Fidel Castro se ganó la simpatía de su pueblo al organizar la Revolución Cubana. En diciembre de 1956 zarpó de costas mexicanas a bordo del yate Granma junto a su hermano Raúl Castro, el «Che Guevara», y otros personajes ilustres de la isla caribeña que pelearían la insurrección armada.
La Habana, 25 de noviembre.- (Xinhua).- Cuba conmemora este sábado el primer aniversario de la muerte del líder revolucionario y ex Presidente, Fidel Castro, un hecho que conmocionó a esta nación caribeña y generó homenajes en todo el mundo.
En la noche del 25 de noviembre de 2016, el Presidente cubano y hermano de Fidel, Raúl Castro, anunció al mundo que el ex Mandatario había fallecido a los 90 años.
Los cubanos lloraron, colocaron imágenes de Castro en sus balcones y casas, y rindieron homenaje a quien fuera su líder por más de medio siglo.
Cuba declaró nueve días de luto nacional y el 29 de noviembre se realizó un acto masivo, donde más de un millón de personas se congregaron en la Plaza de la Revolución de La Habana.
En el evento participaron delegaciones internacionales de 55 países, incluidos varios presidentes y jefes de Estado.
En los días siguientes, millones de cubanos se agolparon en las carreteras para despedirse de Castro en una caravana que salió de La Habana hasta la oriental ciudad de Santiago de Cuba, donde descansan sus cenizas.
Un año después, Fidel permanece presente entre los cubanos, así como sus ideas y legado político.
Por su destacada carrera política, fue considerado uno de los estadistas y dirigentes revolucionarios comunistas más respetados, admirados y controversiales de la historia contemporánea.
Fidel Castro nació el 13 de agosto de 1926 en la localidad de Birán, antigua provincia de Oriente y hoy día Holguín, en el noreste de Cuba, en el seno de una familia acomodada.
Hijo de un terrateniente español, Angel Castro, y de una joven cubana, Lina Ruz, de procedencia campesina, desde muy joven destacó por sus aptitudes deportivas, su sagacidad intelectual y su defensa a ultranza de la justicia.
En 1945, ingresó a la Universidad de La Habana a la carrera de Derecho, título que obtuvo cinco años más tarde cuando se graduó de Doctor en Derecho Civil y Licenciado en Derecho Diplomático.
Fue en esa etapa de su vida que se vinculó activamente a las luchas estudiantiles, y adquirió la conciencia política que lo llevó a desarrollar ideas revolucionarias antiimperialistas vinculadas con la ideología marxista.
Tras el golpe de Estado perpetrado en 1952 por el dictador Fulgencio Batista, organizó y entrenó a un centenar de jóvenes, con quienes asaltó el 26 de julio de 1953 los cuarteles Guillermón Moncada, de Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo (este).
La acción fue un fracaso militar, razón por la cual Fidel fue condenado a 15 años de prisión, de los cuales sólo cumplió 22 meses debido a un indulto presidencial que en mayo de 1955 le devolvió la libertad, como resultado de una fuerte presión y campañas populares.
Su histórico alegato de autodefensa durante el juicio, más conocido como «La historia me absolverá», se convirtió en documento programático y lo catapultó como figura líder de un movimiento revolucionario en gestación que ganó la simpatía del pueblo cubano.
Tras su excarcelación, fundó el Movimiento 26 de Julio, y unos meses después, mostrada la imposibilidad de proseguir la lucha contra Batista por medios legales, Fidel partió hacia México para organizar desde el exilio la insurrección armada.
Allí se le unieron su hermano Raúl Castro y otros destacados revolucionarios, como Ernesto «Che» Guevara y Camilo Cienfuegos, quienes entrenaron fuertemente para un año y medio después, en diciembre de 1956, formar parte de la expedición del Yate Granma, a bordo del cual 82 combatientes navegaron desde el Río Tuxpan, en México, hasta las costas del este cubano.
Atacados por las tropas de Batista, sólo sobrevivió un reducido grupo de hombres que logró reagruparse y dirigirse a la región montañosa de la Sierra Maestra, para continuar desde allí la lucha revolucionaria, naciendo así el Ejército Rebelde.
A partir de entonces, ese pequeño núcleo armado comenzó a crecer y fortalecerse con Fidel al frente en su condición de comandante en jefe.
Personalmente dirigió las más importantes acciones militares y la lucha revolucionaria clandestina en las ciudades durante los 25 meses de guerra.
Al amanecer del 1 de enero de 1959, el entonces Presidente Fulgencio Batista huyó del país y triunfó la Revolución Cubana con Fidel Castro a la vanguardia, quien comenzó a ejercer las funciones de comandante en jefe de las fuerzas armadas.
A partir de ese momento emprendió un conjunto de acciones de carácter nacionalista y en beneficio del pueblo que tuvieron como punto culminante la Ley de Reforma Agraria, además de la alfabetización, la expropiación de bienes de compañías norteamericanas, la nacionalización de centrales azucareras, las principales industrias, los bancos y las refinerías de petróleo, entre otras.
Fidel dirigió y participó en todas las acciones emprendidas en defensa de la recién conquistada soberanía y la proclamada Revolución Socialista Cubana, especialmente ante la hostilidad demostrada desde sus inicios por las distintas administraciones norteamericanas, postura que se ha intensificado a través de los años.
El 31 de julio de 2006, tras asistir a la cumbre del Mercado Común del Sur (Mercosur) en Córdoba, Argentina, Fidel Castro debió ser sometido a una compleja intervención quirúrgica intestinal que lo apartó de su cargo, no sin antes delegar todas las funciones de Gobierno a su hermano Raúl.
Posteriormente, en febrero de 2008, Fidel presentó su renuncia definitiva debido a problemas de salud e inició una nueva etapa en su vida política, marcada por la publicación de sus conocidas «Reflexiones».
A pesar de su desaparición física, Fidel Castro sigue siendo referente para quienes no cejan en el empeño de construir un «mundo mejor», porque como él mismo dijo, es una «utopía posible».