En el pueblo El Tremesino, Michoacán –en el estado que más recibe remesas a nivel nacional–, el campesino Benjamín recibe dólares de sus dos hijos que trabajan en Kansas, Estados Unidos. Dionisio pinta y Ofelia recoge huevo en las granjas. «Me echan mucho la mano», afirmó vía telefónica. Venía de trabajar en el rancho. En el poblado, ubicado en el municipio Susupuato, no hay más de 200 casas. «Me sirve para comprar comestibles que uno necesita en la casa y para pagar a un ayudante; tengo a mi señora enferma. Lo que gano aquí no es comparación con lo que me mandan», aseguró.
Durante 2016, los mexicanos que trabajan en Estados Unidos aceleraron el envío de dólares a sus familias luego de que el ahora Presidente Donald Trump expusiera su plan de bloquearlas o añadirles un impuesto para pagar el muro. El total llegó a casi 27 mil millones de dólares, cantidad no registrada desde antes de la crisis financiera de 2008. ¿Trump logrará frenar todo un sistema financiero internacional interconectado? La experta en migración y remesas Carla Pederzini no lo descarta. Los migrantes allá tampoco, dicen. Pero buscan alternativas.
Ciudad de México, 6 de febrero (SinEmbargo).– En abril del año pasado, el entonces candidato republicano Donald Trump puso en la mira el flujo de remesas enviadas de Estados Unidos a México al señalar que una gran parte es enviada por migrantes ilegales. Amenazó con bloquearlas o añadir un impuesto a la transferencia para financiar el muro fronterizo. Entonces, los 12 millones de mexicanos en ese país, de los cuales 5 millones son indocumentados (ONU y Pew Research Center), aceleraron el traslado de billetes verdes a sus familiares que viven aquí.
Durante todo 2016, los mexicanos mandaron desde el extranjero 26 mil 970 millones de dólares, una cifra no vista desde 2007, un año antes de la crisis financiera, reportó el Banco de México (Banxico) esta semana.
«Los migrantes estaban previniéndose de lo que pudiera venir con la llegada de Donald Trump a la Presidencia. Trataron de aprovechar el año pasado que todavía no estaba al frente del gobierno de Estados Unidos para mandar el máximo de remesas que pudieran», dijo en entrevista Carla Pederzini Villareal, especialista en migración y remesas del Colegio de México.
Sin embargo, afirmó la economista, le resultará «muy complicado» ponerles un freno porque las normas financieras internacionales son las que determinan cómo se dan las redes y los flujos de dinero; las interconexiones de transferencias entre bancos y países, enfatizó.
Aunque no lo descarta.
«Cambiar ese sistema financiero internacional sería romper los convenios internacionales, pero con Trump no se sabe. Puede poner restricciones a los bancos. Ya está violando muchos convenios internacionales. Pero es muy complicado poder romper este avance de conexiones», determinó Pederzini Villareal.
«ME ECHAN MUCHO LA MANO»
Iván, originario de Aldama, Chihuahua, acababa de casarse y su esposa esperaba un bebé. Habían invertido todo su dinero en un proyecto, pero fracasó en 2014. Ahora, desde Estados Unidos, envía remesas a su familia, quien vive «solo de lo que gana» en su trabajo dentro de la industria de la música, contó desde Miami, Florida.
Aquí, en el pueblo El Tremesino, Michoacán –el estado que más recibe remesas a nivel nacional–, el campesino Benjamín recibe dólares de sus dos hijos que trabajan en Kansas. Dionisio pinta y Ofelia recoge huevo en las granjas. Le mandan dinero al banco.
«Me echan mucho la mano», afirmó vía telefónica. Venía de trabajar en el rancho. En el poblado, ubicado en el municipio Susupuato, no hay más de 200 casas. «Me sirve para comprar comestibles que uno necesita en la casa y para pagar a un ayudante; tengo a mi señora enferma. Lo que gano aquí no es comparación con lo que me mandan», aseguró Benjamín. Luego fue a jugar dominó.
El valor del dólar ha subido un 61 por ciento durante el sexenio por lo que los mexicanos reciben más en pesos por esos traslados.
Sin embargo, el Presidente Donald Trump dijo durante su campaña que la mayoría de ese monto viene de migrantes ilegales por lo que pondría una cuota al envío o incluso las confiscaría. El Pew Research Center registra alrededor de 12 millones de migrantes indocumentados en Estados Unidos, de los cuales 5 millones son mexicanos.
