La acción legal de Los Ángeles se une a las de California y San Francisco, que interpusieron sus propias demandas el pasado 14 de agosto, y a otras en todo el país como la de Chicago.
Los Ángeles (EU), 22 de agosto (EFE).- Los Ángeles demandó hoy al Gobierno de Estados Unidos por amenazar con retener fondos federales a las «ciudades santuario», aquellas que han decidido de manera municipal no colaborar con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en la persecución de migrantes en situación irregular.
«Vamos a denunciar para impedir que la Administración (del Presidente Donald) Trump imponga su voluntad en nuestra ciudad inconstitucionalmente», señaló hoy por medio de un comunicado de prensa el fiscal de Los Ángeles, Mike Feuer.
La demanda cuestiona que se supedite la adjudicación de fondos federales a que las fuerzas de seguridad locales y estatales ayuden en sus labores al ICE.
«La Administración pondría a Los Ángeles ante la insostenible decisión de arriesgar un subsidio clave para la seguridad pública o convertir a la Policía de Los Ángeles en un brazo de la política de inmigración federal», añadió Feuer.
La Fiscalía angelina se refiere concretamente al fondo federal Edward Byrnes Memorial Justice Assistance Grant, destinado a programas de seguridad y prevención del crimen y que, según sus datos, ha proporcionado más de un millón de dólares a Los Ángeles cada año desde 1997.
En 2006, esta ciudad californiana obtuvo 1.8 millones provenientes de este fondo.
El Departamento de Justicia confiaba en doblegar a las «ciudades santuario» con unos nuevos criterios para su obtención que incluyen garantizar el acceso sin límite a los agentes federales en las ciudades para que busquen a indocumentados, o la obligatoriedad de que la policía municipal avise 48 horas antes acerca de su intención de liberar a un inmigrante en situación irregular.
La acción legal de Los Ángeles se une a las de California y San Francisco, que interpusieron sus propias demandas el pasado 14 de agosto, y a otras en todo el país como la de Chicago.
Como respuesta a la denuncia de Chicago, el fiscal general de EU, Jeff Sessions, afirmó que esa demanda no servirá para que reciban los fondos federales, si no dejan de ser una «ciudad santuario», y aseguró que «el dinero de los contribuyentes federales no ayudará a una ciudad que se niega a ayudar a sus propios ciudadanos».