El Instituto Nacional de Salud Pública de México (INSP) y la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres publicaron el estudio «Characterization of Breakfast Cereals Available in the Mexican Market: Sodium and Sugar Contentque», el cual revela que siete de cada 10 cereales de venta en México contienen cantidades elevadas de sodio y azúcar.
Sin mencionar marcas, el doctor Simón Barquera Cervera, director del Área de Investigación en Políticas y Programas de Nutrición en el Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública aseguró que, en general, «los cereales están muy mal en México» y agregó que la manera en la que están diseñados «son más un dulce, una golosina, que un alimento».
Ciudad de México, 26 de agosto (SinEmbargo).– En México, un país con declaratoria de emergencia por obesidad y diabetes, los cereales con altos contenidos de azúcar y sodio son el desayuno de millones de personas, principalmente niños en edad escolar.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) Medio Camino de 2016, realizada con una muestra de 2 mil 597 niños en edad escolar que representan a 12 millones 314 mil 776 de infantes entre 5 y 12 años que viven en México, reveló que los cereales de caja –saturados de azúcar, sodio, saborizantes, colorantes, conservadores etcétera– son el desayuno del 53.4 por ciento de los escolares.
Recientemente, el Instituto Nacional de Salud Pública de México (INSP) y la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres publicaron el estudio «Characterization of Breakfast Cereals Available in the Mexican Market: Sodium and Sugar Contentque», el cual revela que siete de cada 10 cereales de venta en México contienen cantidades elevadas de sodio y azúcar.
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En entrevista para SinEmbargo, el doctor Simón Barquera Cervera, director del Área de Investigación en Políticas y Programas de Nutrición en el Centro de Investigación en Nutrición y Salud del INSP, explicó que el análisis de 371 cereales dulces de los que el 69 por ciento no son saludables, es parte de un proyecto que se realiza en distintos países para estudiar el ambiente alimentario.
«Cuando tratamos de entender por qué hay tanta obesidad actualmente en el mundo observamos que no se debe a los genes o que alguien haga algo muy mal, sino a que el ambiente alimentario; es decir, lo que tenemos disponible y la forma en la que nos estamos alimentando están cambiando muchísimo», dijo.
Sin mencionar marcas, el especialista aseguró que, en general, «los cereales están muy mal en México» y agregó que la manera en la que están diseñados «son más un dulce, una golosina, que un alimento».
En noviembre del año pasado, el Presidente Enrique Peña Nieto –en un hecho sin precedentes– decretó en el país una alerta epidemiológica por sobrepeso, obesidad y diabetes.
Actualmente, sostuvo, «la diabetes es la principal carga que tenemos en salud en el país» y calculó que alrededor del 14 por ciento de la población mexicana adulta vive con dicha enfermedad no transmisible.
La Ensanut 2012 reveló que 7 de cada 10 adultos y 3 de cada 10 niños presentan exceso de peso en todos los grupos socioeconómicos, incluidas las zonas que viven en situación de inseguridad alimentaria.
Por ello, comercializar cereales con cantidades excesivas de sodio y azúcar, consideró el doctor, «es muy grave y el hecho de que los cereales tengan tanta azúcar no es congruente con la problemática epidemiológica y de salud que tenemos», afirmó.
Asimismo, agregó que factores importantes que influyen en el cambio de dieta de las personas son la publicidad, los anuncios y la disponibilidad de los alimentos y productos procesados.
Destacó, además, que los cereales dulces, a pesar de ser dañinos para salud, son publicitados como «una forma saludable de comenzar el día» y el etiquetado en el país «es difícil de entender, es engañoso», por lo que no le permite a la población saber si el producto es bueno o malo.
Ante este panorama, el experto subrayó la necesidad de implementar un etiquetado nutrimental que permita a los mexicanos reconocer qué productos contienen elevadas cantidades de azúcares, sodio grasa y calorías.
Otra de las recomendaciones gira en torno a la regulación de publicidad, a fin de evitar que los productos ultraprocesados se publiciten con personajes y colores llamativos para la población infantil.
Por otro lado, enfatizó en la importancia de hacer a un lado el conflicto de interés en la toma de decisiones, ya que en ocasiones la industria participa y no permite el avance en la regulación del etiquetado y la publicidad, por ejemplo.
«[El conflicto de interés] es muy común en México y la vacuna [contra la obesidad y la diabetes] es la prevención y la implementación de medidas efectivas libres de conflicto de interés».
Añadió que el papel de la industria debe ser de responsabilidad social, por lo que urgió a que se replantee la forma de producir cereales y se reduzca el contenido de azúcar y sal.
Reino Unido, por ejemplo, se fijó el objetivo de reducir el contenido de sodio a 235 miligramos por cada 100 gramos de cereal, pero en México estos productos cuentan con más de 450 miligramos del elemento en 100 gramos.
«Ya es momento empezar a tratar el tema de obesidad con seriedad; es decir, implementar una buena regulación y que las industrias actúen con responsabilidad social», concluyó.