La caravana de madres provenientes de Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua señalaron que las tácticas de persecución, detención y deportación, aunadas con la amenaza de autoridades corruptas y coludidas con grupos criminales, han agigantado la vulnerabilidad de los migrantes en tránsito.
Si a esto se le suma la aprobación de la Ley de Seguridad Interior, alertaron, se estará legalizando la violación a los derechos humanos de sus hijos en su paso por México.
Ciudad de México, 14 de diciembre (SinEmbargo).- La XIII Caravana de Madres Centroamericanas ha logrado cuatro reencuentros entre familiares y migrantes desaparecidos durante su recorrido por Chiapas, Veracruz, Querétaro, San Luis Potosí, Jalisco, Michoacán y la Ciudad de México, el cual inició el 1 de diciembre.
En conferencia de prensa, las madres rechazaron la Ley de Seguridad Interior que se discute en el Senado, pues, dijeron, legaliza la violación a los derechos humanos que sus hijos migrantes, huyendo de la violencia física, política y económica en sus lugares de origen, han encontrado en territorio mexicano.
«Más de 100 mil desaparecidos en tránsito a través de México son los daños colaterales de la militarización del país», afirmó Katalina López, de Guatemala. «Hoy, en vías de institucionalizar la violencia con la Ley de Inseguridad Interior, se ponen en manos de militares asuntos policiales y se pisotea la democracia».
Después de décadas de incertidumbre, tres compañeras de Honduras y una de Guatemala pudieron al fin reunirse con sus hijos, informó Ivette Pineda, de Honduras.
«Las madres logran lo que los gobiernos de sus países y de México no han sido capaces a pesar de exponerse a grandes riesgos», dijo. «Su búsqueda, durante los 13 años de existencia de la caravana, ha tenido como resultado la reunificación de casi 300 familias», añadió Pineda.
Mirna Solórzano, de El Salvador, detalló a SinEmbargo que uno de los encontrados está en la cárcel y otros que estaban en albergues perdieron la comunicación.
La caravana de madres provenientes de Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua seguirá hasta el 18 de diciembre, Día Internacional del Migrante, para completar un camino de 4 mil kilómetros.
Hoy, después de la conferencia de prensa, fueron a la Embajada de Estados Unidos para protestar contra las medidas migratorias del gobierno de Donald Trump. Luego visitarán Puebla, las fosas de Veracruz y Tabasco.
Rosaleni Mejía, de Honduras, explicó a este sitio que antes del evento los miembros de la caravana se cambiaron de calzado como parte del ejercicio artístico «Huellas de la memoria». Intercambiaron los zapatos que se han desgastado por «buscar a los nuestros» con nuevos.
Ella forma parte del Comité de Familiares Migrantes Progreso. Camina largos recorridos aun con bastón. Luego de 17 años desaparecido, en 2011 encontró a su hijo Lenin, quien ahora vive en Tijuana con su esposa e hijos, y será abuelo.
«Nos volvió la vida. Seguimos en la búsqueda con otras madres por los desaparecidos de mi país. Vale la pena la lucha», afirmó.
Durante la rueda de prensa, Eva Ramírez, de Honduras, responsabilizó a los gobiernos centroamericanos por la inseguridad y la falta de oportunidades que orillan a sus familiares a salir de sus hogares, y acusó al gobierno mexicano por la violencia, corrupción e impunidad que ha convertido a los migrantes, sus hijos, «en mercancía lucrativa».
Mirna Solórzano, de El Salvador, señaló la «vergonzosa colaboración» de México con el gobierno estadounidense para intentar frenar el flujo migratorio a través de la militarización de la frontera.
«Estas tácticas de persecución, detención y deportación, combinadas con la amenaza de autoridades corruptas y coludidas con grupos criminales han agigantado la vulnerabilidad de los migrantes en tránsito», expuso.
Al término de la conferencia, las madres gritaron «¿Por qué los buscamos? Porque los amamos. Los migrantes no somos criminales, somos trabajadores».