El programa que utiliza el Gobierno cubano «busca de incrementar la disponibilidad del líquido en la nación».
Por Raúl Menchaca
La Habana, 8 de abril (Xinhua).- Para enfrentar una larga sequía que parece no tener fin, el Gobierno cubano impulsa hoy un programa que busca aprovechar el agua de mar mediante un complicado y costoso proceso de desalinización.
En la isla funcionan ahora 11 plantas desalinizadoras, cinco de ellas en Cayo Largo del Sur, un atractivo polo turístico, pero el Gobierno planea montar otras 12, seis de ellas en la oriental Santiago de Cuba, la segunda ciudad en importancia del país y una de las más afectadas por la falta de agua.
El director de Inversiones del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), Ricardo Limias, dijo a periodistas que esa tecnología se emplea en el turismo y la industria, y existe un plan para extenderla hacia los asentamientos donde hay mayor déficit de agua.
Además de la planta que se instala en la ciudad de Santiago de Cuba, el programa prevé la construcción de otras cinco en el municipio de Guamá, perteneciente a ese territorio oriental y al pie de la Sierra Maestra.
El plan de este año también incluye el montaje de equipamientos similares en el municipio habanero de Guanabo, y en Cauto Cristo, en la oriental provincia de Granma, mientras están previstas otras dos en los polos turísticos de los territorios centrales Villa Clara y Ciego de Avila.
«Es un programa a mediano y largo plazos, en busca de incrementar la disponibilidad del líquido en la nación», explicó Limias.
Además de garantizar agua para el consumo humano, las plantas desalinizadoras motivan la disminución de la explotación de acuíferos, la posibilidad de un tratamiento integral del líquido, la diversificación de las fuentes, además de su expansión en el uso industrial y de los servicios.
Desde hace varios años, Cuba sufre una severa sequía que ha provocado la escasez de los recursos hídricos en la isla, cuyos 242 embalses en la actualidad sólo acumulan un 38 por ciento de la capacidad total.
Hace unos días, la presidenta del INRH, Inés María Chapman, detalló los 11 programas desarrollados por ese organismo, entre los cuales sobresalen los asociados a la mejoría de las redes de abasto y saneamiento, la construcción de trasvases, la perforación de pozos y la gestión integral de las cuencas hidrográficas.
Chapman señaló que en la actualidad se pierden en la conducción 3 mil 400 millones de metros cúbicos de agua, de los cuales mil 600 son recuperables a través de diferentes acciones.
Por eso, la labor del INRH se concentra en disminuir los índices de fugas en el interior de las viviendas, así como en la rehabilitación de conductoras y redes, el metraje y la actualización de tarifas para regular el consumo e incentivar la cultura del ahorro en los sectores estatal y residencial.
La Habana, capital de la isla y donde viven unos dos millones de personas, es la ciudad con mayores problemas, por lo que el INRH aplica un programa desde 2011 para disminuir las pérdidas en la conducción del agua y a mejorar y ampliar los servicios que se le ofrecen a la población.
«Existen lugares en los que aún no se recibe agua a diario, pero trabajamos en la solución de ese problema como una de las principales acciones en el enfrentamiento a la sequía», comentó el delegado del INRH en La Habana, Javier Toledo.
«Hasta el momento se han rehabilitado más de mil 300 kilómetros, con tecnología resistente y avanzada, aunque aún estamos a más de un tercio de cumplir con la meta que se propuso el programa», añadió.
En los últimos cinco años se han invertido en La Habana más de 225 millones de pesos (igual en dólares al cambio oficial) y se han terminado 217 obras vinculadas al servicio hidráulico de la urbe.
La isla cuenta con una infraestructura hidráulica que incluye 242 embalses, decenas de micropresas, unos 2.420 acueductos, más de 22 mil kilómetros de redes, casi 70 plantas potabilizadoras y 5 mil 316 kilómetros de alcantarillado, entre otras facilidades a las cuales se suman derivadoras, canales magistrales, estaciones de bombeo y diques.
Cuba posee una capacidad máxima de recursos hidráulicos disponibles de alrededor de 13 mil 600 millones de metros cúbicos, al tomar en cuenta las aguas superficiales y las subterráneas.