Las plantas reaccionan de manera natural a los cambios ambientales, la misión del programa APT reside en controlar a través de la ingeniería genética el modo en que las plantas reaccionan a dichos estímulos con el objetivo de satisfacer las necesidades de vigilancia militar.
Por Marcos Merino
Ciudad de México, 26 noviembre (TICbeat/SinEmbargo).- La transmisión de información valiosa mediante sensores electrónicos es una de las aplicaciones indispensables de la tecnología aplicada al ámbito militar y, como tal, los investigadores de DARPA (la división de I+D+i del Departamento de Defensa de los Estados Unidos) dedican sus esfuerzos a innovar para mejorar los dispositivos con los que equipan a sus militares y espías. Pero, desde hace poco, DARPA ha decidido emprender una nueva línea de investigación, para no depender únicamente de las máquinas. Y la respuesta ha sido el APT (siglas de ‘Advanced Plant Technologies’), el plan de Departamento de Defensa para cultivar ‘plantas espía’.
Las plantas reaccionan de manera natural a los estímulos y cambios ambientales, por lo que la misión del programa APT reside en controlar a través de la ingeniería genética el modo en que las plantas reaccionan a dichos estímulos, con el fin de que puedan servir como sensores de elementos químicos, patógenos, radiológicos o electromagnéticos. El objetivo último es poder satisfacer las necesidades de vigilancia militar en entornos tradicionalmente inadecuados para el funcionamiento y/o integridad de los sensores tradicionales, aprovechando el hecho de que las plantas se multiplican con facilidad y son capaces de fabricar su propia energía.
Intentos anteriores de DARPA para ‘fichar’ a los vegetales como espías no se basaron en la manipulación de su genoma, sino de los elementos que necesitaban para vivir (tierra y agua), lo que reducía sensiblemente su resistencia. La clave del APT radica en lograr que las plantas puedan ejercer de sensores sin ver afectada su salud ni longevidad, de tal modo que puedan sobrevivir durante meses o años en un entorno natural.
Así expuesto, no suena demasiado diferente al uso que antiguamente se les daba a los canarios en las minas, como método biológico para detectar escapes de gas antes de que afectaran a los humanos. Pero, poniéndonos cospiranoicos, si el Departamento de Defensa de EU es capaz de recibir de algún modo información de plantas que crecen en el campo, ¿qué les impide usarlas también en una oficina?