Greenpeace
11/12/2017 - 12:03 am
¿Comprar o no comprar?
El consumo es parte de nuestra vida, nos permite satisfacer muchas de nuestras necesidades y es un motor para la economía. Pero existe una gran diferencia entre consumir de manera responsable y caer en el consumismo, ese que nos lleva a comprar de manera irracional lo que no necesitamos, sin preguntarnos cuál es el origen […]
El consumo es parte de nuestra vida, nos permite satisfacer muchas de nuestras necesidades y es un motor para la economía. Pero existe una gran diferencia entre consumir de manera responsable y caer en el consumismo, ese que nos lleva a comprar de manera irracional lo que no necesitamos, sin preguntarnos cuál es el origen o el impacto de ese producto, porque comprar o no comprar, debería ser una decisión consciente tomada no solo con base en cuestiones financieras sino también considerando cuestiones de comercio justo e impacto ambiental, entre otros puntos.
Según datos del Banco Mundial (1), si en 2050 la población alcanza la cifra prevista de más de 9 mil millones de personas y seguimos la actual tendencia de consumo y producción, necesitaríamos 3 planetas para mantener ese modo de vida y consumo. La mala noticia es que solo tenemos un planeta con recursos finitos y sin embargo seguimos consumimos a un ritmo por encima de las posibilidades físicas del planeta.
El consumismo encuentra su máxima expresión durante esta temporada navideña. En esta época del año y debido a las actividades relacionadas con las festividades propias del mes de diciembre y enero, solemos contribuir sin darnos cuenta en generar un aumento en el tránsito vehicular, en el consumo de energía (electricidad, gas y gasolina), y en el consumo en general de productos y empaques que terminan convirtiéndose rápidamente en basura. Este consumo excesivo tiene como consecuencia la contaminación del aire que respiramos, y por supuesto el deterioro de nuestra salud al estar en riesgo de contraer enfermedades.
Diciembre y enero son también los meses en los que más basura se produce en la Ciudad de México. Según datos de la Secretaría de Obras (Sobse) durante estas festividades la producción de residuos sólidos aumenta 30 por ciento en comparación con el resto del año. Durante el último y el primer mes del año la generación de basura crece hasta 4 mil toneladas diarias adicionales. Es decir, cada capitalino pasa de producir 1.5 a 4 kilogramos de desechos al día.
Por eso, en esta temporada que no solo es de regalos y fiesta sino también de reflexión, puede ser un buen momento para repensar nuestros hábitos de consumo hay otras formas de celebrar y regalar pero sin tanto impacto ambiental.
Quizá no sea fácil ir contra el ímpetu de las copras navideñas, ir contra la idea que los regalos hacen la felicidad cuando es lo que nos dice la publicidad todo el tiempo, pero si lo pensamos bien, los mejores regalos, como un aire limpio para nuestros hijos, que garantice su salud, no se compran, los construimos con nuestras decisiones y acciones.
Todos podemos colaborar. Antes de comprar algo hazte estas tres preguntas básicas: ¿realmente lo necesito y para qué? ¿Tengo algo que pueda cumplir con la misma función o equivalente? ¿Que tanto lo voy a usar -es indispensable-?. Si después de responderlas honestamente sigues pensando que necesitas eso, elige la opción más amigable con el ambiente: puede ser algo reciclado, reutilizable, sin empaque, local y proveniente de comercio justo, entre algunas otras consideraciones.
Y finalmente pero no por eso menos importante. Piensa en cómo te dirigirás al lugar de compra ¿iras en auto? Ubica un lugar cercano para comprar y mejor ve en transporte público o bici, no sólo generarás menos emisiones de gases contaminantes, ayudarás a reducir el tráfico vehicular y seguro ahorrarás tiempo y dinero.
Pequeñas acciones pueden hacer grandes cambios.
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