Cuando los terneros manipulados fueron expuestos a la bacteria que causa la tuberculosis bovina se comprobó que «un aumento de la resistencia» frente a esta, así como que los glóbulos blancos sacados de esos animales eran mucho más resistentes en pruebas de laboratorio.
Madrid, 1 de febrero (EFE).- La revolucionaria técnica de edición genética CRISPR/Cas9 se ha utilizado para crear con éxito vacas que tengan una mayor resistencia frente a la tuberculosis bovina, según un estudio que publica hoy Genome Biology.
Los investigadores de la Universidad china Northwest usaron una versión modificada de la CRISPR/Cas9 para insertar un nuevo gen en el genoma de la vaca, sin detectar efectos no deseados en su genética, un problema común cuando se crean animales transgénicos usando esa técnica, según un comunicado.
El autor principal del estudio Yong Zhang explicó que usaron una nueva versión de sistema CRISPR, llamada CRISPR/Cas9n, para introducir en el genoma de la vaca un gen de la resistencia a la tuberculosis, el NRAMP1.
De esta manera fueron capaces de «desarrollar con éxito vacas portadoras de una mayor resistencia a la tuberculosis» y además «el método «no produjo en la genética del animal ningún efecto fuera del deseado».
La tecnología CRISPR se usa cada vez en los laboratorios como una forma precisa y relativamente fácil de modificar el código genético. Sin embargo, a veces se pueden producir cambios no intencionados en el código genético, por lo que encontrar la manera de reducir esta posibilidad «es una prioridad para la investigación genética.
Zhang señaló que al insertar un gen nuevo en el genoma de un mamífero la dificultad puede ser encontrar en mejor sitio en el que hacerlo para encontrar una región en la que se piense que tiene el menor impacto en los genes cercanos.
Así, los científicos insertaron el NRAMP1 en el genoma de los fibroblastos fetales bovinos, una célula derivada de las vacas lecheras hembras, y los usaron como donantes en un proceso llamado transferencia nuclear de células somáticas, por el que el núcleo de la célula donante, que lleva el nuevo gen, se inserta en el óvulo de una vaca.
Los datos señalan que once terneros con el nuevo gen mostraron tener una mayor resistencia a la tuberculosis bovina y no presentaron ningún efecto genético no deseado. Además, en todos los teneros manipulados el NRAMP1 se había integrado con éxito en el código genético dentro de la región escogida por los expertos.
El equipo también realizó pruebas con el método estándar de edición genética CRISPR/Cas9 para poder comparar los resultados y detectaron que los terneros en que se había usado esa técnica sí desarrollaron efectos no deseados.
Cuando los terneros manipulados fueron expuestos a la bacteria que causa la tuberculosis bovina se comprobó que «un aumento de la resistencia» frente a esta, así como que los glóbulos blancos sacados de esos animales eran mucho más resistentes en pruebas de laboratorio.
Zhang indicó que este estudio es «la primera demostración de que el sistema CRISP/Cas9n puede usarse para crear ganado transgénico sin efectos detectables en el genoma fuera del objetivo» perseguido.