Redacción/SinEmbargo
30/07/2017 - 6:57 am
¡Ciegos, sordos e idiotas…! / ¿Algún responsable?
ven la tragedia y no se arrodillan’, dice el refrán, en alusión a los ciegos, sordos e idiotas que, frente al terremoto, voltean sin siquiera santiguarse. Y viene a cuento porque ante el terremoto que derrumba a Morena y deslava la imagen y credibilidad de ‘la honestidad valiente’, del ‘Mesías’, de sus gerentes y su prensa militante, nadie parece entender el tamaño del problema.
¡Ciegos, sordos e idiotas…!
En Milenio, el periodista Ricardo Alemán, se refiere a quienes no entienden o no aceptan las críticas que han aparecido a lo largo de la semana contra Andrés Manuel López Obrador y el partido Morena, ante el escándalo suscitado en la delegación Tláhuac a causa del operativo contra un líder criminal, y también contra el delegado Rigoberto Salgado por la distribución y venta de drogas y escribe que: “’ven la tragedia y no se arrodillan’, dice el refrán, en alusión a los ciegos, sordos e idiotas que, frente al terremoto, voltean sin siquiera santiguarse. Y viene a cuento porque ante el terremoto que derrumba a Morena y deslava la imagen y credibilidad de ‘la honestidad valiente’, del ‘Mesías’, de sus gerentes y su prensa militante, nadie parece entender el tamaño del problema. […]. Y si nada ven, nada escuchan y nada entienden los dueños de Morena y su ‘Guardia Pretoriana’, a nadie debe sorprender que Rigoberto Salgado […], también sea sordo, ciego e idiota. El problema es que unos y otros […] no entienden que no pueden solapar o justificar la narcopolítica de Morena en Tláhuac, sin pagar el costo de esa delirante aberración. Podrán decir misa, podrán recurrir al recurso engañabobos del ‘complot’, pero no podrán impedir las indagatorias contra la mafia de ‘Los R’ […], y tampoco frenarán la estratagema político-electoral de hacer ver a Tláhuac como ejemplo de la limpia contra la narcoplítica. ¿Por qué no podrán impedir la investigación del narcodelegado? 1. Porque la autoridad federal y la capitalina tienen las pruebas en la mano. 2. Porque Rigoberto Salgado es hoy el René Bejarano de ayer. 3. Porque el Estado también castiga a los servidores sordos, ciegos e idiotas. […]. ‘¿Por qué la crítica feroz a Andrés Manuel López Obrador, a Morena y al narcodelegado‘?, preguntan esquizofrénicos los escribanos a sueldo. […]. En toda contienda presidencial, lo saludable y lo que exigen los ciudadanos a los medios serios es colocar una lupa gigante sobre el puntero, del partido que sea. Si lo olvidaron, recuerden la madriza mediática al candidato Trump. Lo cierto es que Morena, Andrés Manuel López Obrador y tinterillos a sueldo debieron exigir que se investigue al narcodelegado, único culpable del lodo lanzado al rostro de Morena. Si lo solapan, pagarán la idiotez, la ceguera y la sordera. Al tiempo».
¿Algún responsable?
En el diario Reforma, su columna de trascendidos Templo Mayor, haciendo una comparativa entre lo ocurrido en Tláhuac y en el socavón del Paso Exprés de Cuernavaca, lo que tienen en común ambos casos es que las autoridades de todos los niveles no se han hecho responsables de lo sucedido y solamente se han repartido culpas los unos a los otros, aprovechando la ocasión para tratar de desprestigiar a sus adversarios políticos, asegura que: «¿qué tienen en común el abatimiento de Jesús Pérez Luna, ‘El Ojos’, en Tláhuac y el socavón que se abrió en el Paso Exprés de Cuernavaca? Que son asuntos en los que la repartición de culpas entre autoridades se convirtió en el tema central después del suceso. En ambos casos, los gobiernos a nivel municipal, estatal y federal se dedicaron desde el primer día a aventarse la bolita por sus acciones… pero sobre todo por sus omisiones. También lo han hecho legisladores y dirigentes de partidos quienes, mientras intentan a toda costa deslindar a sus correligionarios, aprovechan cualquier oportunidad para rayarle la carrocería a sus contrarios. Y entre tanta acusación cruzada, quienes […] acaban pagando el pato son los ciudadanos. Lo mismo los dos hombres que murieron en Morelos que los miles de tlahuaquenses que llevaban años viviendo bajo el dominio de un capo de la droga. ¿Y de eso tendrán algo que decir las autoridades y los políticos que tanto han hablado de esos temas en las últimas semanas? Es pregunta de mayoría silenciosa».
¿Premios a la puntualidad?
