El especialista señaló que «estamos en una situación en la que el Presidente de Estados Unidos está jugando a la vez con el nacionalismo xenófobo de base y con sus intereses personales para reorganizar la globalización a su medida política y a su medida personal, económica».
La Paz, 14 de marzo (EFE).- El sociólogo español Manuel Castells afirmó hoy que el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, busca reconvertir la globalización a la medida de su país y aunque crítica ese proceso, sigue obteniendo beneficios personales del mismo.
Castells habló en ese sentido en su conferencia magistral «¿Es reversible la globalización?», pronunciada en Bolivia en un acto organizado por el vicepresidente del país, Álvaro García Linera.
El académico dijo que Trump en realidad no busca acabar con la globalización sino transformarla, «reconvertirla a la medida de los intereses de Estados Unidos» con la construcción de una hegemonía «implacable» usando su poder político, económico y militar.
Señaló que el gobierno de Trump se ha retirado del Acuerdo Transpacífico (TTP), está denunciando el acuerdo comercial de Norteamérica, con México en particular, y ha detenido las negociaciones para el comercio por el Atlántico con Europa.
Estados Unidos también está pidiendo la reorganización de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para no cumplir con sus reglas, y también se plantea un conflicto comercial con China, aunque realmente en este caso no ha hecho nada, señaló Castells.
Apuntó que, sin embargo, al margen de la retórica, la organización empresarial Trump ha pedido hace unos días al gobierno chino 38 licencias para crear empresas en China y las ha obtenido.
«Estamos en una situación en la que el Presidente de Estados Unidos está jugando a la vez con el nacionalismo xenófobo de base y con sus intereses personales para reorganizar la globalización a su medida política y a su medida personal, económica», sostuvo.
El académico también llamó la atención sobre el hecho de que Trump impulse transformaciones para afectar la globalización comercial, pero no se plantee tocar la globalización financiera.
Agregó que en Europa también hay grupos de extrema derecha, nacionalistas y xenófobos que impulsaron el proceso del Brexit para promover la salida del Reino Unido de la Unión Europea, y subrayó que hay varios movimientos similares en otras naciones europeas.
Enumeró varios casos en los que esas corrientes se han organizado políticamente alrededor de propuestas para cerrar fronteras ante los inmigrantes, hacer la denuncia de tratados comerciales y promover el recorte de las ayudas internacionales para las naciones pobres.
El sociólogo diferenció esas corrientes de los movimientos sociales y de resistencia, que suelen ser llamados antiglobalización, pero que no cuestionan la esencia del proceso.
Dijo que esas protestas son en realidad para exigir una globalización más justa y amplia, que incorpore derechos humanos, ecología, igualdad de género y democracia global para todos.