La especie, muy extendida por las estepas eurasiáticas en el pasado, está clasificada como en grave peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
París, 27 de enero (EFE).- La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) alertaron hoy de que los antílopes saiga se encuentran gravemente amenazados en Mongolia por un brote de la peste de pequeños rumiantes (PPR).
Unos 900 ejemplares de esa subespecie, equivalentes a casi el 10 por ciento de su población total, fueron encontrados muertos en la provincia occidental mongola de Khovd.
Hasta ahora se habían documentado relativamente pocos casos reales de infección por PPR en especies similares a las cabras salvajes en libertad, y nunca en antílopes en libertad, indicaron los dos organismos en su comunicado.
La FAO y la OIE subrayaron que el compromiso internacional para erradicar «una devastadora enfermedad del ganado que afecta principalmente a ovejas y cabras se ha hecho aún más urgente tras conocerse la mortandad masiva» de esos antílopes.
Su fallecimiento, según la nota, «parece indicar que se ha producido un contagio a partir de animales domésticos con los que comparten zonas comunes de pastoreo, especialmente en invierno, cuando hay menos lugares donde buscar alimentos».
Los dos organismos explicaron que los antílopes saiga en Mongolia no son realmente animales migratorios, pero sí nómadas, con desplazamientos temporales en otoño para la reproducción y a principios de primavera para el alumbramiento.
La especie, muy extendida por las estepas eurasiáticas en el pasado, está clasificada como en grave peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
«Será necesario proseguir las investigaciones en el terreno para conocer el alcance del reciente brote. Si se confirma que la PPR es la causa principal, la cifra de muertes de saigas es probable se cuente en miles en los próximos tres meses», dijo el secretario del programa de erradicación de la PPR de la FAO y la OIE, Bouna Diop.
Mongolia informó de su primer brote de PPR el pasado septiembre, cuando las muertes de ovejas y cabras se vincularon a una extensión de los casos de PPR en China.
Para la directora general de la OIE, Monique Eloit, la mortandad de los saiga -que evidencia la vulnerabilidad de los animales que no han estado expuestos a la PPR, así como el reto de proteger la fauna silvestre- constituye un «hecho sin precedentes y preocupante».
Ambos organismos advirtieron de que la PPR «puede tener un impacto devastador sobre la seguridad alimentaria y la economía», porque «el 80 por ciento de los 2 mil 100 millones de pequeños rumiantes que se calcula hay en el mundo viven en regiones afectadas, y constituyen un activo importante para un tercio de los hogares rurales pobres».
Por ello, subrayaron que la cooperación internacional es esencial, y a nivel local destacaron la importancia de aplicar una estrategia regional para contenerla y erradicarla.