Alrededor de 30 organizaciones hicieron un llamado a los mexicanos para implementar diversas medidas que ayuden a contrarrestar los embates del Presidente electo de Estados Unidos Donald Trump contra México. Hicieron diversas recomendaciones que, dijeron, no sólo ayudarían a fortalecer la economía del país, además mejorarían la salud de las personas. Recomendaron consumir productos nacionales; comprar en tianguis y mercados; organizarse con vecinos y compañeros de trabajo para hacer minicooperativas; así como castigar con el poder de compra a las empresas que favorezcan las políticas anticomerciales del Gobierno de Trump.
Ciudad de México, 18 de enero (SinEmbargo).- Ante las amenazas comerciales hacia México por parte de Donald Trump, Presidente electo de Estados Unidos, la Alianza por la Salud Alimentaria presentó el manifiesto ¡Consumidores al Grito de Guerra!. En el documento más de 30 organizaciones de la sociedad civil subrayan la necesidad de que los mexicanos ejerzan su poder al comprar alimentos para así fortalecer la economía nacional y local, y al mismo tiempo velar por la salud de la población.
«Los pronunciamientos y amenazas del Presidente electo de los Estados Unidos son irracionales e inadmisibles, pero deben generar una respuesta racional para dar un giro radical al modelo de desarrollo nacional y recuperar la soberanía y la salud alimentarias, fortaleciendo los procesos agroecológicos y la protección de nuestras semillas frente a los transgénicos», señala el manifiesto.
En conferencia de prensa en la capital mexicana, la Alianza hizo un llamado a la acción ciudadana y presentó distintas propuestas específicas para los consumidores, el Gobierno y la industria, con la finalidad de fortalecer la economía interna, además de promover una alimentación saludable.
«Tiene que ver con un poder que tenemos todos como consumidores. […] El poder de decisión puede doblegar a Trump» aseguró Alejandro Calvillo, de El Poder del Consumidor (EPC). El activista alertó, además, que «hay un Gobierno [mexicano] inmóvil, frente a una gran amenaza».
Los activistas hicieron una serie de recomendaciones al Gobierno de Enrique Peña Nieto, que comienza con un aumento al salario mínimo. Asimismo, exigieron que se garantice a la población mexicana su derecho a saber de dónde vienen los productos en general y los alimentos en lo particular, y de qué están hechos.
También pidieron que se establezca que las compras gubernamentales sean de productores nacionales siempre que exista una oferta de los mismos: urgieron a que todas las compras de alimentos para los comedores populares de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), desayunos escolares del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), hospitales, cuarteles e instalaciones de Gobierno se hagan a productores locales y regionales.
La Alianza planteó que se inicie un programa de mercados locales y regionales en todas las ciudades del país, bajo esquemas de comercio justo para fortalecer la economía campesina. Y propuso que se excluyan los cultivos básicos y estratégicos del Tratado de Libre Comercio de América Latina (TLCAN).
El documento exige que se apoye a las pequeñas y medianas empresas que ofertan alimentos saludables y frescos, ya que con ello se aumentaría la disponibilidad de opciones para reactivar el campo y la producción de comida nacional.
La última exigencia hacia las autoridades es que se revierta el incremento de los precios y la liberalización de las gasolinas y se aumente la refinación en Petróleos Mexicanos (Pemex) al 100 por ciento de la capacidad instalada.
Estas recomendaciones de consumo, dijeron los activistas, además de favorecer a la economía nacional, ayudaría a mejorar la salud de los mexicanos.
«El sistema de alimentación mexicana nos está matando», dijo Diego de la Mora, de Fundar, Centro de Análisis, en alusión a las alarmantes cifras de obesidad, diabetes y sobrepeso que existen actualmente en todo México.
Datos de la Encuesta Nacional de Salud (Ensanut) de 2016 que revelan que el 36.9 por ciento de los adolescentes en México viven con sobrepeso u obesidad, y la cifra llega a 72.5 por ciento en la edad adulta.
Ante este panorama, las organizaciones hicieron un llamado a los mexicanos a:
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Consumir productos elaborados en el país, no importados, como una primera medida, ya que -aseguran- con ello se fortalece la economía local.
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Comprar productos preferentemente en mercados y tianguis, donde hay mayor cercanía con los productores locales y con pequeños comercios y empresas, con lo que se contribuye a la generación de empleo.
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Adquirir alimentos saludables y frescos. De preferencia con pequeños productores, de esta forma, señalaron los activistas, se fortalece la economía mexicana y al mismo tiempo se protege la salud.
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Castigar con el poder y decisión de compra a las empresas que favorezcan las políticas del Gobierno de Trump.
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Organizar con vecinos y compañeros de trabajo minicooperativas de consumo para hacer compras de productos saludables y nacionales para a baratar costos y crear consciencia.
Las amenazas del magnate neoyorquino, señaló en su oportunidad, Mercedes López, de la organización mexicana Vía Orgánica, «pueden convertirse en una oportunidad para volver la mirada hacia adentro y exigir al Gobierno que establezca políticas públicas de apoyo al campo, que fomente las siembras agroecológicas que permitirán brindar alimentos sanos y bajo esquemas de precio justo, mejorando la salud de la población y la economía campesina que ha sido muy golpeada».
Marcos Arana, del Centro de Capacitación en Ecología y Salud para Campesinos (CCESC), aseguró que los mexicanos «habíamos llegado a una zona de confort de resolver nuestros problemas con el comercio de EU [por ello] es momento de ver hacia nuestro país. México debe recuperar la soberanía alimentaria que será posible con las decisiones de consumo».
Por su parte, Luis M. Encarnación, de la coalición Contrapeso, planteó que se necesita «real compromiso» del sector social para encaminar el desarrollo social y detener las cifras de obesidad, diabetes y sobrepeso.
Finalmente, las organizaciones urgieron a la industria mexicana a comprometerse a establecer una política de compra de insumos preferentemente nacional; y a las cadenas de supermercados, a que hagan pública una política de compras de productos nacionales y expongan claramente la procedencia de los alimentos frescos y de todos aquellos que no contengan esta información en sus etiquetas.
Víctor Suárez, de la Asociación Productores del Campo, señaló que actualmente México importa el 42 por ciento de los alimentos que la población consume, y los principales productos que importa de Estados Unidos y se pueden producir en México, son: maíz, trigo, arroz y sorgo. Además, señaló que desde EU llegan hortalizas y frutas congeladas; así como carnes de distintos tipos.
Suárez destacó que México importa del país vecino cerca de 12 millones de toneladas de maíz al año, orientadas a consumo humano, pecuario e industrial.
«México tiene la capacidad de incrementar la producción de estos alimentos para sustituir las importaciones provenientes de Estados Unidos en un periodo de tres años», pero aclaró que no deben cerrarse totalmente las importaciones. «Es la oportunidad de defender no sólo la dignidad de la nación, sino también de reorientar un modelo fracasado de más de 25 años que le ha dado la espalda a los productores, a la producción nacional y a los consumidores», concluyó.