mexicano no está defendiendo el sistema alimentario de la milpa y, en cambio, está abogando por una transición hacia el modelo agroindustrial que es dependiente de insumos de petróleo que muchas veces no genera alimentos sanos y nutritivos:
«En Cemda nos hemos dado a la tarea de analizar si la política pública que tiene el Estado mexicano, así como su legislación, es conforme a esta diversidad biocultural y lo que nos hemos encontrado es que no […] Estas manos campesinas estas manos indígenas, con esta agrodiversidad nativa y manejando la tierra y los recursos naturales, generan el patrimonio gastronómico que es patrimonio intangible de la humanidad», señaló.
«La agricultura que fomenta el Estado mexicano no corresponde con nuestra matriz biocultural. El modelo de agricultura tradicional tiene que desaparecer, según la opinión de los tomadores de decisiones y el TLCAN va por un modelo que no busca proteger lo nuestro ni hacer florecer pueblos», expuso.
Aunado a ello, Martínez Esponda indicó que detrás de la milpa existen derechos humanos que el Estado debe proteger, sobretodo de comunidades indígenas, campesinas y de los consumidores.
«En el fondo [de la falta de protección a la milpa] hay un patrón de violación a los derechos humanos. Hay violencia cultural de los pueblos: migración y destrucción del patrimonio natural. Nadie nos ha preguntado si queremos dietas que –se ha demostrado– generan diabetes y obesidad», recriminó.
El documento entregado por las ONG también está dirigido a Idelfonso Guajardo, Secretario de Economía, y a los presidentes de las mesas directivas y comisiones de Agricultura y Ganadería de las cámaras de diputados y senadores le solicitan promover reformas para el marco jurídico del sistema agroalimentario.
A los representantes de dichas mesas de legisladores piden «llevar a cabo programas públicos que promuevan los agroecosistemas tradicionales, la diversificación productiva, la agrobiodiversidad nativa, los fondos comunitarios y ferias de semillas, el tianguis y mercados locales, así como la participación preponderante de los campesinos en la elaboración de estos programas», señalan a través de un comunicado de prensa.
Por si fuera poco, en la petición se lee que el país es centro de origen y diversificación genética de alrededor del 15.4 por ciento de las especies que se utilizan hoy en el sistema alimentario mundial, lo cual es resultado de una «hazaña histórica y civilizatoria realizada por los pueblos originarios de nuestro país, en conjunto con las comunidades campesinas y afrodescendientes».
A través de un comunicado, Cemda sostiene que «la milpa sigue siendo, hoy en día, el agroecosistema más importante, por la extensión del territorio que ocupa, por la diversidad biológica y agrícola que alberga, pero también, por la diversidad de ecosistemas en los que se practica».
Por ello, las organizaciones aseguran que en el contexto de renegociación del TLCAN es primordial resguardar los modos de producción campesinos donde se practique la agroecología y no el modelo agroindustrial, pues, «sólo de esa forma será posible preservar nuestros ecosistemas, garantizar el respeto al derecho humano a la alimentación, al medio ambiente, a la salud, al territorio y recursos naturales tradicionalmente manejados, al agua, a la identidad cultural, entre otros; y proteger la riqueza de la gastronomía mexicana, patrimonio inmaterial de la humanidad».
