¿Se acuerdan del 2016? ¿recuerdan que las noticias malas no dejaban de salir a escasos días del nuevo año? Bien, pues todo eso afectó el estado de ánimo de los mexicanos, quienes empezaron 2017 enojados, tensos e incluso con un poco de miedo, de acuerdo con un estudio de la consultora De la Riva Group.
Ciudad de México, 5 de febrero (SinEmbargo).– Los mexicanos terminaron el 2016 enojados, con un estado de ánimo muy bajo, el principal motivo: el gasolinazo ocurrido el primer día de 2017.
Estos datos salen del Índice de Estado de Ánimo Social realizado por la consultora De la Riva Group, en el que mediante una encuesta telefónica a 800 personas en los 32 estados de la República, todas ellas mayores de 18 años, concluyeron que en una escala del cero al 100 por ciento de satisfacción, los mexicanos finalizaron el año en el 26.
De ellos, se dividen en tres partes depende de la manera en la que manifiestan su enojo: activo, pasivo y poco enojado pasivo. En el primer grupo están los jóvenes de 18 a 29 años que están dispuestos a tomar acciones para hacer que las cosas cambien.
Isabel Campero, directora de estudios de opinión de dicha consultora, dijo anteriormente a SinEmbargo que a fin de año se suele ver un alza en el bienestar anímico de las personas, que se relaciona con “las fiestas, el sentido de cercanía, hemos visto que las relaciones sociales, familiares, tienen mucha incidencia en el estado de ánimo y también incide la cuestión económica, en algún momento dado hay más dinero, se recibe aguinaldo, y eso hace que la gente esté más tranquila”.
Campero apunta que de un año a otro existen variantes sobre todo por la situación social que se viva en el país al momento de la encuesta, para la de diciembre de 2016, fueron muchos los factores negativos que afectaron el ánimo, principalmente: el gasolinazo, la caída del peso frente al dólar, los bonos entregados a los diputados y la corrupción.
Pero también hubo noticias positivas, como la derrota del Partido Revolucionario Institucional en las elecciones de gobernaturas y la visita del Papa Francisco a México, aunque este último hecho tuvo también el mayor índice de indiferencia.
EL EFECTO TRUMP
El mismo grupo de investigación estratégica, publicó a mediados de enero, posterior a las elecciones presidenciales de Estados Unidos, un estudio sobre lo que representó para los mexicanos la victoria del magnate republicano.
De acuerdo con la empresa especializada en investigaciones de mercado y opinión, los mexicanos asociaron los resultados a conceptos como: “guerra”, “devaluación”, “remesas” y “violencia e incertidumbre”.
En una encuesta realizada a mexicanos, De la Riva Group señala que sabemos que la presidencia de Trump es algo malo, pero que no sabemos qué tan malo será o hasta dónde puede llegar.
Según De la Riva, los mexicanos cambiaron su postura frente a Estados Unidos. Pasó “de una relación de dependencia, subordinación disfrazada de amistad, trato civilizado y protección a cambio de lealtad, a una relación abierta de dominio, repudio abierto y relación de obediencia a cambio de no agresión”.
Estados Unidos representaba un referente mundial de democracia y respeto a la ley, era la ruta hacia la civilización. “Ahora es la ruta hacia la bestialización y ha oficializando la gratificación de los instintos bajos”, de acuerdo con el grupo.
LOS TUITEROS
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) publicó los resultados del análisis de 65 millones de tuits con referencia geográfica entre febrero de 2014 a mayo de 2015, para conocer el estado de ánimo de los usuarios mexicanos de Twitter.
Basados en palabras clave, encontraron que Sonora y Coahuila tuvieron a los tuiteros más tristes, mientras que en Nayarit y Quintana Roo estaban los mensajes más positivos.
Ya anteriormente se habían utilizado las redes sociales como Twitter y Facebook para encontrar a usuario que estuvieran propensos a cometer un suicidio, pues cuentan con un equipo de seguridad con el que sus usuarios deben contactar en caso de detectar una actitud preocupante en algún perfil o cuenta.
Twitter se pone en contacto entonces con la cuenta de la que se ha informado, para notificarle que alguien está preocupado por su salud emocional, y ofrecerle una lista de recursos online en los que solicitar ayuda.
Asimismo, la misma plataforma sirvió para ubicar poblaciones con riesgo de infarto, pues de acuerdo con una investigación de psicólogos de la Universidad de Pennsylvania, en Estados Unidos, cuando las personas están enojadas y estresadas eso se refleja en sus redes sociales y más peligrosamente en su salud cardiaca.
Según una encuesta realizada por el Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE) a una muestra de 600 ciudadanos mexicanos, más de 45 por ciento percibe que la población vive muy estresada, casi 40 por ciento los ve algo nerviosos y más de 11 por ciento un poco inquietos.
De cada 100 ciudadanos mexicanos, 95 creen que el estrés es malo para la salud y únicamente dos piensan que no tiene ningún impacto en el bienestar.
En su opinión, la principal manera en que afecta a la salud es perjudicando el estado de ánimo, seguido de hipertensión, gastritis y colitis, dolor de cabeza y músculos, depresión, falta de energía, problemas personales e insomnio, entre otros problemas.
Por su parte, Gabriela Cámara Cáceres, presidenta del grupo de organizaciones civiles Voz Pro Salud Mental y especialista en el tema de la depresión, dijo anteriormente a SinEmbargo que lo mejor es encontrar un balance personal para evitar que el contexto socioeconómico y político merme en el estado de ánimo: “la depresión es una enfermedad biológica química, psicológica y social y claro que el ambiente social va a afectar muchísimo, en épocas de crisis económica aumentan los suicidios, eso lo vimos en Europa hace poco, pero también en México cuando hemos tenido graves crisis económicas”
“Debemos de lograr tener un autocuidado para evitar el sentirnos peor y que las cosas externas no nos golpeen tan fuerte, tratar de darnos cuenta qué es lo que no nos gusta, hacer consciencia que no es una obligación estar feliz”, concluye.