«Está bien mal, la verdad [Trump] ya está bien loco si va a poner eso. Cuánta gente vive de las remesas, incluyendo mi mamá. Muchos mexicanos para eso se van [a Estados Unidos]. ¿Alternativas? No sé. Me quedé pasmada», dijo en entrevista Vanessa, habitante de Chihuahua.
Cuando tenía seis años, su padre se fue a trabajar a Odessa, Texas, estado petrolero. Trabaja extrayendo crudo.
«Mi mamá trabajaba aquí en México, pero sobrevivíamos con lo que él manda. Fui a la escuela por eso y terminé la carrera de contaduría por eso», afirmó Vanessa.
Este ingreso de casi 27 mil millones de billetes verdes durante el año pasado, destinado principalmente a Michoacán, Guanajuato y Puebla, implicó una cifra mayor a la recibida por exportaciones petroleras (15 mil 575 millones de dólares, Pemex) y por Inversión Extranjera Directa (23 mil 253 millones de dólares hasta septiembre, Secretaría de Economía).
El Secretario de Hacienda, José Antonio Meade, dijo hace unos días que antes de que termine febrero presentarán al Congreso «una buena propuesta» apoyada de tecnología para asegurar las transferencias y libre flujo de remesas.
«Las remesas son importantísimas ahora que estamos en una etapa en la que México está perdiendo muchísimos ingresos en divisas porque ha bajado la producción y el precio del petróleo. En términos de la estabilidad financiera del país juegan un papel importante como proveedoras de divisas», aseguró la economista e investigadora Carla Pederzini.
En Guatemala, vecino sureño de México, también se sienten «amenazados» y están «pendientes» de las últimas disposiciones de Trump respecto a las deportaciones, afirmó Ariel Urizar, bombero de Ciudad Guatemala.
En entrevista, aseguró que los habitantes de su país han decidido huir a Estados Unidos porque «la economía está muy mal, especialmente para las clases más desposeídas», no hay oportunidad de empleo ni siquiera para los que tuvieron la posibilidad de estudiar y además hay inseguridad en distintos puntos.
En Estados Unidos viven alrededor de 3.5 millones de guatemaltecos y en 2016 el país centroamericano recibió 7 mil 600 millones de dólares por concepto de remesas, documentó.
«Ese ingreso de divisas es lo que ha permitido mejorar en cierta forma el nivel de vida de muchos guatemaltecos que tienen la suerte de que sus familiares se encuentren en Estados Unidos. El país estuviera en un atrasado increíble si esas remesas no llegaran; de ahí obtienen los recursos para los gastos en educación, salud y alimentación. Tienen una alta importancia», determinó Ariel.
En México, sucede lo mismo. «Las familias que reciben remesas dependen de ellas para su consumo diario; comprar comida y lo que necesitan los niños. Parar el flujo tendría un efecto muy fuerte sobre ellos», advirtió la experta en migración y remesas Pederzini Villareal.
«Trump es bastante amenazador», opinó el guatemalteco Ariel. «No favorece de ninguna manera a quienes están trabajando en EU para poder mandar dinero y se ven amenazados solo por el simple hecho de ser guatemaltecos», finalizó.
O mexicanos.
¿SE FRENARÁN LOS ENVÍOS?
Las personas consultadas por SinEmbargo que envían o reciben remesas coincidieron en que, aunque existen diversas maneras de envío, el eventual bloqueo o cobro de cuota obstaculizará la transacción, sobre todo a quienes ganan poco porque actualmente ya se cobra un porcentaje por el servicio de mandarlas a México y eso reducirá su presupuesto. La mayoría lo destina por transferencias electrónicas o «Money Order», ofrecido por empresas como Western Union, Quicktrip, MoneyGram o Safeway.
La suegra de Daniela vive en Colorado. Tiene papeles y envía dólares a sus dos hijos, habitantes de Chihuahua.
«Dependiendo del banco de Estados Unidos te cobran un porcentaje o una comisión por el envío que hacen a México. Hay unos que cobran cuatro dólares por mandar 500 dólares y hay otros que cobran seis dólares por enviar mil», dijo Daniela.
«Tal vez no representa mucho, pero si además la intención del Presidente de Estados Unidos es imponer un impuesto al envío de remesas a México, representará una disminución al presupuesto que la gente envíe y un corte de tajo a una importante fuente de ingresos para México. Para las personas indocumentadas será más difícil y les afectará más su economía», aseveró.
