El futuro caza ruso volará a alturas inalcanzables para los aviones actuales y estará rodeado de una armadura electrónica que lo hará invisible al enemigo.
Ciudad de México, 14 de agosto (SinEmbargo/RT).- Acaba de nacer la quinta generación del Su-57 (T-50). Nueve de estas máquinas están pasando el periodo de pruebas y el próximo año deben formar parte de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia.
Mientras tanto, Rusia está trabajando activamente en los cazas de la siguiente generación, la sexta, tal y como anunció el director general adjunto del consorcio de Tecnologías Radioelectrónicas KRET, Vladímir Mijéyev, en una entrevista al canal de televisión Zvezdá en el salón aeroespacial MAKS-2017.
Según Mijéyev, el primer modelo de este caza aparecerá en 2030. El funcionario no ha querido revelar más detalles del futuro avión y se ha limitado a decir que en su construcción se usará la tecnología de sigilo. Los motores del caza serán capaces de realizar un vuelo hipersónico.
Pero lo más importante, según el funcionario, es que el futuro caza tendrá a bordo nuevos equipos súper-inteligentes que le permitirán volar a una altura inalcanzable para los aviones actuales.
LA GUERRA DEL FUTURO
El director general adjunto de la Investigación y desarrollo del consorcio Tecnologías Radioelectrónicas, Guivi Dzhandzhgava, afirma que los cazas de las siguientes generaciones serán capaces de llevar a cabo tareas que los aviones hoy en día no pueden realizar (como volar a velocidad hipersónica, funcionar de forma autónoma y sin piloto, entre otras) y podrán utilizar medios de guerra electrónica no solo como armas sino también como una especie de armadura que localiza los objetivos y los apunta con misiles que contienen bombas de alta precisión.
Esta armada voladora funcionará como un rebaño, coordinando sus acciones en grupo, sin control humano, intercambiando información de reconocimiento y combate e interactuando con las fuerzas terrestres y espaciales.
Según Dzhandzhgava, esto se conoce como gestión centralizada de la red y se considera una de las características más importantes de los cazas de sexta generación.
«Desde el punto de vista de la electrónica, las aeronaves modernas han alcanzado un nivel en el que es imposible mejorar significativamente su potencial. Las modificaciones realizadas en los cazas Su-27, Su-30 y Mig-35 y sus motores muestran una superioridad de un 30 por ciento en términos de velocidad y maniobrabilidad, comparado con sus versiones anteriores. Además, gracias a la creación de nuevos ‘cerebros’ aviónicos, la eficacia de los cazas aumentará notablemente», subraya Dzhandzhgava.
El funcionario agrega que la única máquina capaz de actuar así es el caza Su-57 (T-50). Es el primer caza en el que se utiliza un radar de barrido electrónico activo (conocido como AESA, por sus siglas en inglés).
El nuevo localizador puede escanear el espacio y en menos de un segundo girar 200 grados a ambos lados del caza para cambiar la zona de cobertura. También puede elegir sus objetivos, apuntarlos, contrarrestar una acción radioelectrónica, así como crear un «escudo invisible» electrónico alrededor del caza.
Según el especialista, hoy en día el radar AESA ayuda a hacer realidad la idea de una acción de combate de gestión centralizada, cuando un caza se convierte en el puesto de mando para las fuerzas terrestres, el sistema de defensa aéreo y otros grupos de los cazas.
LAS ARMAS DE CAZA DE SEXTA GENERACIÓN
Aparte de esto, el caza de sexta generación puede ‘quemar’ los ‘ojos’ de los misiles enemigos, señalan los expertos de KRET. Estas tareas serán realizadas por el radar AESA.
La antena del complejo, según Dzhandzhgava, es capaz de transmitir una señal desde los dispositivos de interferencia. Sabiendo que la antena del Su-57 (T-50) cubre básicamente 200 grados alrededor del caza, se puede suponer que este rayo puede destrozar la trayectoria de un avión desde una superficie lateral o desde el borde de un ala.
Al igual que un avión de ciencia ficción, el caza estará rodeado por una armadura electrónica que lo hará invisible para el enemigo y hará que actúe como un arma que ‘apaga’ los sistemas de armas del enemigo.
Además de las armas electrónicas, el caza de sexta generación tendrá también las armas tradicionales. Según Mijéyev, los cazas contarán con misiles supersónicos de largo alcance capaces de atacar sus objetivos por tierra, mar y aire. Seguirán el principio de ‘caza libre y responsabilidad colectiva’. Esto significa que los nuevos misiles contarán con inteligencia artificial, seleccionarán de forma autónoma los objetivos primarios y secundarios, los ordenarán entre sí y los destruirán en función de sus prioridades.