Acorralados por un entorno que cuestiona la globalización y a los políticos, el PRI abre candados para la postulación de ciudadanos “simpatizantes” no priístas a la Presidencia de la República.
La medida beneficia sobre todo, en el gabinete, al Secretario de Hacienda, José Antonio Meade, que ocupó el mismo cargo en el sexenio del panista Felipe Calderón y que hoy, con el resto del gabinete, acudió a la clausura de la XXII Asamblea Nacional priísta.
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Ciudad de México, 12 de agosto (SinEmbargo).– En el priismo nada está escrito, y la decisión de abrir los candados, interpretaban hoy los reporteros cubriendo el evento, amplía solamente el abanico de opciones en las aún están los Secretarios de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y de Educación, Aurelio Nuño, cuya dudosa trayectoria en el partido quedó hoy también eliminada como obstáculo para que busque la candidatura.
La dedicatoria para Meade, sin embargo, pareció tan obvia que tanto Ochoa Reza, como la secretaria general del CEN, Claudia Ruiz Massieu, tuvieron que decir a los medios que no «era un traje a la medida» para nadie.
De consolidarse la candidatura de Meade, decisión que tomará el Presidente Enrique Peña Nieto, aparecería como el ciudadano simpatizante «no priísta» que representaría al tricolor en uno de sus periodos de mayor desprestigio.
En un contexto de preferencias electorales anti-sistema, sin embargo, Meade representa precisamente al sistema que, al margen de las siglas partidarias, ha gobernado México desde hace 35 años. Egresado del Instituto Tecnológico Autónomo de México e hijo del influyente político priísta Dionisio Meade, el hoy titular de Hacienda forma parte además del círculo cercano a Luis Videgaray Caso, su predecesor en Hacienda, itamita como él y considerado como alter ego de Peña Nieto.
–¿Votaría la militancia por Antonio Meade? –se le preguntó a otra militante, Nora Navarrete, que acudió como delegada de la Ciudad de México.
–No sería mal candidato. Los priístas somos institucionales y tenemos unidad. Para eso fueron más de cien días de asamblea, para ponernos de acuerdo.
Al clausurar la XXII Asamblea Nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Presidente Enrique Peña Nieto hizo un diagnóstico sobre las dificultades y el desprestigio que enfrentan las instituciones políticas no sólo en México, dijo, sino en todo el mundo. Lo hizo justo después de destacar los acuerdos partidistas tomados la semana previa en materia de combate a la corrupción –como la creación de una Secretaría que refuerce a la Comisión de Justicia Partidaria– y de asegurar que, “por casos individuales se pretende denostar a todo el partido”.
Pero la política está siendo cuestionada en gran parte del mundo, afirmó el Presidente. “Las expectativas ciudadanas y el debate público se han transformado, la confianza en las instituciones, en la apertura económica y la globalización se ha debilitado”, advirtió.
Por eso, dijo, el PRI aprobó el miércoles pasado la eliminación de un “candado” en los Estatutos que, hasta hoy, exigía una militancia mínima de diez años en el partido para quienes aspiraran a la candidatura por la Presidencia de la República.
Sin este requisito, el partido tiene ahora la opción de postular para la máxima magistratura a ciudadanos “simpatizantes”; medida que allana el camino para el actual Secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña, “no priísta” que también fue Secretario de Hacienda en el sexenio del panista Felipe Calderón y que hoy, como el resto del gabinete de Peña, escuchó el discurso desde la primera fila de la asamblea tricolor.
“De ahí la importancia de la actualización de nuestros estatutos, que nos abre a la sociedad y nos acerca a los ciudadanos”, dijo el mandatario desde el escenario del Palacio de los Deportes.
“Los cambios que hemos aprobado nos ponen al día, nos dan competitividad y nos fortalecen, frente a los retos electorales que habremos de asumir”, agregó Peña.
