En los últimos días, autoridades capitalinas han filtrado a la prensa información sobre Rigoberto Salgado Vázquez, sobre la investigación que se le sigue y sobre sus presuntos nexos con el crimen organizado. Pero podría haber un conflicto de interés muy serio allí: el Gobierno de la CdMx tiene un interés puntual al hundir al político de Morena, porque el próximo año, dicen todas las encuestas, perderá todo en las elecciones.
La siguiente investigación de la Unidad de Datos de SinEmbargo no toma en cuenta esa data (las fuentes informales o las filtraciones). Toma lo existente, es decir, la narrativa que el propio político escribió sobre su fortuna en estos años. Y el dinero, como se dice, no se puede ocultar. El Delegado se hizo millonario en poco tiempo. Eso arroja la revisión de sus cuentas, realizada durante una semana por un equipo de periodistas.
Él mismo, a través de su declaración «3de3», da cuenta de su enriquecimiento. En 2004, la capacidad de compra inmobiliaria de Salgado Vázquez, actual Delegado de Tláhuac, sólo fue posible a través de un crédito. Ese año adquirió con un préstamo un departamento de 49 metros cuadrados que le costó 300 mil pesos.
Diez años después el funcionario, señalado de tener vínculos con grupos delincuenciales, era millonario. En 2014, pagó al contado dos millones de pesos por una casa. Departamento y casa se encuentran en la Delegación Tláhuac, la demarcación que gobierna desde octubre de 2015.
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Ciudad de México, 6 de julio (SinEmbargo).– En 2012, el Delegado de Tláhuac, Rigoberto Salgado Vázquez ya era millonario. Pagó al contado dos millones de pesos una casa de 500 metros de construcción en un terreno de 270 metros cuadrados en la Delegación Tláhuac, que gobernaría cinco años más tarde. Esa propiedad puede venderse hoy a un valor comercial de hasta seis millones de pesos, de acuerdo con una consulta con valuadores inmobiliarios.
Esa propiedad se agregó en su peculio inmobiliario a un departamento de 49 metros cuadrados adquirido en 2004 en 300 mil pesos a crédito, cuando era secretario de Seguridad Pública en Tláhuac y bajo su responsabilidad quedaron los trágicos acontecimientos de San Juan Ixtayopan en los que una turba de pobladores linchó a tres agentes de la policía federal y les prendió fuego.
La casa y el departamento son las únicas propiedades que Rigoberto Salgado Vázquez acepta y puso en datos públicos consultables. Lo hizo a través de la declaración «3de3» presentada en la plataforma ciudadana del mismo nombre. Ahí admite que su capacidad de compra inmobiliaria en 2004 se limitaba a un crédito y que diez años después era tan solvente que podía pagar al contado millones de pesos.
De acuerdo con el marco legislativo que rige a los servidores públicos, la declaración patrimonial es el medio que tienen los funcionarios públicos para presentar la fortuna. En esencia, su utilidad es que tanto las autoridades como los ciudadanos valoren si el patrimonio de un funcionario ha evolucionado de manera congruente.
El formato en la Contraloría del Gobierno de la Ciudad de México de la declaración patrimonial sólo permite indicar las adquisiciones de bienes inmuebles que se han hecho por año y no lo que se ha acumulado. Así, Salgado Vázquez no le brindó los datos de estas dos propiedades al Gobierno de la capital.
Hasta ahora, los servidores podían dejar de declarar intereses y obligaciones fiscales si así lo deseaban. Con la entrada en vigor el pasado 18 de julio de la Ley General de Responsabilidades Administrativas, parte del andamiaje del nuevo Sistema Nacional Anticorrupción, los funcionarios deben declarar bienes, intereses y obligaciones fiscales. Y, por lo menos como indica esa renovada Ley, no deben incurrir ni en mentiras ni omisiones.
Este medio digital tuvo acceso a una indagatoria que se le sigue al Delegado. Ahí, hay indicios de una casa de tres pisos en un terreno de 6 mil 823 metros cuadrados en la Colonia Santa Catarina Yecahuizotl (Tláhuac). Se trata de una residencia con sistemas de videovigilancia y guardias de vigilantes que el funcionario no declaró ni ante la Contraloría de la Ciudad de México ni en la «3de3» ciudadana.
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Eso es lo que el Delegado quien debe responder por supuestos vínculos con grupos delincuenciales que operaban en su delegación acepta como propiedades. La indagatoria a la que SinEmbargo tuvo acceso indica que en la red familiar y amigos de Salgado Vázquez puede estar escondida una fortuna amasada en los últimos años.
En la «3de3», el funcionario incluye en su círculo cercano a cinco personas. Los lista como dependientes económicos. María Aurora Martínez Martínez quien es su esposa; Raúl, Víctor y León Salgado Martínez como sus hijos y María Vázquez Tepezano, su madre. Los parentescos fueron averiguados por esta Unidad de Datos.
La misma averiguación indica que la madre, María Vázquez Tepozano, aparece como dueña en el Registro Público de la Propiedad y Comercio de otra casa en la misma delegación. Estas propiedades han sido remodeladas con los años y de simples viviendas pasaron a ser mansiones.
Hasta julio de 2015, la casa adjudicada a la mamá no era muy diferente a la de sus vecinos en la colonia. Un portón y una reja negras, un par de ventanas con vista al corredor público, y cuatro pequeños cipreses complementaban la fachada color salmón deslustrado de la vivienda. En contraste, las imágenes de ahora muestran que se amplió el segundo nivel y la fachada fue decorada con cantera.
En cuatro meses, quien en su página de Facebook se autodenomina “político mexicano, militante y fundador del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena)” tendrá 48 años de edad. En estos años su familia ha logrado de hacerse de restaurantes de mariscos que llevan un nombre que remite al norte del país, “La Carreta del Pacífico”.
Una búsqueda en el Registro Nacional de Profesionistas de la Secretaría de Educación Pública arroja que en 2011 obtuvo la cédula 7263880 como Licenciado en Derecho por la Universidad Tecnológica de México.