Xóchitl es una estilista a quien el sismo del 19 de septiembre le arrebató a su madre, su casa y su lugar de trabajo. Hoy corta el cabello en la calle y lucha para conseguir un nuevo local donde atender a sus clientes y un nuevo hogar ante el abandono del gobierno: «Yo digo ‘no a los créditos’. Aquí se perdió el patrimonio, se perdieron ahorros, se perdió todo y todavía pretenden que uno pague un crédito…»
Ciudad de México, 25 de diciembre (SinEmbargo).- Xóchitl de la Paz, una joven estilista mexicana, perdió todo en el sismo del 19 de septiembre. Su domicilio y negocio, el 173 de Niños Héroes, en la Delegación Benito Juárez, se desplomó cuando todavía sonaba la alerta sísmica. Su madre, María Salomé, de 71 años, no alcanzó a abandonar la estructura. Equipos de emergencia la trasladaron a un hospital de la Ciudad de México. Pero ya no pudieron salvarle la vida.
A tres meses de que el sismo sacudiera su vida, Xóchitl cuenta su historia a SinEmbargo:
Cuando llegué al Eje Central, lo que vi fue que se había desplomado mi casa. Y la verdad fue una impresión muy fuerte, es una sensación de desesperación porque yo sabía que mi mamá estaba aquí.
El 19 estaba en Eugenia y Cuauhtémoc. Estaba en unas oficinas de Sedeco (Secretaría de Desarrollo Económico) porque nosotros estábamos trabajando en la estética bajo el artículo 37, que dice que en el 20 por ciento de tu vivienda puedes poner tu negocio. Estaba llevando unos papeles que me estaban solicitando. Yo estaba en la planta baja, apenas me estaba registrando y fue como sentir un martillazo así, pero fuerte en la planta de los pies, y pues es una sensación que nunca había sentido. De inmediato viene la reacción de: «está temblando». Otras personas que también estaban haciendo el trámite se agarraron de mí, y empezaron a llorar, a ponerse nerviosas, y yo les decía: «pues tranquilas, vamos a salirnos».
Nos salimos y obviamente cuando dejó de temblar yo lo que pensé fue tomar un pesero que va para el Metro Villa de Cortés, que pasa a la siguiente calle en la que yo estaba, es Concepción Béistegui. Lo primero que me encontré fue un edificio desplomado. Me dio una impresión muy fuerte. En Avenida Cuauhtémoc, a la altura en la que yo estaba, varios edificios se habían dañado de su estructura, del frente. Se empezaron a caer lámparas, concreto.
Al momento de llegar a Cumbres y Torres Adalid, vi que había muchas patrullas, ambulancias y no se alcanzaba a ver que era este edificio el que se había caído (señala el 173 de Niños Héroes). Yo pensé que era la Caramelo, una tiendita de dulces que está aquí en la esquina.
Ya cuando llegué al Eje Central, lo que vi fue que se había desplomado este, ¿no? Y la verdad fue una impresión muy fuerte, es una sensación de desesperación porque yo sabía que mi mamá estaba aquí. Mi primera reacción fue dirigirme a este lado (señala a la calle de Galicia). El departamento de mi mamá estaba en el segundo piso. No se le veía ni forma a todo el derrumbe.
-¿A quién buscas? -me preguntaba la gente.
-A mi mamá -les respondía.
-¿Cómo es tu mamá?
-Una señora chaparrita de cabello canoso.
-Ya se la llevaron, se la llevó una ambulancia.
Pero me lo decían personas que yo no conocía, y pues yo no tenía la confianza de que sí haya sido mi mamá, pues no la conocían.
Las dudas me comieron hasta que vecinos me confirmaron que, en una ambulancia, Salomé había sido trasladada a un hospital de la Ciudad de México. Entonces eso ya me dejó muy tranquila. Me dijeron que sólo se había fracturado el brazo. Yo fui a recoger a mi hijo en la primaria. Y ya que lo puse en un lugar seguro con una vecina que vive a unas calles de aquí, pues me regresé para ver en qué podía ayudar, para ver si no había más vecinos. Aquí estuvimos colaborando con los rescatistas hasta las 5 de la tarde más o menos.
Al atardecer, cerca de las 17:00 horas, recibí un mensaje de mi hermana: Mi mamá había muerto.
Nos tuvimos que ir al hospital para recuperar su cuerpo y poderla sepultar. Tenía 71. El 22 de octubre hubiera cumplido 71.
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“TODO LO OTORGÓ LA SOCIEDAD CIVIL»
La mayoría de las personas que vienen a cortarse el pelo me echan porras, me dicen que siga trabajando y que ellos quieren venir a cortarse el cabello para apoyar, ¿no? De alguna manera. Mucha gente hace sus muestras de cariño viniendo aquí a cortarse el cabello.
Sí ha habido un acercamiento en cuanto a la reconstrucción, pero como yo que tengo mi negocio, no ha habido apoyo por parte de las autoridades de aquí de Benito Juárez. No han venido a cercarse para nada. Y es triste porque nosotros contribuimos a la economía de la Delegación. Nosotros somos personas que siempre hemos votado por el PAN, esta Delegación es más panista, y es triste que ver no haya habido ningún acercamiento.
Yo digo «no a los créditos». Aquí se perdió el patrimonio, se perdieron ahorros, se perdió todo y todavía pretenden que uno pague un crédito. Yo siempre he creído que el Gobierno no tiene que regalarnos las cosas, pero en esta situación, si se creó un Fondo de Desastres Naturales, donde todos los mexicanos llevamos ahorrando, en un promedio de 30 años, desde que se creó, no puede ser que no haya recursos.
Todo lo que una persona damnificada pudiera necesitar, en los días próximos al sismo, lo otorgó la sociedad civil. Víveres, ropa, medicamento. El Gobierno no entregó nada. Hasta el lugar donde vivir, lo dio la sociedad civil.
¿Qué le han hecho a todo ese dinero que hemos ahorrado? Yo soy ciudadana que paga sus impuestos y yo creo que muchos de los que estamos aquí pagamos nuestros impuestos. Entonces, es el dinero que hemos ahorrado. ¿Por qué no hay una capacidad de respuesta? Necesitamos un lugar para vivir.
No pude recuperar nada. Desafortunadamente no pudimos recuperar nada y pues todo lo que tengo aquí ha sido lo que me han donado mis clientes. Hay personas que me han traído que la sillita, me donaron una carpa, pero pesa mucho, entonces es muy complicado que la ponga yo sola, se me hace más práctico el paraguas.
Procuro llegar a las 11:30 a trabajar y me retiro como a las 17:30 porque ya no hay luz, entonces ya no puedo seguir trabajando. De hecho ya estoy haciendo tratos para rentar un local en Miguel Negrete, detrás de la universidad de la tercera edad. Para enero espero estar allá.
Aquí en Benito Juárez, la gente cuando compra una propiedad no sabe si está comprando una vivienda o una sepultura. ¿No? Hay mucha gente que sufrió una desgracia así como nosotros y si bien fue un desastre natural, a lo mejor si nuestras autoridades hicieran su trabajo como es, pues no nos hubiera pasado esto, ¿no? Mi mamá igual no hubiera perdido la vida por alguien que autorizó una construcción como esta.
Si hay que gente que esta en una situación de comprar una vivienda, pues que tome sus precauciones, ¿no? A veces como ciudadano no sabes ni qué hacer.
Mi familia y yo teníamos viendo aquí desde el 2013.