Paul McCartney anuncia su nuevo cortometraje documental en charla exclusiva con National Geographic. Un día a la semana, en apoyo a su campaña Meat Free Monday (“Lunes Libre de Carne”), con Mary y Stella McCartney, Emma Stone y Woody Harrelson
Ciudad de México, 7 de noviembre (SinEmbargo).- Para Paul McCartney (Liverpool, 18 de junio de 1942), el tour de este año incluye, entre otros, su presencia. Aunque muchos año tras año se desviven por anunciar la salida de los escenarios del ex Beatle, por ahora lo único que quiere el autor de “Yesterday” es seguir tocando.
«Tanto como la gente quiera venir a verme, seguiré con esto. Es muy fácil empezar con rumores de cualquier tipo», afirmó recientemente.
“Aquel chico de quince años con cara de niño que John iba a conocer esa inocente tarde de verano (sábado 6 de julio de 1957) – un más que colaborador, más que socio, más que hermano, destinado a compartir su vida y vivir en su mente y en su voz durante la siguiente década casi completa- parecería siempre su lado opuesto en todos los sentidos. Y, sin embargo, tanto en sus orígenes como en su ambiente familiar, eran notablemente similares”, así describe Philip Norman, el biógrafo de John Lennon, el encuentro entre los dos adolescentes ingleses que cambiarían para siempre la historia de la música contemporánea.
“Al igual que John –sigue Norman- Paul había crecido en un ambiente de aspiraciones sociales. Mary, su madre, era enfermera titulada (como la tía Mary de John) que después se convirtió en comadrona a domicilio que trabajaba para las autoridades municipales atendiendo a la gran cantidad de mujeres que todavía preferían dar a luz en sus casas. Esto significaba que, aunque Paul y su hermano pequeño Michael habían crecido en una sucesión de bloques del ayuntamiento para el que trabajaba su madre, siempre habían tenido la sensación de ser ligeramente especiales. Mary McCartney era una mujer refinada por naturaleza que fomentaba en sus hijos el que tratasen de hablar con más “elegancia” que los niños del bloque con los que jugaban”.
Obligados o no, los fans beatlemaníacos en el mundo entero se dieron a la tarea de elegir entre Lennon y McCartney para identificarse. En la ley de las comparaciones arbitrarias e irracionales, quedaron para Paul las etiquetas de demasiado conservador, cuando no un especulador mefistofélico o una pre-versión masculina de la Yoko Ono que, al decir y sentir de muchos, tejió la trama del eterno descontento del famoso cuarteto de Liverpool.
Dichos sambenitos le cayeron injustamente en la testa y aunque Paul nunca demostró un solo rasgo autocompasivo, ni pidió permiso o perdón por ser el eterno sobreviviente del legendario dúo, en su conocida y estereotipada flema inglesa se puede justificar esa parsimonia con que enfrentó el torbellino de su carrera musical y el vértigo de su transcurrir personal.
“Le desagradaban profundamente de un modo nada liverpooliano cualquier clase de agresión o confrontación abiertas y prefería convencer a los otros de que hicieran lo que él quería mediante diplomacia, encanto y la inocencia muchas veces engañosa de sus enormes ojos castaños”, describe Norman en la profusa biografía de Lennon editada por Anagrama.
En la biografía sobre Paul escrita por Barry Miles, Hace muchos años, McCartney salda cuentas y escribe en la contraportada: “Te lo contaré como lo recuerdo. Quiero dejar en claro que John era grandioso. Era absolutamente maravilloso y yo lo amaba. Que no se crea que estoy ahora tratando de hacer mi propio revisionismo. Él era fabuloso. Todo lo que digo es que yo también tengo mi versión del asunto, que a veces se ignora. Por eso acepté ser parte de este libro”.
“Produjimos una obra general que no creo que pudiera haber producido él solo, ni yo solo. Era sólo yo quien se sentaba en esas habitaciones de hotel, en esa casa en el ático; no era Yoko, no era Sean, no era Julian, no era George, no era Mimí, no era Ringo. La verdad es que John y yo éramos iguales. Al final, la producción de cada uno resultó más o menos igual. Esa es una de las cosas más asombrosas de todo esto. La gente puede decir: Ah, sí, no era Paul: o no era John sino Paul, pero yo que estuve ahí se que no es cierto. Los otros Beatles saben que no es cierto”, dijo McCartney a su biógrafo Barry Miles.
HOY TAMBIÉN ES TIEMPO DE MILITAR
Paul McCartney, músico, activista e ícono global, en conversación exclusiva con National Geographic, revela los detalles de su nuevo corto documental Un día a la vida, porque hoy son tiempos de militar y de expandir su sabiduría.
Junto a sus hijas, Mary y Stella McCartney, la película cuenta con la participación de Emma Stone y Woody Harrelson, quienes narran y comparten datos sobre el impacto de la agricultura ganadera sobre el cambio climático.
“One Day a Week” está disponible en la página de YouTube de “Meat Free Monday” a partir del viernes 3 de noviembre.
Meat Free Monday incentiva a la gente a no comer carne al menos un día a la semana con la esperanza de que si suficiente cantidad de personas lo hacen y la idea se extiende, esto pueda representar una diferencia», dijo McCartney.
One Day a Week tiene como objetivo crear conciencia sobre este tema tan importante y mostrarle a la gente que si todos nos unimos en este esfuerzo, podemos ayudar a mejorar el medio ambiente y reducir los impactos negativos del cambio climático, e incluso mejorar la salud de la gente»
Durante la entrevista, McCartney habla sobre su elección personal de convertirse en vegetariano y sobre su apoyo a las personas que reducen su consumo de ingesta de carne como parte de su rutina semanal alimenticia.
«Apoyo muchas causas, pero ésta en particular es personal para mí porque es la forma en la que vivo, por medio de esta campaña le puedo decir a la gente, “Sólo inténtenlo” y mostrarle que realmente puede ser muy divertido cuando ves lo que haces, lo que comes, cómo vives y piensas: «¿Es ésto lo que voy a hacer el resto de mi vida o sería interesante tratar de hacer un cambio?», afirmó.
Durante la conversación exclusiva, Paul también habla sobre la inspiración detrás del éxito de Los Beatles de 1968, “Lady Madonna”. Un artículo titulado «American Special Forces in Action in Viet Nam» de una edición de 1965 de la revista National Geographic, muestra una foto de Howard Sochurek donde una mujer rodeada de tres niños está amamantando a uno de ellos. La foto fue su principal inspiración para la canción.
«Me encanta National Geographic y me ha encantado desde que era un niño. Es como que siempre está ahí, ese marco amarillo que sabes exactamente qué es y sabes que vas a haber fotos geniales y grandes historias sobre el mundo», dijo McCartney.
«Una edición en particular que vi en los años 60 tenía una mujer… y se veía muy orgullosa y tenía un bebé… vi eso como una especie de cosa de Madonna, la madre y el niño… Ya sabes, a veces ves fotos de madres y dices, “Ella es una buena madre’. Sabes que hay un vínculo y eso simplemente me afectó, esa foto. Así que me inspiré para escribir «Lady Madonna», mi canción, a partir de esa foto».
La entrevista de National Geographic con McCartney está disponible para los 396 millones de seguidores en todas las plataformas digitales y sociales, incluyendo YouTube, Facebook, Twitter, Instagram, Snapchat y en el sitio oficial, con una entrevista impresa que se publicará el próximo año. La revista National Geographic tiene 55 millones de lectores en 30 idiomas, con un portafolio de medios que llega a más de 760 millones de consumidores todos los meses.