En El Universal, su Editorial, hace una critica al Gobierno Federal por la cantidad de dinero que destina a dependencias gubernamentales para premiar la puntualidad laboral, siendo que el monto destinado entre 2013 y 2016 fue de 34 mil 707 millones 203 mil pesos, similar al total del presupuesto que recibió la Universidad Nacional Autónoma de México este año, argumentando que la puntualidad debería cumplirse por obligación, no como un incentivo, y: asegura que: «el uso indebido de los recursos públicos en México sigue siendo una de las principales causas de nuestra falta de crecimiento y desarrollo nacional. […]. Ejemplo claro de lo anterior, dado a conocer hoy por esta casa editorial, es que el Gobierno Federal ha desembolsado entre 2013 y 2016, 34 mil 707 millones 203 mil pesos en incentivos por llegar a tiempo a laborar como funcionarios públicos […], monto cercano al que la Federación destinó este año a la UNAM […]. Esta es una práctica relativamente común en los sectores público y privado, y se entiende que busca incentivar a los trabajadores, mejorar su disposición y desempeño laboral. […]. Por supuesto sería todavía mejor que la Federación […] reconsiderara la propia existencia de este incentivo. Porque, siendo serios, no se entiende cómo se eroga una cantidad de dinero equivalente a la otorgada a la máxima casa de estudios de nuestro país […] para premiar algo que, en principio, es una obligación de la burocracia que lo goza. Cualquier incentivo es bueno siempre y cuando tenga y cumpla un objetivo, pero justo porque el propósito de este premio es algo a lo que todo trabajador se compromete al firmar un contrato […], no se justifica su existencia. ¿Es correcto premiar el cumplimiento de una obligación? ¿Hacerlo con un alto costo al erario en tiempos de poca inversión pública, de poco gasto social? El criterio que debe primar a la hora de repartir los recursos entre tantísimos asuntos que hay por atender en México es el del mayor beneficio social, es decir, el que mejore la calidad de vida del mayor número de personas. Evidentemente, este no es el caso».
Pegasus, ¿una historia de corrupción?
En El Universal, su columna de trascendidos Bajo Reserva, habla sobre el caso de la compra del equipo de espionaje realizada por la Procuraduría General de la República, da el nombre de quien podría tener información clave al respecto de esta adquisición y asegura que: «en altos círculos del Gobierno Federal la información sobre la compra por parte de la Procuraduría General de la República, en octubre de 2014, del sofisticado equipo israelí de espionaje Pegasus por 32 millones de dólares a una empresa recién creada, […] que antes de ese contrato no tuvo ventas y que usó prestanombres, encendió las alertas. Nos dicen que hay alguien que estuvo muy cerca de la compra del software espía y que podría tener información clave sobre la empresa. Se trata nada menos que del actual titular de la Policía Federal Ministerial, Vidal Díaz-Leal Ochoa, quien estuvo al frente del Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia de la Procuraduría General de la República entre octubre de 2014 y enero de 2015. Aseguran que don Vidal no sólo tuvo acceso al uso de Pegasus, sino que estuvo muy cerca del proceso para adquirirlo, pues él era el jefe de inteligencia de la Procuraduría. Quizá, ahora sí, la mayoría de los seis miembros del Comité Coordinador del Sistema Nacional Anticorrupción decida que el caso de la adquisición de Pegasus es relevante, pues podría haber en él presuntos actos de corrupción, y se decida a revisar el tema. Muy interesante será saber qué dice don Vidal sobre la compra del sistema a presuntos prestanombres. Esta historia apenas inicia, ¿se tratará de una de corrupción?».
Barrales, ¿Inminente adiós?
En el Excélsior, el periodista Enrique Aranda, habla sobre la posición actual de la dirigente nacional del Partido de la Revolución Democrática, Alejandra Barrales, quien al interior del partido no ve segura su continuidad como dirigente ante las decisiones que ha tomado en los últimos tiempos, entre la que destaca la propuesta del Frente Amplio Democrático con miras al 2018 y escribe que: «colocada literalmente contra la pared por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación de Janine Otálora Malassis que, […], ordenó a la Comisión Jurisdiccional del perredismo definir si, […], viola o no los estatutos partidistas, la mancerista Alejandra Barrales Magdaleno parecería más dispuesta hoy a apresurar su retiro de la dirección del sol azteca que, […] dejar de nueva cuenta su posición en el Senado. Y esto, […] no sólo por lo endeble de su posición de dirigente que ocupa en calidad de ‘interina del interino’ Agustín Francisco de Asís Basave Benítez […] sino, fundamentalmente, por el escaso apoyo a la propuesta […] de Frente Amplio Democrático que ella, presumiblemente en lo oscurito, negoció con el […] panista Ricardo Anaya Cortés y que hoy, a decir de propios y extraños, ‘cada quien entiende como quiere y más conviene a su particular interés… […]. Es por ello que no son escasas las voces que, en el interior del sol azteca, dan por hecho el inminente arranque del proceso sucesorio de Barrales, aun cuando, destacan, son más los que ahora mismo apuestan a que, en caso de avanzar por esta ruta, el perredismo deberá optar por seleccionar a un dirigente para un periodo corto, es decir, para no más de doce meses en el cargo dado que, pasados los comicios del próximo 2018, a la vista los resultados obtenidos, el partido estará obligado a, con apoyo y la directa intervención del Instituto Nacional Electoral […] organizar una elección de dirigentes por un periodo trianual. Cuestión de días entonces, semanas en opinión de otros, el lanzamiento de la formal convocatoria a elección de nuevos dirigentes… atendiendo a la recomendación que, se estima, en tal sentido deberá emitir la Comisión Jurisdiccional partidista. Atentos pues…».
