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El Gobierno de EPN debe recobrar el respeto de EU, y eso implica no dejarse: ex Canciller Sepúlveda

14/03/2017 - 5:22 pm
México

Bernardo Sepúlveda, ex Canciller mexicano; Ana Ruelas, directora de Artículo 19 en México, e Imer Flores, investigador de la UNAM, plantearon dos mecanismos fundamentales para que México se defienda o dé solución al desafío de Donald Trump. Primero, coincidieron, el Gobierno mexicano debe impugnar los procesos de deportación basados en suposiciones y no en evidencia; apelar los actos de discriminación ante tribunales de EU e internacionales; así como fortalecer alianzas con sus consulados en EU y con grupos defensores de migrantes. Segundo: destacaron que aunque México debe poner su “casa en orden”, la sociedad estadounidense debe de entender la razón por las que existen comunidades de migrantes en su país, y ser consciente de que la solución está en la cercanía y no en el distanciamiento.

Ciudad de México, 14 de marzo (SinEmbargo).– "Mientras no haya un mensaje político claro" de México para Estados Unidos, no habrán respuestas y/o soluciones contundentes a los problemas que se avecinan bajo la Administración Donald Trump. La cuestión no sólo es responder a los atropellos de un "Gobierno [estadounidense] autoritario e intransigente", sino también defendernos de los "malestares" que afligen y que afligirán a largo plazo al vecino país: una visión "antagónica del migrante" que halló vocero en Donald Trump, alertó Bernardo Sepúlveda, otrora Canciller mexicano (1982-1988) y ex Embajador de México en Estados Unidos (1982).

"La sociedad mexicana se siente injuriada, lastimada y ofendida", y la respuesta del Gobierno –que encabeza Enrique Peña Nieto– debe "lograr recuperar el orgullo mexicano en el mejor de los sentidos", explicó. "México debe volver a ganarse el respeto de Estados Unidos", y eso implica no dejarse, refirió Sepúlveda en el marco de la conferencia "Trump y las líneas de defensa jurídica en México", realizada en el Colegio de México (Colmex).

En la opinión del analista, la solución radica, principalmente, en dos aspectos fundamentales: la exigencia del Gobierno mexicano para que la administración de Donald Trumo garantice el pleno respeto a los Derechos Humanos de los migrantes en riesgo de ser deportados; y desmentir la tesis política del republicano de que los migrantes "representan una amenaza pública" para la Seguridad Nacional del vecino país.

LA POBLACIÓN EN RIESGO

De acuerdo con las cifras más actualizadas de Pew Reserach (2014), en Estados Unidos radican al menos 11.1 millones de inmigrantes (sin documentos), mismos que representan al 3.41 por ciento de la población total estadounidense (324.6 millones de personas a 2017). De la comunidad de inmigrantes sin documentos, el 52 por ciento (5 millones 772 mil personas) son mexicanos.

Ésta es la población que hoy en día está en riesgo de ser deportada. El plan del Presidente Donald Trump es deshacerse, en la mayor medida posible, de ese 3.41 de la población: los supuestos "bad hombres", y no necesariamente por criminales, sino por "robarle trabajo a los estadounidenses", como muchas veces ha referido el magnate republicano.

A esos 11.1 millones de personas que podrían ser repatriadas a sus respectivas naciones, habría que sumar cerca de 750 mil “dreamers”, o bien, individuos que llegaron sin documentos al país de las franjas y las estrellas cuando aún eran menores de edad. Estos jóvenes quedaron protegidos con la promulgación, en junio de 2012, de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), que aunque no les provee de estatus legal migratorio, les permite laborar.

Actualmente, según el Migration Policy Institute (MPI) de Estados Unidos, existen 1 millón 932 mil personas que han aplicado y que son elegibles para ser protegidos por la DACA. El 66.66 por ciento de ellos (1 millón 288 mil) son mexicanos. El resto proviene de países de Centro y Sudamérica (314 mil o el 16.25 por ciento); Asia (136 mil o el 7 por ciento); y el resto del mundo (194 mil o el 10 por ciento).

LOS MECANISMOS DE DEFENSA

Según los ponentes del foro "Trump y las líneas de defensa jurídica en México", existen dos mecanismos fundamentales para que México se defienda o dé solución a los "malestares" estadounidenses y al desafío Trump.

Primero, valernos del "criterio jurídico al interior" de los Estados Unidos para perseguir "jurídicamente" los daños por deportación que violen los derechos de los inmigrantes, además de impugnar los procesos de deportación basados en suposiciones y no en evidencia, dijo Bernardo Sepúlveda, ex Canciller mexicano.

La Quinta Enmienda estadounidense refiere que a los individuos no se les puede privar de su vida, de su libertad y de su propiedad, sin darle a los acusados (de algún delito u omisión) previo aviso y facilidades para defenderse. Esos derechos aplican para nacionales como para extranjeros.

En ese sentido, Sepúlveda consideró que el problema es que el riesgo de deportaciones ha aumentado de manera significativa, puesto que ya no sólo se deporta por delitos graves sino también por infracciones menores, detenciones muchas veces realizadas sin el debido proceso legal. Con ello, agregó, existe el riesgo de más violaciones a los Derechos Humanos, si se considera que la Administración Trump busca que tanto las policías locales como las estatales funjan como autoridades de deportación, pues no cuentan con la "acreditación suficiente para tratar con los inmigrantes".

Por su parte, Imer Flores, investigador y académico de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), concordó con Sepúlveda en que no sólo "podemos defendernos usando al sistema jurídico [estadounidense] a nuestro favor", como en el caso de la exigencia de la aplicación de la Quinta Enmienda.

