De acuerdo con un alto funcionario de la CIA, actualmente realizan experimentos con esta tecnología en todo tipo de casos, desde el etiquetado automático hasta la predicción de eventos futuros.
Ciudad de México, 10 de septiembre (TICBeat/SinEmbargo).- A pesar de que los directivos de la CIA siguen sin fiarse de los análisis obtenidos mediante inteligencia artificial, la agencia de espionaje está inmersa en un sinfín de proyectos en esta línea.
La inteligencia artificial es una de las grandes revoluciones tecnológicas de nuestros tiempos y, por supuesto, una tendencia en pleno apogeo. No en vano, se estima que la IA tenga un impacto económico sobre el PIB global de 15.7 billones de dólares para el año 2030, un motivo de peso que no ha evitado los recelos de grandes gurús como Elon Musk. Sin embargo, quizás más que de una rebelión de los robots, de lo que realmente deberíamos preocuparnos es del uso que algunas personas van a hacer de la inteligencia artificial.
Buen ejemplo de ello es la CIA, la agencia norteamericana de espionaje, inmersa de lleno en la carrera para usar la inteligencia artificial en su propio provecho. Para ser exactos, la CIA mantiene en marcha nada más y nada menos que 137 proyectos piloto relacionados con la IA y que buscan compensar los esfuerzos en la misma línea que tienen en marcha Rusia o China.
Así lo ha admitido Dawn Meyerriecks, jefe de desarrollo tecnológico de la CIA. Según adelanta Defense One, estos experimentos incluyen todo tipo de casos de uso, desde el etiquetado automático de objetos y personas en vídeo hasta la predicción de futuros eventos (como atentados o secuestros) en base al Big Data y otros datos correlacionales.
Eso sí, parece que el enemigo de esta clase de proyectos no son sólo las otras grandes superpotencias mundiales, sino también los propios directivos conservadores del gobierno norteamericano, quienes no escuchan sus propios análisis procedentes de la inteligencia artificial. “Uno de los grandes retos para la actual comunidad de IA, y que espero sea abordado pronto -soy optimista al respecto-, es que no se puede ir a los cuadros de mando y darles recomendaciones basadas en procesos que nadie entiende“, concluye Meyerriecks.