La Jefa del Servicio Sismológico Nacional aseguró que «donde ha habido un sismo grande puede haber otro sismo grande», sin embargo aclaro que no se puede predecir cuándo sucederá, por lo que es necesario «estar preparados y no preocupados».
Ciudad de México, 28 de septiembre (SinEmbargo).- En lo que va del año se ha reportado mayor actividad sísmica que durante todo 2016, señaló la doctora Xholi Pérez Campos, Jefa del Servicio Sismológico Nacional (SSN).
«Si está temblando más, sí hay mayor actividad sísmica», sostuvo.
Durante la conferencia «Observando las Contorsiones de la Placa de Cocos» realizada en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la especialista informó que durante 2016 hubo 15 mil 460 sismos, mientras que este año ya se han presentado 15 mil 547.
La especialista señaló que desde el año 1900, México ha registrado 3 sismos con magnitudes mayores a 8; 81 entre 7 y 8; y 218 entre 6 y 7. Y en el mundo, dijo, desde 1905 se han presentado 93 mayores a magnitud 8.
«La placa de Cocos es nuestro coco», dijo la doctora Pérez Campos, ya que tanto el sismo de 1985, como los del 7 y 19 de septiembre se produjeron en dicha placa.
El sismo del pasado 19 de septiembre, por ejemplo, se dio dentro de la placa de Cocos, con epicentro a 120 kilómetros de la Ciudad de México, donde hasta el momento más de 5 mil inmuebles han sufrido daños.
El epicentro se localizó a 58 kilómetros de profundidad y sólo se trata de «una casualidad» que el terremoto haya ocurrido en el aniversario 32 de uno de los más devastadores de la CDMX. También subrayó que no existe relación alguna entre dicho móvimiento telúrico y el sucitado el 7 de septiembre pasado.
El 19s ha presentado 39 réplicas observables, pero sólo uno con magnitud mayor a 4. La distancia y la intensidad fueron factores determinantes para los daños provocados entre los sismos de septiembre presente.
Aunque la doctora afirmó que «donde ha habido un sismo grande puede haber otro sismo grande», a pregunta formulada por SinEmbargo aclaró que no se puede predecir cuándo sucederá, por lo que es necesario «estar preparados y no preocupados», pues en 100 años han habido pocos movimientos telúricos de importancia.
