Había pasado media hora de juego en el segundo tiempo, cuando el árbitro marcó un penal, decisión que no agradó para nada al defensor Marcos Lopes Vieira, que le conectó un puñetazo al juez en el rostro. El colegiado, Camilo Eustáquio de Souza, quien se desempeña como policía, entonces decidió tomar el arma.
Ciudad de México, 28 de junio (SinEmbargo/LaOpinión).– Parece una escena salida de una película.
En una liga brasileña se dio un hecho que es difícil de creer, pero hubo quien capturó las imágenes de un árbitro que tras ser agredido por un jugador corrió a buscar algo a su mochila y lo que sacó fue una pistola, y luego amagó a su agresor.
Había pasado media hora de juego en el segundo tiempo, cuando según las declaraciones de los testigos recogidas por GloboEsporte, el árbitro marcó un penal, decisión que no agradó para nada al defensor Marcos Lopes Vieira, que le conectó un puñetazo al juez en el rostro.
El colegiado, Camilo Eustáquio de Souza, que resulta ser un policía, entonces tomó la resolución de tomar el arma.
“No hubo ninguna exageración, porque la exageración sucede cuando hay un exceso. Traté de detener a un ciudadano infractor, es lo que me pide la ley”, dijo De Souza, quien ha sido denunciado por abuso de autoridad por el entrenador del jugador envuelto en el problema.