Desde el martes pasado, cuando el Gobierno de la Ciudad de México anunció el Programa de Reconstrucción, miles de damnificados han conformado largas filas para acudir al Instituto de Vivienda por el cheque por 3 mil pesos mensuales que implica el apoyo económico ofrecido para tres meses.
Tras el dictamen de Protección Civil han sido desalojados por daño en su edificio o de alrededores y, aunque dicen que el monto no alcanza para una renta, «algo es algo» ante su pobreza patrimonial e incertidumbre.
En los Centros de Atención Integral para la Reconstrucción de #CDMX, resolvemos dudas en trámites y servicios. Estas son sus ubicaciones #mm pic.twitter.com/MRIarskjM8
— Miguel Ángel Mancera (@ManceraMiguelMX) September 27, 2017
Ciudad de México, 2 de octubre (SinEmbargo).– El dictamen de «inhabitable» determinado por Protección Civil que señala a su hogar o a los edificios que lo rodean los ha sentenciado a la calle. El Instituto de Vivienda de la Ciudad de México (INVI) está destinando un presupuesto de 50 millones de pesos para entregar a 10 mil familias tres mil pesos durante tres meses como apoyo para una renta. Desde el martes, miles de damnificados por el sismo han acudido a los 18 módulos de asesoría y hecho largas filas en las tres instancias donde se entregan los cheques.
En los primeros días se han entregado 6 mil 194 cheques de apoyo económico, que equivalen a 18 millones 582 mil pesos.
«Tres mil pesos [al mes] son una miseria, no te da para una renta, pero peor que no nos dieran. Aunque con tanto dinero que tienen, que vendan la ‘casa blanca’ y con eso nos dan a todos estos que estamos formados por horas», dijo Mónica Marsin, quien se encontraba molesta porque no la atendieron el miércoles y tuvo que regresar al siguiente día.
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En contraste, Aracely, que vivía en Viaducto y Tonalá con sus dos perros en un edificio que demolerán, aseguró que aunque los tres mil pesos no alcanzan para la renta completa, comprende que al igual que ella, muchísima gente está en esa situación de pobreza patrimonial.
«Soy la número 439 y llegué a las diez de la mañana», contó al mediodía. «El conserje del edificio ahí vivía y trabajaba. Se quedó sin trabajo, sin cosas y sin dónde vivir; este dinero por su puesto que le cae bien», contó. Ahora ella está alojándose con su hija, pero no hay espacio suficiente por lo que piensa irse con una amiga que le propuso rentarle unos días.
Sólo el martes, cuando arrancó el Programa de Reconstrucción del Gobierno capitalino, mil 100 personas solicitaron la ayuda para renta por lo que se otorgaron 733 cheques, informó el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera Espinosa. La población solicitante acude principalmente de las delegaciones Iztapalapa, Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, Benito Juárez, Xochimilco, Coyoacán, Magdalena Contreras, Tláhuac y Tlalpan.
Este plan atenderá un universo de 10 mil inmuebles catalogados en color verde; de entre mil 200 y mil 300 en color amarillo, y 500 en color rojo. Para el reto de la reconstrucción en las entidades afectadas se requerirán 38 mil millones de pesos, según cálculos del Gobierno federal. Más de 150 mil viviendas registran diferentes categorías desde daños menores, daños parciales, hasta daños totales.
Para evitar que sea capturado por intereses ajenos, la organización Nosotrxs pide crear un fondo único de reconstrucción nacional con reconocimiento público y con la más absoluta transparencia en tiempo real que incluya todas las aportaciones internacionales, las bancarias, las partidarias, las sociales y las privadas que confluyan.
«Es urgente salvar este esfuerzo colectivo de sus limitaciones inminentes de carácter burocrático y político», destacó.
«NO ME GUSTA MOLESTAR»
Carolina Mejía, de la Secretaría de Gobernación, se encuentra asesorando en el módulo ubicado en el parque Río de Janeiro, corazón de la Roma –una de las colonias más quebradas– en la delegación Cuauhtémoc.
«Han llegado personas en shock, se acercan a desahogarse, nos platican con quién están viviendo y les ganan las lágrimas», contó. Algunas se quedan acampando afuera de su inmueble por temor a la rapiña, duermen adentro de sus carros o con familiares y amigos. Pero es incómodo. No quieren molestar.
El requisito para acceder al apoyo económico es presentar una identificación oficial o dos testigos y un comprobante de domicilio o un contrato de arrendamiento/escritura. No obstante, algunas de las personas que han acudido durante estos días no tienen los papeles pedidos porque se quedaron en los inmuebles dañados. Se intenta ser flexibles, pero hay casos que no tienen actualizada la credencial de elector.
La Secretaría de Finanzas local, ubicada en la colonia Narvarte –otra de las zonas más devastadas–, es una de las tres instituciones donde se están entregando los cheques de tres mil pesos. La Secretaría de Obras y Servicios, en avenida Universidad, y las propias instalaciones del Invi, en Iztacalco, son las otras sedes.
Afuera de la Secretaría de Finanzas, al mediodía del jueves, alrededor de doscientas personas estaban conformando una larga fila. Paraguas, sillas de plástico o perros eran sus acompañantes junto con el folio entregado en los módulos. Un apoyo económico es mejor que nada aunque insuficiente, coincidieron.
Isabel Ramírez habitaba sola un edificio en la colonia Lomas Estrella, en Iztapalapa. De acuerdo con el dictamen, está intacto, pero fue desalojada porque lo rodean inmuebles dañados y recargados entre sí, incluyendo uno que colapsó. Hay fuga de gas y falta de agua. Ahora se ha ido turnando entre familiares para pasar la noche.
«Tres mil pesos no alcanzan para una renta, pero es incómodo llegar a vivir con una familia que no tiene espacio», aseguró.
EN BÚSQUEDA DE HOGAR
Eduardo Sánchez vivía solo en Ámsterdam, atrás del edificio en Álvaro Obregón 286 que sepultó a decenas. Le han dicho que por ahora el suyo es inhabitable, aunque restaurándolo podría salvarse. No es seguro. Por ahora se está quedando con amigos.
Teresa estaba en un edificio de cinco pisos en la colonia Escandón, en la delegación Miguel Hidalgo, con sus dos hermanas. No trabaja, pero quiere ayudarlas en algo.
«No es mucho. Vamos a buscar en otro lado», aseguró mientras espera su cheque. Ha podido regresar a donde hasta hace unos días vivía para recoger las pertenencias más esenciales. Solo les dan diez minutos. El inmueble está frágil. Ese día, cuando perdió su propio espacio, «tronaban los vidrios». No puede recordar más. Por ahora vive en un departamento que le prestaron en la Roma, pero «no me gusta molestar».
Tere y Laura, tía y sobrina, venían del Parque de los Venados, uno de los módulos. Habitaban un edificio de cuatro pisos en Villa Coapa. Ocho familias, incluyéndolas, fueron desalojadas, cuentan mientras esperan su turno.
«Es definitivo que no podemos regresar porque será demolido», expuso Laura.
Los amigos Chistian y Joshua, que se autoemplean en Rappi, viven en un cuarto de azotea por el que pagaban 2 mil pesos mensuales de renta. Tuvo tiempo de sacar sus pertenencias. El apoyo del Invi les resulta bueno.
«Estamos en la incógnita de no saber qué hacer. Si regresar o no», dijo Cristian. «No me han dado respuesta en el lugar. Según van a remodelar».
Cuando Protección Civil evaluó los daños, los desalojaron. Christian se fue a Ecatepec, Estado de México, con su familia. «No me podía quedar. El ambiente estaba muy tenso», aseguró.