Antes de redes sociales, YouTube y Netflix la principal fuente de entretenimiento era la televisión, las caricaturas y sus pegajosas canciones son parte de la vida de las generaciones que crecieron en los 80 y 90. Vice da un repaso por algunas de las más conocidas y saca del anonimato a sus autores.
Por Noel Ransome
Ciudad de México, 2 de abril (SinEmbargo/ViceMedia).– La receta para crear una gran canción principal debe empezar con una muy buena primera impresión, un pitch vendedor. Su introducción para el oído, que suele empezar con un gancho musical, o una serie de palabras, se mezclan para hacer un producto que sea excesivamente pegajoso.
«Yo quiero ser siempre el mejor», le recuerda al espectador que Ash Ketchum de Pokémon no hace más que intentar eso mismo. «Cada día que vas caminando por la calle», implica que cualquier cosa que pase en algún capítulo de Arthur, va a pasar en esa cuadra. Y la lluvia con con un destello de risas escalofriantes siempre, inevitablemente, nos va a llevar a otra fogata de ¿Le temes a la oscuridad?
Durante los ochenta y noventa, las canciones principales estaban en su mejor punto; particularmente para niños… y para mí. Antes de que el contenido por demanda (cosas como Netflix) se volviera el escenario central, la televisión era el Twitter, lo cual incentivaba los rituales gloriosos de series después del colegio y los sábados en la mañana.
Mientras que la tradición está mucho menos dirigida para tipos como yo, su espíritu práctico sigue existiendo hasta el día de hoy, particularmente para los niños. Tomemos por ejemplo el sonido pop-punk de Paw Patrol, la canción original de Sophia the First o los temas de Doc McStuffins por nombrar algunos; todas son pegajosas por excelencia, pero la pregunta de si le están apuntando a transmitir genuinos estados de ánimo o proveer una inyección sin alma de canciones ridículamente pegajosas, sigue siendo debatible.
Para entender esta distinción, decidí rastrear a algunos compositores y productores de mi infancia; los nombres que pueden responsabilizarse por esos sonidos de marca que ya se ganaron la inmortalidad en el mundo de la cultura pop.
John Segler, compositor (Pokémon, Yu-Gi-Oh!)
Aunque comenzó siendo un bajista talentoso, John Segler decidió que no quería seguir de tour con bandas a finales de los ochenta. Una productora de jingles de Nueva York se convirtió en su hogar, donde escribió y produjo una gran cantidad de comerciales. A través de su amigo y compositor, John Loeffler, él estableció una relación con Norman J. Grossfield, cabeza de la producción de 4Kids Entertainment. Desde ahí, comenzaría su trabajo con una de las franquicias de televisión más reconocidas.
Sobre la canción de Pokémon, «Atrápalos ya»
«Bueno, es increíble, muy bueno y algo raro. Lo interesante de esto es que escribí una nueva canción principal para Pokémon cada año, por ocho años. ‘Atrápalos ya’, esa canción que todos conocen, solo apareció en la primera temporada de Pokémon. Si le preguntas a alguien sobre el tema principal, ese es el único que van a cantar. No se saben los otros y eso hace que sea un fenómeno interesante».
El legado
«Estoy satisfecho con muchas que he hecho. ¿Que si pienso que haber escrito el tema principal de Pokémon es de lo que más orgulloso estoy? Claro que no. Estoy más orgulloso de otras dos cosas, mi trabajo como bajista y mi trabajo como director musical de 4Kids Entertainment donde supervisé, escribí, rogué y supliqué con músicos, compositores y editores musicales por unos diez años».
El anonimato
«No me importa. Puede que le moleste a otra gente, pero en esta etapa de mi vida, personalmente, no necesito esa fama. He tenido eso por 45 años. Honestamente, ya no estoy para eso. Estoy más viejo y soy abuelo. Pero tengo toda la intención de continuar tocando y escribiendo hasta que el cuerpo me dé».
Jeff Zhan, productor, compositor (Arthur, ¿Le temes a la oscuridad?, Caillou, Madeline)
Jeff Zhan comenzó su carrera como un chelista clásico y tocó en el show de Cats en Broadway por 20 años. Su primer amor siempre fue escribir, guiado por su mentor, Joe Raposo, el antiguo compositor de Plaza Sésamo, quien lamentablemente murió de un linfoma en 1989. Como su mano derecha, a Zhan le dejaron varios de sus contratos los cuales le dieron su primera gran oportunidad, llevándolo a tener su primer contacto con clásicos como Arthur, ¿Le temes a la oscuridad? y Caillou, entre otros.
