Andrade llegó bien perfilado, remató… pero su disparo fue demasiado débil y permitió la estirada acrobática de Acosta, quien alcanzó para meter el manotazo sobre la línea y evitar el tercer tanto local.
Ciudad de México, 27 de marzo (SinEmbargo/LaOpinión).– Ya se jugaba tiempo de descuento y River Plate todavía no tenía asegurada la victoria, con un 2-1 ajustado sobre Belgrano.
Con el equipo cordobés lanzado en ataque, el local dispuso de un contraataque; Pity Martínez se llevó la pelota durante unos 50 metros, encaró al arquero Lucas Acosta y, generoso, cedió la pelota para la llegada de tres compañeros que llegaban solos, sin ningún defensor cordobés a la vista.
Andrade llegó bien perfilado, remató… pero su disparo fue demasiado débil y permitió la estirada acrobática de Acosta, que llegó para meter el manotazo sobre la línea y evitar el tercer tanto local, en una situación insólita, donde era más fácil marcar el gol que errarlo.