Japón es un país de contrastes: por una parte, está lleno de templos con gran paz espiritual y por otro, de ciudades llenas de movimiento y estímulos tecnológicos. Entre las vías de escape de los nipones, hay una serie de parques turísticos que en otro lugar se verían extraños, pero aquí no, es Japón.
Por Macarena Estaban Luna, Yorokobu
Ciudad de México, 23 de junio (SinEmbargo/ElDiario.es).–Japón vive desde tiempos remotos en una dualidad continua. Aunque su religión sintoísta y su educación han intentado que su sociedad fuera el sumun de la armonía, sus habitantes, como seres humanos, han acabado encontrando vías de escape que contuvieran pasión y adrenalina.
El resultado expone miles de contrastes: a escasos metros de un templo a menudo se puede encontrar un pachinko; alrededor de cada parque mudo hay un barrio lleno de rascacielos reproduciendo 15 anuncios a la vez; en las estaciones de metro se cruzan miles de salaryman con jóvenes vestidos de cosplay y en cualquier espacio público hay que guardar silencio, pero al acudir a un izakaya (bares aptos para socializar) hay tanto ruido que hacen falta timbres para llamar a los camareros. Esto es Japón. Por cada aspecto tradicional hay una contraposición.
Un ejemplo de este fenómeno son los parques de atracciones: a pesar de que en su modo de vida haya cierto sosiego, los más de 150 parques de atracciones que hay en el país demuestran que los japoneses también buscan potenciadores de emociones.
Enumerarlos todos sería tedioso. Solo entran en este elenco los parques de atracciones más insólitos de Japón:
Villa Española de Shima
Se trata de un parque temático basado en España. Situado en la prefectura de Mie (lejos de todas las típicas ciudades turísticas niponas), atrae a los japoneses con atracciones como La Tomatina (tomates giratorios que se chocan entre ellos), el Carrusel de Gaudí (un tiovivo decorado inspirado en el pintor catalán), el Barco Santa María o el viaje aventurero de Don Quijote, entre otras. Además de atracciones hay réplicas de la plaza Mayor de Madrid, el parque Güell, la Cibeles o el Castillo de Xavier. Todo acompañado de espectáculos y desfiles de lo más curioso: chicos disfrazados de toros cantando canciones españolas, un Don Quijote versión perruna o japonesas haciendo coreografías de flamenco. Y absolutamente todos los trabajadores del parque repitiendo sin cesar «¡Adiós, amigos!».
La prisión de Abashiri
En una ciudad pequeña situada al norte del país se encuentra la Prisión de Abashiri. Esta cárcel fue construida en 1890 para acoger a los prisioneros más peligrosos del país por un motivo: era casi imposible escapar. Tanto el clima extremadamente frío como los alrededores compuestos por un lago, un mar y bosques hacían esta ubicación perfecta para aislar a los prisioneros. Las infraestructuras recrean la durísima vida que tenían los presos, incluyendo en el itinerario la sala de los juicios, la de los castigos o la habitación donde se bañaban. Los visitantes, para empatizar con la historia, se visten de presidiarios durante la visita y están rodeados durante todo el trayecto por muñecos a tamaño real con aspecto de presos; además pueden degustar en la cafetería «el menú del condenado».
Harmonyland (o el universo de Hello Kitty)
Para cualquier fan de Hello Kitty esta es una parada obligatoria. Harmonyland es una mezcla entre la versión Disney del universo de la famosa gatita y un parque de atracciones. Se puede visitar su castillo (haciendo un tour por sus habitaciones y alrededores), montarse en su tren, hacerte fotos con ella o subirte a cualquiera de las atracciones del parque customizadas al estilo de Hello Kitty. Estas incluyen un paseo en barco por una recreación de los países donde ha vivido la gatita, una noria con cabinas pintadas con la cara de Kitty, la versión del saltamontes con la cabeza de la gata y así sucesivamente.
Fuji Q-Land
Al lado del famoso monte Fuji está emplazado el Fuji Q-Land, un parque de atracciones cuya meta es ser el mayor acaparador del mundo de récords Guinness. De las 14 veces que lo han conseguido, dos siguen vigentes ahora mismo: la montaña rusa más empinada del mundo y la que tiene mayor aceleración (realiza la primera subida en 1,8 segundos). El resto de atracciones, en su mayoría montañas rusas, siguen ocupando altos puestos en distintas clasificaciones: octava más alta del mundo, quinta más larga, décima más rápida y así un largo etc. con casi todas ellas. Además de disparar las pulsaciones, el parque hace guiños a la cultura más tradicional japonesa (hay una atracción liderada por el típico gato que saluda) y al universo manga.
Próximamente, montaña rusa-spa, Totoro y Nintendo
Actualmente están en construcción otros parques que causarán furor. Entre ellos, una montaña rusa cuyos vagones son también un spa (en la isla de Kyushu) o el parque Ghibli, que representa el universo de Totoro y que será construido en Nagoya, al lado de la «casa Satsuki y Mei», una réplica del hogar de los personajes.
También están trabajando en el Super Nintendo World, una colaboración entre Universal Studios y Nintendo que será un parque de atracciones dedicado exclusivamente a videojuegos de la compañía creadora de Super Mario Bros. Todos ellos tienen intención de abrir sus puertas en 2020, mismo año en el que se celebrarán los juegos olímpicos en Tokio.