La compañía Marionetas de la Esquina instaló por fin su Titería en el centro de Coyoacán, en la Ciudad de México, en un colorido edificio que recientemente se amplió para poder albergar más actividades, como talleres, una escuela de yoga y la zona de juguetes. Magazine habló con Amaranta Leyva, parte del proyecto sobre este nuevo recinto.
Ciudad de México, 26 de marzo (SinEmbargo).– «Los invitamos, vengan a conocer La Titería, lo que hacemos, lo hacemos con mucho cariño, con mucho amor a los niños, pensando en historias que les digan algo de su vida, de lo que les pasa, de lo que sientan. No van a salir con respuestas sobre la vida, sino con más preguntas que esperamos les den pie para hacer pláticas con los hijos», dice Amaranta Leyva, dramaturga y titiritera en entrevista.
Amaranta es parte de Marionetas de la Esquina, una compañía con 44 años de experiencia trabajando con títeres para el público infantil, fundada por Lucio Espíndola y Lourdes Pérez Gay, quienes siempre buscaron un espacio propio en dónde ensayar y tener sus materiales.
«Al encontrar este espacio pudimos además cristalizar la idea y el sueño de un espacio cultural dedicado a los niños, desde siempre Lucio y Lourdes querían desarrollar un centro o una biblioteca de títeres y fue así que se fundó La Titería, con la idea de que nuestro público supiera dónde ubicarnos, tras muchos años de hacer giras y estar en diferentes teatros de México y el extranjero. Todos nuestros talleres, nuestros proyectos didácticos y artísticos siempre iban flotando de un lugar a otro y aquí el público puede ubicarnos», dice.
Aparte de la programación artística que cada fin de semana se podrá ver en La Titería, armaron una programación académica para echar a andar diplomados y talleres para maestros, promotores de diferentes ramas, familias, niños. «Tenemos un diplomado que se llama ‘El teatro de títeres como herramienta didáctica’, la primera edición termina en el verano y en agosto empieza el segundo diplomado, que tiene aval de Bellas Artes», dice Leyva.
«La idea es que la visita no sólo sea ver la obra, sino que se complemente con otras actividades que hay aquí, como talleres, juegos, actividades. Además queremos que sea un lugar donde los niños puedan jugar, estar con sus papás, que antes o después de ver la obra puedan platicar de lo que vieron o verán», menciona la titiritera.
Tras dos meses de remodelación en los que se construyó la segunda parte del edificio en la que habrá una zona de talleres de construcción de títeres, un salón de ensayos, escuela de yoga para toda la familia y la zona azul, donde están los juguetes. Además de que en su nueva etapa, contarán con 10 compañías invitadas tan solo durante 2017.
Ante la pregunta de qué tan complicado es establecer este tipo de proyectos enfocados al público infantil, Amaranta ve sólo trabas administrativas, nunca en su labor directa: «Difícil en el aspecto económico, administrativo, papeleo, burocracia, etcétera. En la organización, es lo que hemos hecho siempre entonces se nos facilita hacerlo en nuestro espacio, nuestra experiencia es trabajar con niños, ahí no es dificultad es más bien un gozo. Lo que pasa es que hay que darlo a conocer, igual que cualquier centro cultural, queremos que quede posicionado y conocido por la gente por la calidad de lo que pasa aquí. Más que dificultad es el reto de presentar una programación de calidad y que guste a la gente».
La obra que abrió este segunda etapa fue “Emilio y su vaca encantada”, escrita por la entrevistada, que se estrenó por primera vez en México en 2002 con el nombre “Dibújame una vaca”, “no le fue bien en aquella época porque todavía hablar de asuntos como el divorcio eran temas tabú”, dice su autora, pero luego de ser elegida por el fue elegida por el Kennedy Center en Washington y estar 10 años de gira por Estados Unidos y Canadá, regresa a México.
Para Leyva, en México la cultura de los espectáculos infantiles existe y está en las raíces desde hace años. «Yo creo que en México desde el siglo XIX que estaba la compañía Rosete Aranda, una muy grande de títeres de hilo que iba de carpa en carpa por todo el país, los títeres quedaron instaurados como espectáculo popular, a la gente le gusta mucho venir a verlos. Lo que hemos visto es que ha ido creciendo porque les gusta regresar, eso es un gran aliciente para nosotros porque vemos que algo hacemos que les está gustando», finaliza.
La Titería. Vicente Guerrero #7 Col. Del Carmen Coyoacán, Ciudad de México.