Las porras y los aplausos para celebrar las palabras del titular del Ejecutivo –por mucho el más aplaudido durante el encuentro– dejaron atrás las interpretaciones de que la exigencia de que una consulta ciudadana para elegir al candidato presidencial provocaría una fractura interna. En su momento, el diputado federal yucateco Jorge Carlos Ramírez, que presentó el dictamen de la mesa de estatutos en la que se discutió la propuesta de consulta, arrancó una de las rondas de aplausos más espontánea al decir que, aun después de 10 horas y media de debate, los delegados que acudieron a Campeche terminaron convencidos de que “somos invencibles porque permanecimos unidos”.
También Ochoa Reza, en el tono triunfalista que mantuvo durante todo el evento, se jactó de que el priísmo desmintiera hoy “a aquellos que pensaron que esta asamblea iba a generar desunión”, como se desmintió también, agregó, a quienes vaticinaban una derrota tricolor en las elecciones de este año.
“Y aquí está la muestra, con nuestros Gobernadores electos: ¡ganamos en el Estado de México con Alfredo del Mazo!”, exclamó, seguido de aplausos. “Ganamos en el Estado de Coahuila con nuestro Gobernador electo, Miguel Riquelme”, agregó también entre aplausos.
Como la unidad priísta y la derrota de las predicciones de fractura interna, otro de los temas medulares en los discursos fue lo que una y otra vez llamaron uno de los principales legados del Gobierno de Peña Nieto: las reformas estructurales aprobadas, como la energética que, por primera vez en casi cien años, abrió al capital privado todos los eslabones de la industria de los hidrocarburos mexicanos.
Y para que quedara claro que defender este programa de reformas estaba por encima de las diferencias internas, su inclusión en el dictamen de “visión de futuro” del partido fue presentada por uno de los principales detractores de la actual dirigencia priísta: el ex Gobernador sonorense y ex dirigente nacional, Manlio Fabio Beltrones.
“Un denominador común que encontrarán en la lectura del documento que ya se encuentra a su disposición, fue el reconocimiento a lo que en los últimos años el PRI y los gobiernos del PRI, pero en especial el Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto ha hecho por las reformas estructurales –dijo, seguido también de una ovación. Y esto es la base y sustento de lo que debe de hacernos mirar al futuro”.
Celebrada cada tres años, la asamblea nacional priísta es, en teoría, el máximo órgano de decisión del partido. A esta edición, el tricolor llegó dividido entre quienes, como la dirigencia, consideran que el triunfo de Del Mazo en el Estado de México sobre la candidata del Movimiento de Regeneración Nacional, Delfina Gómez, es augurio de la competencia que el priísmo puede dar en 2018 a Andrés Manuel López Obrador, candidato que incluso medios internacionales identifican como puntero en las preferencias electorales. En contraposición estaban diversos críticos que, como la ex gobernadora yucateca Ivonne Ortega, advertían que la victoria de Del Mazo era tan estrecha que no se podían lanzar campanas al vuelo y que una consulta a las bases era necesaria para garantizar el voto de la militancia. La imposición del aspirante por parte de la cúpula, en cambio, insistió Ortega, estaba entre las causas del distanciamiento de las bases ya probado, sobre todo, con las siete derrotas en las elecciones de 2015, como Chihuahua, Veracruz y Quintana Roo.
Nada de la consulta abierta a la militancia quedó en los dictámenes finales y, aun así, en la asamblea de hoy no hubo muestras de protesta. Sin demora, a mano alzada y sin que el conductor del evento preguntara si había votos en contra, en menos de un minuto dio por aprobados los dictámenes, que incluyeron también un 30 por ciento de candidaturas para los sectores juveniles del partido y otro 50 por ciento para mujeres.
“Quiero pensar que fue por anteponer la unidad”, dijo en entrevista al final de la asamblea la militante Juliana Garza, que acudió como delegada del estado de Tamaulipas y quien dijo haber apoyado la consulta abierta.
“Hay muchos pros y contras; la militancia esperaba la consulta a las bases. Pero, y por eso digo que quiero pensar que se antepuso la unidad, estos procesos pueden terminar con militantes dolidos”, agregó la entrevistada, de profesión maestra.
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