La falta de una fuente oficial por parte del Estado mexicano ha provocado que reine la incertidumbre y confusión a cuatro días del sismo de 7.1 grados que impactó al centro de México.
La desinformación reina por todos lados y ha fomentado rumores y caos no sólo entre las familias de las víctimas y los miles de damnificados que lo han perdido todo, sino también en los medios de información. No hay un mando único que informe a los damnificados o que oriente a la gente qué seguirá en sus vidas. Ni siquiera se han puesto de acuerdo, cuatro días después, quién encabezará las investigaciones para determinar la culpabilidad por edificios que fueron construidos en los últimos pocos años, y que colapsaron, a pesar de que, desde el sismo de 1985, en teoría, hay nuevas reglas de construcción.
Un ejemplo de esta ausencia de un mando centralizado que ofrezca datos certeros sobre la tragedia es el caso de la niña “Frida Sofia”, que mantuvo a los mexicanos en vilo a través de la televisión, medios impresos, portales de Internet y redes sociales. Se informó de la existencia de una menor con vida que respondía a ese nombre y que se encontraba entre los escombros del Colegio Enrique Rébsamen, el cual se derrumbó en la Delegación Tlalpan de la Ciudad de México.
Dos días después, la Secretaría de Marina, que ayudó a difundir la historia a través de las dos grandes televisoras del país, tuvo que reconocer que la niña no existía. Y perdió la mano como fuente de información en momentos cruciales.
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Ciudad de México, 23 de septiembre (SinEmbargo).– Casi 100 horas después del sismo de 7.1 grados que causó la muerte a 305 personas –hasta este sábado– y provocó severos daños en la Ciudad de México, Morelos, Puebla, Guerrero y el Estado de México, no existe un mando centralizado para la ayuda a las personas afectadas o para la información oficial sobre el desastre.
Este vacío institucional por parte del Gobierno federal y de las administraciones de los estados afectados, ha dado pie a rumores, cifras erróneas sobre fallecidos y edificios siniestrados, historias falsas sobre supuestas víctimas e incluso versiones –ya rechazadas científicamente–sobre la fecha de otro gran terremoto.
La Secretaría de Marina (Semar) fue lo más cercano a una fuente única de información sobre el sismo. Al menos así lo informó el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Aurelio Nuño Mayer, a propósito de la búsqueda, televisada en vivo durante más de 24 horas, de “Frida Sofía”.
Poco después de que se supiera que la Marina había manipulado datos con fines aún no aclarados, ese mando informativo se perdió.
La Marina había privilegiado con información a Televisa y a Televisión Azteca. Y ambos medios fueron los primeros manipulados, aunque algunos todavía dudan de esa versión y sospechan de contubernio.
Como sea, la autoridad para informar fue perdida por la Marina, pero no hubo una sustitución.
Lo insólito de la historia de la inexistente “Frida Sofía” es que en las últimas horas del miércoles se refirieron a ella no sólo funcionarios de primer nivel de la Marina, sino el propio Nuño, quien el martes pasado dijo que los padres de «Frida» no estaban en las inmediaciones de la escuela.
El oficial mayor de la Secretaría de Marina, Almirante José Luis Vergara, dio el miércoles pasado detalles de dónde se encontraba la menor y de la estrategia para llegar hasta ella.
El subsecretario de la Semar, el Almirante Ángel Enrique Sarmiento Beltrán, había señalado que hasta ese momento «se han rescatado once menores de edad con vida» en la escuela que colapsó a causa del poderoso terremoto del pasado martes, que hasta ahora ha provocado la muerte de 305 personas.
Mientras el Presidente Enrique Peña Nieto se toma fotografías con su esposa repartiendo ayuda, en los puntos neurálgicos de la tragedia, como el nudo que se hace entre las colonias Roma y Condesa (justo sobre la avenida Álvaro Obregón) o en Tlalpan, en donde fue el derrumbe de un edificio nuevo de departamentos, no hay quién informe.
Los ciudadanos han logrado asumir gran parte de las tareas necesarias para la emergencia. Los cuerpos de rescate, la captación de ayuda y el reparto está en manos de civiles.
