Lorenzo Álvarez-Filip, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, y Miguel Rivas, coordinador de la campaña de océanos de Greenpeace, coinciden en que el cambio climático es la principal amenaza para los sistemas arrecifales del país, pero también están los desarrollos turístico y urbano que, sin planeación, supone otro fuerte peligro para estas comunidades marinas.
El informe «Estado de conservación de los arrecifes de coral» destaca, además, que a pesar de la importancia de los arrecifes, el Gobierno federal ha mostrado apatía e incluso desconocimiento sobre su importancia para el medio ambiente, y esto se evidencia en que el presupuesto federal para Áreas Naturales Protegidas en zonas marinas ha descendido drásticamente hasta en 27 veces en la última década.
Los arrecifes son comunidades en aguas poco profundas del mar y cercanas a la costa, que dominan corales y estructuras rocosas, con una gran diversidad de especies de algas, invertebrados y peces. Pueden ser coralinos, rocosos, mixtos y artificiales. Los arrecifes están ligados con otros ecosistemas, ya que estas grandes estructuras coralinas o rocosas, cambian la dirección y velocidad de las corrientes marinas y ayudan en el establecimiento de otros ecosistemas costeros como manglares y pastos marinos.
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Ciudad de México, 23 de noviembre (SinEmbargo).- Los arrecifes en México están amenazados por el cambio climático, el crecimiento de la infraestructura turística y urbana, la sobrepesca, además de la apatía del Gobierno en invertir un mayor presupuesto en su protección, coincidieron investigadores y miembros de la organización ambientalista Greenpeace México.
En diciembre del año pasado, investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de Mexico (UNAM) y miembros de la organización Greenpeace México realizaron una expedición a bordo del buque Rainbow Warrior para evaluar el estado de salud de arrecifes en Alacranes, Cayo Arenas y Triángulos, en el Banco de Campeche –y que son algunos de los arrecifes menos estudiados en el Golfo de México–, así como los de Cozumel e Isla Contoy, en el Caribe mexicano.
La organización ambientalista con presencia internacional halló que de 15 arrecifes estudiados en la Península de Yucatán, tres se encuentran en estado crítico, dos fueron catalogados como mal, cuatro más en estado regular, cinco se calificaron como bien y sólo uno en muy buen estado, esto según los estándares formulados por la Iniciativa Arrecifes Saludables, que considera entre sus indicadores la cobertura de coral y macroalgas, además de la presencia de peces herbívoros y comerciales.
De los arrecifes analizados, ocho están dentro de alguna Área Natural Protegida (ANP) y siete corresponden a Cayo Arenas y Triángulos, que no se encuentran bajo categoría de protección pero cuentan con una salud de regular a muy bien, al situarse a 150 kilómetros de la costa; aun así, presentan huellas de sobreexplotación pesquera.
En entrevista para SinEmbargo, Lorenzo Álvarez-Filip, investigador líder en el informe «Estado de conservación de los arrecifes de coral» y Miguel Rivas, coordinador de la campaña de océanos de la organización ambientalista, coincidieron en que el cambio climático es la principal amenaza para los sistemas arrecifales y en que los desarrollos turístico y urbano sin planeación suponen otro fuerte peligro.
En el caso del Caribe mexicano, dijo el investigador, «hay una fuerte presión por parte del desarrollo [turístico y urbano], que se ve reflejado en que los arrecifes no están en muy buen estado de salud».
En Quintana Roo, dijo, las aguas residuales en el mejor de los casos se tratan de manera superficial; no obstante, los residuos de las granjas, los desechos humanos, fertilizantes e insecticidas se están filtrando a los ríos y eventualmente irán al mar, con lo que la dinámica ecológica se ve afectada en los ecosistemas, incluidos los arrecifes de coral y los manglares.
En Campeche, los arrecifes que se encuentran lejos de la costa están en un estado de conservación mucho mejor, sin embargo, las amenazas principales son el cambio climático y la sobrepesca con miras semiextractivas e industriales.
ÁREAS NATURALES, ¿PROTEGIDAS?
El informe indica que a pesar de la importancia de los arrecifes, el presupuesto para Áreas Naturales Protegidas con zonas marinas ha descendido drásticamente hasta en 27 veces en la última década.
En el análisis se indica que la importancia de los arrecifes de coral radica en su biodiversidad, además de proveer de numerosos bienes y servicios ambientales para el bienestar social y económico de los habitantes del planeta. En la investigación «Estado de conservación de los arrecifes de coral» se lee lo siguiente:
–Se estima que alrededor del 10 por ciento de la producción mundial de proteína para la alimentación humana se obtiene de estos ecosistemas.
–También los arrecifes protegen a las costas de tormentas, huracanes y erosión.
–Al ser uno de los atractivos turísticos y proveer de diversos servicios ecosistémicos se ha calculado que su valor económico anual a nivel global es de 36 billones de dólares.
Para muestra un botón.
Hace una década, el presupuesto para el Parque Nacional Arrecifes de Cozumel fue de 7.72 millones de pesos mientras que para el presente año recibió únicamente 0.90 millones de pesos, de acuerdo con las respuestas a las solicitudes de información hechas a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
El análisis también muestra que pese a que la extensión de las Áreas Naturales Protegidas con porción marina en Quintana Roo ha aumentado, los recursos destinados para su conservación han disminuido radicalmente en los últimos 10 años. En la actualidad, se destinan sólo 81 pesos por cada kilómetro cuadrado, 27 veces menos que en 2007, cuando la cantidad fue de 2 mil pesos por cada kilómetro.
Aunado a ello, Rivas sostuvo que la proliferación de decretos de Área Natural Protegida no son precisamente un beneficio para los ecosistemas, pues al no presentar un plan de manejo, las áreas se encuentran en riesgo.
El Artículo 65 de Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente establece que la Semarnat enunciará, «dentro del plazo de un año contado a partir de la publicación de la declaratoria respectiva en el Diario Oficial de la Federación, el programa de manejo del área natural protegida de que se trate, dando participación a los habitantes, propietarios y poseedores de los predios en ella incluidos, a las demás dependencias competentes, los gobiernos estatales, municipales y del Distrito Federal, en su caso, así como a organizaciones sociales, públicas o privadas, y demás personas interesadas».
No obstante, a pesar de que existen 181 áreas naturales protegidas en el territorio mexicano, 79 de ellas carecen de programa de manejo.
«Tener una ANP sin plan de manejo es simplemente tener una área de papel. El ‘ofertón’ de áreas naturales protegidas con grandes extensiones de agua no sirven de nada porque sin plan de manejo no se garantizan sus beneficios ecosistémicos. No sirve para nada porque no hay ningún tipo de regulación, lo que genera problemas ambientales y sociales», expuso Rivas.
Ante este panorama, el doctor Álvarez-Filip recomendó al Gobierno de México adquirir el compromiso de invertir en la conservación. »
«En este momento, el Gobierno mexicano sí tiene programas, pero son comerciales para hacer ruido. Estamos viendo que hay muy poco dinero destinado al área de conservación. La red de ANP está creciendo, lo que puede ser algo positivo, pero haciendo un análisis encontramos que el Gobierno no está poniendo allí el dinero. Es difícil que con buena voluntad se haga: hay que invertir», manifestó.