Nuestra democracia
En el Reforma, el periodista Enrique Aranda, hace un análisis del estado actual de la democracia mexicana y cómo es que se ha visto afectada, tanto por los problemas internos, ocasionados por el actuar de los representantes sociales y también por el entorno internacional y escribe que: «la democracia mexicana está en problemas: para unos, es la causa del ascenso en la criminalidad; para otros, ésta ha permitido la descentralización del poder que, a su vez, dio rienda suelta a los gobernadores para dispendiar los recursos, incurrir en todo tipo de actos de corrupción y vivir en la impunidad; para la mayoría, la democracia no ha traído consigo un mejor sistema de gobierno, una economía más exitosa o una sociedad más igualitaria. […]. El debate entre críticos de la democracia y sus defensores y proponentes es creciente y agudo, por no decir violento. Muchos atribuyen el resurgimiento del populismo a los defectos de la democracia, otros a sus excesos. […]. En una palabra, algunos critican a la democracia por los problemas que (supuestamente) causa, en tanto que otros lamentan la erosión de la misma. No hay un patrón único. La complejidad del momento que vivimos […] acentúa la percepción de que se trata de un fenómeno excepcional y exclusivo de nuestra era. Sin embargo, hace más de dos mil años Platón argumentaba que la tiranía puede emerger de una democracia madura al utilizar los mecanismos de la propia democracia, en tanto que Tucídides afirmaba que Atenas era ‘en teoría una democracia, pero de hecho constituye el gobierno de un individuo preeminente’. Entonces, como ahora, unos lamentaban los límites de la democracia en tanto que otros la veían como la causa de los problemas del momento. Poco ha cambiado en estos milenios. […]. Tampoco hay consenso sobre la naturaleza del problema: para unos, los que intentan explicar el ascenso del populismo, el problema es culpa de los políticos, quienes no saben conducirse, deciden en función de sus propios intereses y han alienado a la población. […]. También hay quienes afirman que el problema es producto de la propia democracia representativa porque, al transferir los electores su potestad a los representantes populares […], se creó el fenómeno de la insularidad de los políticos que no se sienten obligados ante los electores. Se trata de un triángulo en el que cada vértice tiene mayor o menor incidencia en cada país, según las circunstancias locales. Lo que es universal es la percepción de que la democracia no satisface, lo que con frecuencia produce cosas extrañas y sorpresivas. […]. Todos los mexicanos sabemos que nuestra democracia tiene enormes fallas, pero la principal de ellas, a mi modo de ver, es una muy simple: hemos adoptado algunas formas democráticas […], pero no hemos adoptado a la democracia como sistema de gobierno. Nuestro problema no es de democracia sino de la persistencia del sistema autoritario de antaño, pero ahora sin su ancestral fuerza o capacidad de acción. El dilema es muy simple: como probó el gobierno actual, retornar al pasado no es posible; la alternativa es seguir sin rumbo o construir una nueva estructura política».
Problemas de migración
En Milenio, su columna de trascendidos Trascendió, asegura: «que a decir de la diputada federal Bárbara Botello, del Partido Revolucionario Institucional, la marginación en todos los estados del país se ha convertido en un lastre nacional y los gobernadores solo recurren a pretextos para no combatirla y que este mal persista. Ante los escándalos políticos que tienen en jaque a muchos mandatarios locales, la legisladora por Guanajuato hizo ver que la democracia no se reduce a las contiendas electorales, sino que va más allá y debe reflejarse en educación de calidad, empleo, vivienda, salud adecuada y alimentación».
Ejercicio interesante
En el Excélsior, su columna de trascendidos, Frentes Políticos, asegura que: «el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales convocó a participar en la Identificación y Difusión de Buenas Prácticas de Apertura Gubernamental, en su edición 2017, y anunció que se reconocerán hasta 10 prácticas que sean ‘sobresalientes’. Hay que tener en cuenta que se podrán presentar compromisos susceptibles de ser replicados en los tres niveles de gobierno, que se hayan implementado a partir de la atención y solución colaborativa de problemas públicos. Las temáticas consideradas son: medio ambiente y recursos naturales, seguridad ciudadana, educación, mejora de trámites y servicios, salud y empleo. La pregunta es, ¿México tendrá 10 instancias ‘sobresalientes’? Lo dudamos».
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