Pero el Gobierno no ha utilizado ese tiempo que le dio la sociedad civil para montar un mando central en el que pueda darse información a una familia daminifacada, a una que tiene perdido a un familiar o a alguien que busca dónde quedarse.
Los medios y las organizaciones civiles están informando a una gran velocidad, pero ha servido para la emergencia, no para tareas de mediano plazo.
Un grupo de civiles que traía cámaras de calor para el multifamiliar colapsado en Taxqueña, por ejemplo, dijo haber detectado a tres personas vivas. Pero los militares, dijo Rodolfo Elías Suárez, los sacaron del lugar. Y ellos no tuvieron a dónde ir, a quién recurrir.
DESINFORMACIÓN POR TODOS LADOS
Las familias se han organizado para exigir información fidedigna, pero ni aún así. Todos se quejan de desinformación.
De parte de la ciudad, a veces la Secretaría de Movilidad, por alguna extraña razón, toma el mando informativo. Luego, el propio Miguel Ángel Mancera, que hace simplemente cortes informativos. Pero no hay quién asuma tareas simples de coordinación.
“Están saliendo a las calles Protección Civil, con estudiantes de Ingeniería de la UNAM, a revisar. Toman registro en hojas para la Secretaría. Necesitan hacer señalizaciones por si vuelve a temblar, para que la gente sepa para dónde caminar y no salga hacia un edificio o calle fragil”, dijo a SinEmbargo una de las coordinadoras de estudiantes de la UNAM.
Pero dijo que ni hay a quién pedirle coordinación. Los funcionarios o quienes tienen manera de hacerlo, no están a la mano, no aparecen.
“La alternativa que están tomando amigos de la UNAM es: un grupo de arquitectos e ingenieros va a las zonas afectadas. Hasta les dan un presupuesto aproximado de lo que les saldría remodelar”, agregó.
“Piensan que es fácil o pueden vender el inmueble porque ya no es habitable cómo está. Pero no, eso ya se vende como terreno, y el precio es otro, y con eso no alcanza para algo similar a lo que tenían. Es mejor tirar y reconstruir desde cero, desde los cimientos”, explicó.
Todo es, sin embargo, información extraoficial.
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REINAN LAS DUDAS
Entre los vecinos hay muchas dudas puntuales sobre su futuro. Sobre todo, de aquellos que perdieron todo cuando habían comprado a crédito en nuevos desarrollos.
Se desconoce si el Gobierno de la Ciudad de México o el Gobierno federal han iniciado ya una investigación, o si han conformado al menos una coordinación de secretarías para canalizar quejas e investigar qué pasó, por qué se desplomaron edificios nuevos.
“¿En dónde está Mancera? ¿En dónde está Peña? Nosotros queremos a nuestras familias ya. Sáquenlos con nuestro dinero”, dijo ayer la madre de una mujer que está adentro del edificio 286 de Álvaro Obregón.
Los familiares denuncian que no han recibido información ni ayuda precisa de ninguna autoridad, y que las fuerzas de seguridad locales y federales están obstruyendo el rescate.
Fernanda, la hija de Jorge Sandoval Chávez, que trabajaba en el piso 4 del 286, contó a este diario digital que desde el pasado sismo del 7 de septiembre, se le dijo al personal que el edificio había quedado mal y que ya no estaba apto para que la gente trabajara ahí.
Pero hasta allí quedó. No hubo más.
“¡Si no hay solución, hay corrupción!”, gritaron algunos vecinos, molestos por la falta de información.
Ellos dicen que aquí se van a quedar hasta tener respuestas, información, a sus familiares.
Los voluntarios han comunicado a los familiares que el olor a cuerpo muerto empieza a notarse.
Pero no hay ninguna información oficial.
Piden que saquen a los militares porque no están haciendo nada y están impidiendo el trabajo de los rescatistas.
Tampoco hay quién escuche sus demandas.
“Peña, usa nuestro dinero para sacar a nuestras familias. No para llevarte a tus hijos al extranjero”, dijo una madre.
“Que se vayan, nosotros los sacamos”, dijo a SinEmbargo, desesperado, el primo de una mujer.