Sobre la canción de Arthur
«Arthur fue un duro proyecto que terminó saliendo muy bien. Yo no lo escribí, para ser justos: yo lo produje. No podíamos tener a un cantante canadiense, queríamos a alguien legendario y se sugirió a Ziggy Marley. Mi reto era llegar hasta Kingston, Jamaica. Ahí estaba yo, un tipo blanco yendo al país del reggae. No había mucha confianza allá por razones culturales y tuve como ocho horas para producir la canción».
«Ziggy Marley llegó sin estar preparado. No tenía interés en cantar lo que nosotros queríamos, el demo del que nos enamoramos. El estaba más involucrado en terminar un partido de fútbol. Me tuve que acercar a su mánager y decirle, ‘Al menos que cante algo parecido a la canción, nos iremos en el siguiente vuelo’. En el último segundo, él entró, lo hizo muy bien y se convirtió en una canción legendaria. Muchas drogas medicinales en ese cuarto entorpecieron el esfuerzo pero esa canción se volvió una leyenda».
El proceso: ¿Le temes a la oscuridad?
«La mejor parte de mi trabajo, donde me divierto más, es cuando tengo una idea y la empiezo a construir. Ya sabía cómo iba a sonar pero el viaje comenzó como una idea en ¿Le temes a la oscuridad? La tenía en el piano, una melodía simple. Para mí, hubo mucha felicidad al tomar esta pequeña semilla, cultivarla y volverla una gran comida, en una flor de jardín y agregarle batería y agregarle cuerdas, etc., y después ya estaban cantando el demo. Apesto, tengo una voz de mierda pero sabía cómo sonaba en mi cabeza. Cuando los cantantes entran y empiezas a escuchar todo terminado, es algo orgásmico. Es increíble. Es como parir».
Sobre los remixes de EDM
«Mi hija, de 27 años de edad, me dice, ‘Papá, sabes que tu canción principal de Caillou es un gran hit? Y yo le digo, ‘Sí, entre las niñas de cuatro años’. Ella dice, ‘no, una serie de productores han descubierto tu canción.
Un video tiene 18 millones de vistas, otro tiene 15 millones y el tercero tiene 13 millones, probablemente tienes 50-70 millones de clicks en esa canción'».
«La notoriedad tiene su encanto. Afectas a los niños. Sí, te hace sentir viejo a veces pero los niños lo recuerdan, lo aman, es memorable. Pone una sonrisa en tu cara».
Steve Rucker, compositor (El laboratorio de Dexter, Las chicas superpoderosas)
De niño, Steve Rucker era un asistente frecuente de películas y la música le llamaba mucho la atención. De adolescente, compraba compilaciones en vinilo de bandas sonoras de películas que incluían How the West Was Won, Spartacus yBen Hur, entre otros. Comenzó trabajando con algunos compañeros sustituyendo temas principales con shows caricaturescos, muchos de los cuales nunca se emitieron en Estados Unidos. Su punto de giro arrancó en los años ochenta con la caricatura de Hanna-Barbera, Mr. T. Desde ahí, surgió una nueva relación con el trabajo animado.
El laboratorio de Dexter
«Mi hijo, que tiene 24 años, le dice a la gente que su padre es el compositor de Dexter, y es como, ¡wow! Dexter es el show del que estoy más orgulloso, no porque sea el más popular sino porque fue con el que más me divertí trabajando. Trabajar con Genndy Tartakovsky (el creador) siempre es un placer porque él era un productor con muy buenos instintos de lo que funcionaba y lo que no».
¿Qué hace que una canción principal funcione?
«Es sensibilidad artística. Cuando los Beatles hicieron A Hard Day’s Night, ellos debían saber que era algo bueno. Siempre tiene que ver con el gancho. Eso es lo básico, tienes que hacer algo que te agarre con cinco notas. Es una identificación. Todo se resume en: ¿se conecta emocionalmente con la audiencia? Si miras cine y televisión, algunos programas solo tienen un compositor, porque eso es todo lo que se necesita. Silicon Valley no necesitó una orquesta para volverse exitosa. Pero también está el caso de Game of Thrones. Esa serie necesitaba un sonido orgánico y real. Y la audiencia sabe la diferencia».
El premio
«Bueno, está el incentivo financiero. Lo amo. Siempre fui un músico, yo no escogí la música, la música me escogió a mí».