La Sociedad Escocesa para la Prevención de la Crueldad contra los Animales y la Universidad de Glasgow revelaron que los caninos prefieren el reggae y el rock suave sobre otros géneros musicales; evaluaron cambios fisiológicos y de comportamiento, tomaron muestras de saliva y monitorizaron los ritmos cardiacos de los perros para llegar a la conclusión.
Ciudad de México, 27 de enero (SinEmbargo/RT).-Si algún día quiere ponerle música a su perro y no sabe qué disco elegir, le recomendamos que escoja alguno de música reggae o de rock, pero no de rock muy duro. Y no lo decimos por decir: le hacemos esta recomendación basándonos en un curiosísimo estudio llevado a cabo por la Sociedad Escocesa para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (Scottish SPCA) en colaboración con la Universidad de Glasgow.
En dicho estudio, los investigadores pusieron música variada a varios perros que se encontraban en un centro de adopción en la localidad escocesa de Dumbarton y evaluaron los cambios fisiológicos y de comportamiento que iban detectando. Hicieron sonar varios estilos de música: rock suave, motown, pop, reggae y música clásica. Tomaron muestras de saliva y monitorizaron los ritmos cardiacos. Medían el tiempo que pasaban tumbados y relajados o el tiempo que pasaban de pie. Observaron el comportamiento canino durante las sesiones con tanto detalle como pudieron. Y el análisis de los datos reveló que los cambios de comportamiento más positivos tenían lugar cuando sonaba música reggae y rock suave. Aunque otra de las conclusiones del estudio fue que, más o menos, cada perro tenía sus propios gustos musicales.
Gilly Mendes Ferreira, de la SPCA, en declaraciones recogidas por el diario británico ‘Mirror’, afirmó que «de momento, nuestros centros de Glasgow y Edimburgo, van a poner música a los perros. En el futuro, cada centro podrá ofrecer a nuestros amigos de cuatro patas una lista de reproducción adaptada a sus gustos…y tal vez se pueda extender esta investigación a otras especies a nuestro cuidado».
Ya en 2015, la misma Universidad de Glasgow participó en un estudio similar, que demostró considerables efectos relajantes de la música clásica en los perros que vivían en centros de adopción. Los investigadores destacaron entonces que, en cualquier caso, «los perros, como los humanos, prefieren escuchar una variedad de música y no lo mismo una y otra vez».