México «hace el trabajo sucio» a Estados Unidos al deportar centroamericanos: AI

22/02/2017 - 3:05 am

Para Erika Guevara-Rosas, Directora para las Américas de Amnistía Internacional, la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca el 20 de enero solo «viene a agudizar una crisis» que ya era dramática para miles de personas que ya no están huyendo de la pobreza, sino de la violencia de los grupos del crimen organizado.

Miembros De La Coalición Para Los Derechos Humanos De Los Inmigrantes Frente Al Centro De Detención Metropolitano De Los Ángeles Foto Efearchivo

Por Paola Martínez Castro

México, 22 de febrero (EFE).- México se ha convertido «en el país que hace el trabajo sucio» a Estados Unidos para contener el flujo de indocumentados al aumentar las deportaciones de centroamericanos, denunció la Directora para las Américas de Amnistía Internacional (AI), Erika Guevara-Rosas.

En una entrevista con EFE con motivo de la presentación este miércoles del informe anual de la organización, Guevara-Rosas indicó que «en 2016 hubo un aumento de hasta 200 por ciento en las deportaciones de personas de El Salvador», así como de 150 por ciento en el caso de guatemaltecos y hondureños.

«Eso es muy sintomático de que México se ha convertido en el patio trasero de Estados Unidos, haciéndole el trabajo rudo», afirmó.

Guevara-Rosas señaló que el año pasado se agudizó la violencia en los países centroamericanos, particularmente los del Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras), que «están expulsando un gran número de personas».

La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca el 20 de enero, dijo, solo «viene a agudizar una crisis» que ya era dramática para miles de personas que ya no están huyendo de la pobreza, sino de la violencia de los grupos del crimen organizado.

Ello es resultado de «la ineficacia de los Estados para protegerles» y de «políticas militarizadas» que han impulsado para atender los problemas sociales y del crimen organizado, abundó.

Sobre el muro que Trump quiere construir a lo largo de la frontera con México para frenar la inmigración indocumentada, consideró que al margen de si «es viable o no», hay «un mensaje muy nefasto ante miles de personas que están en la necesidad de protección internacional y están atravesando una de las rutas más peligrosas del mundo».

Y es que durante su recorrido por México, los migrantes están expuestos a graves violaciones a los derechos humanos, agregó.

Guevara-Rosas calificó de lamentables las expresiones de condena del presidente Enrique Peña Nieto sobre el muro que Trump ordenó construir en la frontera y cuyo costo quiere hacer pagar a México.

Los intercambios «entre Trump y Peña Nieto sobre quién paga o no paga el muro en realidad son solo palabras» porque lo que está pasando tanto en la frontera sur de México como en la de EU es que se están cerrando las puertas a miles que buscan protección a través del asilo, estimó.

La representante de AI destacó la necesidad de «una política compartida» a fin de proteger a estas personas que están huyendo de la violencia.

Sobre el panorama de los derechos humanos en el continente, dijo que hay una «regresión histórica» con casos particularmente preocupantes, entre ellos el de Estados Unidos a raíz del triunfo de Trump en las elecciones presidenciales de noviembre pasado.

Otro ejemplo es México, que registra una de las peores crisis en derechos humanos en todo el hemisferio con casi 30 mil desaparecidos, una «práctica de tortura que sigue siendo generalizada y un nivel de impunidad cada día más alarmante», apuntó.

También está Venezuela, sumida «no solo en una crisis humanitaria de desabastecimiento de lo más esencial», sino en «una crisis de derechos humanos muy profunda que está afectando a la mayoría de la población» y que las autoridades ni siquiera reconocen y, por tanto, no toman medidas para resolverla.

La situación de Brasil, con una tasa de homicidios altísima, muchos de ellos cometidos por la propia policía y específicamente atacando a jóvenes negros en las llamadas favelas, también es alarmante, algo que quedó al descubierto durante los Olímpicos de Río de Janeiro 2016, indicó Guevara-Rosas.

América «continúa siendo la región más desigual y más violenta de todo el mundo» y los líderes políticos están «utilizando el discurso de la soberanía y la seguridad» para asumir el poder casi totalitario y violar los derechos humanos de millones de personas, puntualizó.

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