Iván, que envía remesas a su esposa y bebé, y Armando, que las manda a su hermana desde Alabama, no creen que el envío de dólares a México se entorpezca totalmente por el eventual bloqueo del gobierno estadounidense. Pero se dificultará.
A Julio, que recibe dólares de sus padres desde Arizona, le preocupan los paisanos que no puedan cubrir ese posible incremento en la cuota de traslado o se vean imposibilitados para encontrar alternativas.
Iván y su esposa sienten «incertidumbre». No tiene visa de trabajo y «duda» que con Donald Trump en la Presidencia se le «facilite» el trámite.
«Nunca sentí interés por viajar a Estados Unidos, pero no tenía opción [después de la quiebra del proyecto]. Lo vimos como la forma más rápida de poder hacernos de patrimonio», escribió Iván en charla con este sitio desde Miami, Florida.
No tiene un hogar definido. Labora en una filial de Sony Music y un día está en Miami, otro en Los Angeles, California, y otro en Houston, Texas.
«Mi familia vive en México, yo viajo por temporadas de hasta cuatro meses y las remesas son nuestro esquema de pago», contó Iván.
«Estamos tratando de resolver lo mas rápido posible. De parte del trabajo tengo apoyo total y estoy seguro que si se toman medidas extremas encontraremos la forma de seguir trabajando», confió.
–El plan de Trump contra el envío de remesas, ¿te frenaría para seguir mandándolas?
–¡No tienes idea de las opciones que existen acá [Estados Unidos] para enviar dinero! Hay muchas empresas y ahora hay aplicaciones. Generalmente cobran 10 dólares por envío. Y las opciones para cobrar en México son muchísimas. Desde Soriana hasta la tienda de «Doña Lupe» en pueblos pequeños.
–Entonces, ¿con Trump no se dificultará?
–Yo tengo cierta posibilidad. Puedo usar la tarjeta del banco donde tengo el dinero en México, aunque obviamente me cobran una comisión por usarla fuera del país. Generalmente hago los envíos a Soriana o donde se esté pagando más caro [el dólar], como la mayoría lo hace. Pero me preocupa la gente que no puede hacerle como yo.
Armando, por su parte, decidió irse a Estados Unidos porque en Rosario, Hidalgo, no tenía empleo. Lleva 13 años en Birmingham, Alabama, un sitio que describe tranquilo y que respeta los derechos civiles. Fue una de las zonas beneficiadas por el movimiento a favor de los afroamericanos encabezado por el activista Martin Luther King.
Vía telefónica aseguró que desde que «empezó lo del narco en México», el proceso de envío de remesas se complicó porque ya no se puede mandar más de mil dólares mensuales. «Te hacen una serie de preguntas. Creen que es lavado de dinero», dijo.
Armando gana mil 900 dólares a la quincena trabajando en restaurantes. En la mañana es cocinero y en la tarde es asistente de chef. Envía dólares a su hermana, quien también trabaja.
No cree que Trump logre su plan.
«Los bancos son independientes del gobierno de Estados Unidos. No puede hacer nada en ese caso. No me preocupa», declaró.
Julio, que trabaja en una agencia de empleos en Ciudad Juárez, no ve un problema en el envío, sino en la intención de confiscarlas. Vive con su abuela y recibe dólares de sus padres, quienes habitan en Arizona. Su padre trabaja en una ensambladora de autos y se fueron a allá, junto con sus dos hermanas, porque en la empresa que trabajaba en Chihuahua había conflictos internos y temía ser despedido.
«Están cubriendo el 10 por ciento por envío y he leído que se planea subir a un 20 por ciento. No le veo un gran inconveniente porque no es mucho. Pero el problema es la intención, [Trump] lo hace para fregar a los mexicanos que de verdad dependen de parientes que trabajan en Estados Unidos. Para un trabajador indocumentado que apenas gana cinco o seis dólares por hora no es lo mismo pagar siete dólares de envío que pagar 14 dólares», ejemplificó Julio.
«Me preocupan mis paisanos que dependen totalmente de ese ingreso. Tengo amigos que sus papás viven en Estados Unidos y dependen de eso porque están estudiando, no han encontrado trabajo o simplemente porque la vida en México está muchísimo más cara de lo que debería», destacó.
Vanessa, de Chihuahua, cuyo padre migró hace 27 años para poder trabajar, insistió en que «sólo se puede decir que Trump está loco. De ahí en fuera, ¿qué podemos hacer?, si no podemos con el gobierno de aquí mucho menos con el de allá. Hará lo que quiera».