El artista plástico Jorge Ismael es un planeador, pero no por su gusto por planificar, sino porque deja que el aire guíe sus movimientos. Lo ha conducido hasta Japón, Brasil y República Checa, pero ahora vuelve a Veracruz, México, con «Masa-Crítica. Reservorio-Xalapa», una muestra individual compuesta de piezas de obsidiana labrada que se modifican al interactuar con ellas y buscan la transformación de sus espectadores.
Ciudad de México, 20 de agosto (SinEmbargo).– La masa crítica. Un término físico, que se refiere a la cantidad de material necesaria para que se mantenga una reacción nuclear en cadena. También, un concepto sociológico que apunta al conjunto de personas indispensables para que ocurra un fenómeno concreto. Un reservorio. El lugar que aloja virus o bacterias que pueden provocar una epidemia.
La exposición «Masa-Crítica. Reservorio-Xalapa» de Jorge Ismael Rodríguez, artista plástico de la Ciudad de México, es un conjunto de todo esto. Hay esculturas de obsidiana que necesitan ser vistas, tocadas y reflejadas para estar completas.
«A los que van a ver mi exposición les digo simbiontes, porque si hago algo y nada más lo ven, no sirve de nada. Yo necesito alguien que cierre la pieza, que vaya y se involucre con lo que hago. En ese momento, la pieza ya nació, ya vivió, ya tiene sentido. Entras a la exposición y la activas con tu presencia. Tus reflejos empiezan a modificar todo lo que hay ahí y pienso que eso también te modifica a ti. El encuentro contigo mismo se da de manera sutil y te va dando imágenes distintas de ti, aunque no las veas pero están ocurriendo. Quiero pensar que cuando sales de ese lugar sales transformado», dice Jorge Ismael en entrevista con Magazine.
Para el artista es importante que la gente sepa que se puede interactuar con los objetos, aunque las reglas de la Galería Ramón Alva de la Canal (RAC) de la Universidad Veracruzana, digan lo contrario. Es este recinto el que recibe la muestra individual del escultor, quien vuelve a montar en México después de varios proyectos en países como Canadá, Japón y Colombia.
«Son piedras labradas de obsidiana. Es un vidrio, refleja como un espejo, para los antiguos mexicanos era el espejo del alma. Cuando lo golpeas adquiere filos espectaculares, entonces se usó para hacer sacrificios , dicen que para cirugías. O si pones la obsidiana al sol y luego sobre una herida, te sana. Es un material que vive después de que el hombre le mete la mano», menciona.
PIEDRAS QUE HABLAN
Rodríguez explica que «Masa-Crítica. Reservorio-Xalapa», parte de su preocupación por la realidad nacional y mundial. «Estamos en una época horrible, no hay un lugar hay que quieras ir, estamos pasándola mal. Pero, para hablar de lo mal que está todo están los periodistas, en la vida real me preocupa mucho todo lo que pasa y soy muy humano en función de lo que ocurre con la política y la sociedad. Ya en mi forma de expresión, pretendo establecer diálogos bienintencionados con las personas que van».
Y aunque dice sentirse orgulloso de todos sus trabajos, sobre todo de los más grandes, confiesa que ahora está «profundamente enamorado» de su actual obra. «Quiero hacer lo que hice ahorita, el poder saber que aunque yo no esté, la pieza se transforma con la presencia de la gente, que el espacio completo se transforma y que las personas que entran, aunque no lo sepan o no lo quieran, van a tener una transformación».
Al preguntarle si las piedras negras también hablan, el artista con 40 años de carrera contestó: “Hablan, y de qué manera. El objeto como tal y su historia te lleva a reflexiones sobre identidad. Hoy que estamos en un momento donde la identidad está muy debilitada, donde llevamos de Salinas para acá construyendo la destrucción de la identidad nacional para convertirnos en nativos amistosos. Me doy cuenta que mi trabajo es súper narrativo, lo que hago es darles voz, pero dicen lo que quieren. las piedras negras hablan mucho, muchísimo, qué miedo».
EL ARTE EFERVESCENTE
La muestra estará en Xalapa hasta el 3 de septiembre y Jorge Ismael ya tiene propuestas para llevarla a otras galerías, entre ellas a la Ciudad de México, en un par de meses, un sitio en donde las propuestas artísticas se encuentran al por mayor, pero ¿son éstas de calidad?
«Generalizar es muy cómodo y divertido. Hay quien vive de generalizar. Creo que sí hay algunos o muchos sastres vendedores de trajes para el emperador, porque hay muchos compradores para ese traje y también hay obra virtuosa muy banal. Hay obra que trasciende su excelente manufactura y en el arte contemporáneo más conceptualizado y filosofado, también hay cosas muy interesantes. Pero también, en la última feria de arte, vimos la misma piezas tres veces: bicicletas amontonadas, que vienen de las sillas amontonadas y otra cosa amontonada. Pero ahorita vende bien porque hay una galería que lo promueve», dice.
En cuento a sus favoritos en el arte contemporáneo internacional, menciona que las propuestas del pintor chino Cai Guo-Qiang, la serbia Marina Abramovic yYayoi Kusama, «le vuelven loco».
«En México el panorama es efervescente, maravilloso […] Hay muchísimo, un montón de escuelas de arte serias, de chavos muy ilusionados reflexionando, un montón de exposiciones todos los días y en todos lados, algunas muy interesantes. Me encanta México, sí es un lugar espectacular en producción.
En el mundo Bogotá también está efervescente, están trabajando en colectivos, aquí estamos en individual. En Japón son muy individuales, pero son gente que ama su trabajo y hace cosas muy reflexionadas y sentidas. Ahorita el mundo está lleno de arte, lo que me parece preocupante es que hay tanto y tan a la mano que empieza a ser difícil ver algo que no hayas visto, pero siempre te tropiezas con algo maravilloso», finaliza.
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«Masa-Crítica. Reservorio-Xalapa» de Jorge Ismael Rodríguez. Hasta el 3 de septiembre, de lunes a viernes de 9:00 a 20:00 horas; sábado y domingo de 9:00 a 14:00 y de 15:00 a 20:00. Zamora 27. Col. Centro. Xalapa, Veracruz.