El académico detalló que México necesita "fortalecer alianzas", que incluyen la operación en conjunto de los 50 consulados que tiene en Estados Unidos; apelar los actos de discriminación e injusticia ante tribunales estadounidenses e internacionales; y ser "proactivo" al estrechar lazos con los grupos defensores de migrantes que existen en aquél país, así como con integrantes de la academia. En su opinión, es imprescindible establecer un diálogo abierto con las autoridades judiciales estadounidenses y entre legisladores de ambas naciones, con la finalidad de llegar a acuerdos constructivos.

Lo triste, lo lastimante y lastimero es que Trump haya "empoderado" a la voz que opta por el rechazo en Estados Unidos, comentó Flores.

El Segundo mecanismo de defensa ante el huracán Trump y a la estela de discriminación y xenofobia que ha dejado a su paso por la vida política estadounidense, radica en un aspecto cultural y educativo del pueblo estadounidense.

Ana Cristina Ruelas, directora de la organización Artículo 19 para México y Centroamérica, indicó en ese sentido que "si algo ha hecho Trump es generar narrativas en contra de los Derechos Humanos de los mexicanos" y de otros ciudadanos del mundo, "permitiendo que la discriminación y el odio se vuelvan una forma de vivir [en Estados Unidos]".

Las dos grandes narrativas de Trump, que no garantizan esos derechos, son que "cualquier persona ajena a un país es un peligro y que cualquier tipo de disidencia es falsa". Eso es "algo muy preocupante", detalló, porque "se está cuestionando la vigencia de los Derechos Humanos, no sólo en Estados Unidos sino en el mundo".

Por ello, los ponentes concordaron en que, aunque "tenemos que poner nuestra casa en orden", como dijera Bernardo Sepúlveda, la sociedad estadounidense debe de entender la razón por las que existen comunidades de inmigrantes en su país, y ser consciente de que la solución está en la cercanía y no en el distanciamiento.

Mencionaron que los medios de comunicación son indispensables, pues de ellos depende "ilustrar de manera general que México no representa un riesgo para Estados Unidos", señaló Sepúlveda.

LO QUE NO VE TRUMP

Según el Instituto de Política Económica estadounidense (EPI, por sus siglas en inglés), los migrantes en general (42.2 millones de personas o el 13.3 por ciento de la población estadounidense) aportaron, entre 2009 y 2011, 743.4 mil millones de dólares o el 14.7 de la economía del vecino país. Considerando la proporción de inmigrantes sin documentos, estos habrían generado entre 140.2 y 195.5 mil millones de dólares anuales.

El Instituto de Tributación y Política Económica (ITEP, por sus siglas en inglés), refiere que los migrantes indocumentados dejan 11.6 mil millones de dólares en impuestos a través de rentas o arrendamientos, deducciones de sus empleadores, pagos por bienes y servicios, entre otros. Una cifra de contribuciones nada despreciable.

EL MURO

En cuanto al tema del muro, los especialistas comentaron que la situación en la franja fronteriza no debe de ser un argumento para separarnos sino para unirnos y generar un esfuerzo conjunto, en el que se puede aprovechar la situación para fortalecer a los ciudadanos de ambas naciones.

Para Bernardo Sepúlveda, la construcción del muro no detendrá la migración ni reducirá la incidencia del crimen organizado, pero sí afectará al entorno natural y a las relaciones políticas. El ex Canciller tildó de acto "descabellado, injusto y desproporcionado" para la dignidad mexicana, que Donald Trump pretenda que nuestro país pague por esa obra de infraestructura.

"Se debe impugnar la construcción del muro en la frontera, toda vez que parte de la falsa premisa de que con ello se evitará la inmigración, el tráfico de personas y drogas, así como los actos terroristas", criticó.

Asimismo, el especialista en derecho, Imer Flores, señaló que "es preocupante que tengamos a los enemigos en casa", al referirse al interés de la empresa mexicana Cemex para competir por la construcción del muro. Dijo que México debe buscar controlar los recursos mexicanos que solivian la construcción de la enorme pared.

Sin embargo, el muro, el discurso separatista y persecutorio, y todos los postulados que pueden dañar a millones de inmigrantes -entre ellos a los connacionales- y a la relación entre ambas naciones, es parte de la lógica con la que opera Trump, explicó el historiador y académico del Colmex, Lorenzo Meyer.

"Trump opera según su propia estrategia: desvalorar y desgastar al oponente para vencerlo", indicó. En ese sentido, se entiende perfectamente que seamos la piñata del magnate.

Bernardo Sepúlveda advirtió que México sigue sin contar con las líneas de acción necesarias para enfrentarse al problema, y esa vulnerabilidad, independientemente de que Trump llegue a cumplir con todas sus promesas de campaña o no, hace que nuestra nación se enfrente a la posibilidad "de un daño serio".

"El tratado Guadalupe-Hidalgo, oficialmente conocido como el Tratado de Paz, Amistad, Límites y Arreglo Definitivo entre los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América, que fue firmado al final de la guerra entre México y Estados Unidos en 1848, no tendrá viabilidad", concluyó con sarcasmo el otrora Secretario de Relaciones Exteriores.

Dicho acuerdo, además de pactar la paz entre ambas naciones y hacer que nuestro país cediera gran parte de su territorio, establece en su Artículo 21 que "Si entre los gobiernos de ambas repúblicas hubiese un desacuerdo, ambos gobiernos se comprometen a buscar una solución pacífica".

Pero Sepúlveda, y los analistas de la mesa de debate, no ven paz alguna con Trump al frente de los Estados Unidos, pero tampoco con los actuales esfuerzos por parte del Gobierno de México.

Efrén Flores
Es politólogo por la UNAM. En SinEmbargo se ha especializado en el análisis de datos. Su investigación periodística es multitemática, pero sobre todo enfocada en temas políticos y económicos.
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