El Ayuntamiento de la ciudad de Richmond, California, se convirtió en la primera ciudad de Estados Unidos en aprobar una solicitud al Congreso de Estados Unidos para que investigue los negocios de Donald Trump y el posible conflicto de interés, debido a que no ha renunciado del todo a sus empresas. La ciudad ahora espera que otras se sumen a su iniciativa.
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Ciudad de México, 25 de febrero (SinEmbargo/AP/EFE/La Opinión).– Los primeros 100 días de la administración de Donald Trump aún no han terminado y el el Presidente ya está enfrentando demandas de destitución, pero no viene del Congreso, sino de una ciudad del Área de la Bahía en California que hizo un movimiento audaz.
El Ayuntamiento de la ciudad de Richmond se convirtió en la primera ciudad en el país en registrar un récord en apoyo a las audiencias de destituir al mandatario de Estados Unidos.
La votación fue unánime.
El concejal Gayle McLaughlin encabezó la resolución, que llama al Congreso a investigar las posesiones de negocios del Presidente, algo que sus críticos creen son base para su destitución. “Esta es nuestra voz”, dijo durante la reunión del concilio. “Este es nuestro país, tenemos derecho a hablar”.
Al aprobar esta resolución, el ayuntamiento de Richmond ahora espera que inspire a otras ciudades a hacer lo mismo.
Richmond es un municipio ubicado en el condado de Contra Costa, en el norte de California. Al menos 41 por ciento, de los 109 mil habitantes, se identifica como latino.
“Desafortunadamente con este presidente es extrañamente apropiado”, explicó el edil Jael Myrick.
De acuerdo con Univisión, la resolución señaló que Trump «es dueño de varios negocios empresariales y recibe ingresos de distintas fuentes alrededor del mundo».
Y agregó que “expertos en ética gubernamental advirtieron a Donald J. Trump poco después de las elecciones de noviembre de 2016 que, a menos que se despojara totalmente de sus negocios e invirtiera el dinero en activos libres de conflictos o en un fideicomiso, violaría la Constitución”.
El pasado 11 de enero, todavía como presidente electo, Donald Trump anunció que cedería todo el control de sus negocios a sus dos hijos adultos y a un colaborador, pero no liquidará sus activos en la empresa.
Trump aseguró que si quisiera podría seguir dirigiendo su compañía mientras está en la Casa Blanca y sostuvo que sus hijos no discutirán las decisiones empresariales con él.
Su abogada, Sheri Dillon, explicó además que la empresa de Trump no establecerá nuevos negocios en el extranjero durante su Presidencia y que las operaciones domésticas serán objeto de una escrupulosa supervisión para evitar conflictos de intereses.
Entre otras cosas, todas las operaciones necesitarán ser aprobadas por un asesor ético independiente.
Además, Trump dijo que donaría todos los beneficios que sus hoteles obtengan de gobiernos extranjeros al Tesoro estadounidense.
Sin embargo, la abogada descartó completamente que Trump pueda vender sus intereses para eliminar posibles conflictos de intereses, algo que han hecho algunos de los empresarios elegidos para formar parte de su Gabinete.
Numerosos expertos han cuestionado en los últimos meses la fórmula elegida finalmente por Trump, dado que transferir la gestión a sus hijos no elimina completamente las suspicacias sobre posibles conflictos de intereses.
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Entre las opciones que tenía el Presidente electo, además de la liquidación de sus intereses, estaba la de un «fideicomiso ciego», una figura en la que se colocan activos financieros para que sean gestionados fuera del control del interesado y algo que habían utilizado en el pasado otros mandatarios estadounidenses.
Ya como Presidente un incidente que provocó críticas de los dos principales partidos y llamados a una investigación ética, la asesora de la Casa Blanca Kellyanne Conway dijo en televisión que la gente debería «comprar cosas de Ivanka».
El magnate había criticado antes a Nordstrom por cancelar la línea de ropa de su hija.
Las empresas de Trump y su familia sufren un boicot en varias cadenas comerciales de Estados Unidos.
LICHTMAN VE LA DESTITUCIÓN DE TRUMP
EL profesor universitario en Estados Unidos que ha predicho acertadamente los resultados de cada elección presidencial desde 1984, incluyendo la del año pasado, trabaja en un libro basado en un futuro posible: la impugnación del Presidente Donald Trump.
Dey Street Books dijo a The Associated Press que adquirió los derechos del libro de Allan J. Lichtman The Case for Impeachment y planea publicarlo el 18 de abril. Lichtman enseña historia en la American University y ha usado un sistema de 13 «claves», desde economía hasta el carisma de un candidato, para predecir los ganadores presidenciales.
Poco después de la elección del 2016, Lichtman conjeturó en la cadena CNBC que Trump pudiera ser impugnado porque «juega con la ley». Admitió que basaba su predicción en un presentimiento, no en un sistema científico.