A siete días de que asume como Presidente de EU, Donald Trump ha perdido popularidad entre los ciudadanos de su país, de acuerdo con una encuesta realizada por Gallup. En condiciones normales, esa sería una buen noticia para México; pero como Trump basó su campaña amenazando al país, un descenso en la aceptación, entre los estadounidenses, bien podría ser traducido por él como una invitación para apretar aún más contra los mexicanos.
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Washington, 14 ene (EFE).- El 51 por ciento de los estadounidenses desaprueba la actuación de Donald Trump en el periodo de transición hasta su investidura como presidente de EU, indica una encuesta publicada hoy por la empresa demoscópica Gallup.
A una semana de que el polémico magnate jure el cargo, sólo el 44 por ciento de los mil 32 adultos consultados apoyan «la forma en la que está manejando su transición presidencial», según el sondeo, hecho del 4 al 8 de enero y con un margen de error del 4 por ciento.
Esos datos implican un retroceso de la popularidad de Trump respecto a una encuesta similar de Gallup elaborada entre el 7 y el 11 de diciembre pasado, en la que el 48 por ciento respaldaba su proceso de transición, el mismo porcentaje que lo que criticaba.
«El Presidente electo Donald Trump sigue obteniendo una aprobación históricamente baja de su actuación durante la transición», afirmó la encuestadora en un comunicado.
Los índices de desaprobación del multimillonario republicano son los peores que logra un presidente electo desde que Gallup empezó a hacer ese tipo de encuestas en 1992.
El Presidente saliente, el demócrata Barack Obama, obtuvo por estas fechas en 2009 una aprobación del 83 por ciento y únicamente una desaprobación del 12 por ciento.
En 2001, el republicano George W. Bush, que, al igual que Trump, ganó las elecciones de 2000 pese a perder en el voto popular, contaba con una aprobación del 61 por ciento, frente a un rechazo del 25 por ciento.
Parecida puntuación conseguía el demócrata Bill Clinton en 1993, con una aprobación del 68 por ciento y una disconformidad del 18 por ciento.
Trump ganó las elecciones presidenciales del pasado 8 de noviembre debido al sistema del Colegio Electoral, en el que cada estado adjudica al ganador de la demarcación territorial un número de compromisarios estimado conforme a su peso demográfico y equivalente al número de sus representantes en el Congreso.
Sin embargo, el multimillonario neoyorquino perdió en el voto popular frente a la demócrata Hillry Clinton, quien obtuvo casi tres millones de sufragios más que Trump.
La transición del magnate hacia la Casa Blanca se ha visto marcada, entre otras cuestiones, por el escándalo de los supuestos cibertaques, atribuidos por EU a Rusia, para influir en el resultado de los comicios en favor del hoy presidente electo.
El multimillonario se ha mostrado escéptico con esa conclusión, avalada por los servicios de espionaje estadounidenses, que considera un intento de deslegitimar su victoria electoral.
LE HACEN EL FEO A TRUMP
Media docena de congresistas demócratas han anunciado que romperán con la tradición bipartidista de asistir a la toma de posesión del Presidente de Estados Unidos y que el próximo 20 de enero no acudirán a la de Donald Trump.
El representante a la Cámara por Arizona Raúl Grijalva dijo hoy que el próximo viernes estará trabajando en su distrito electoral y que su ausencia en Washington no pretende ser una «falta de respeto» hacia la institución sino un «desafío» al hombre que «ha faltado al respeto a millones de estadounidenses».
John Lewis, congresista afroamericano por Georgia e icono de los derechos civiles, faltará por primera vez a una toma posesión desde que fue elegido en 1987 y lo hará porque no cree que Trump sea un presidente «legítimo» tras los presuntos intentos del Kremlin para auparlo a la Casa Blanca.
Tampoco asistirá a la toma de posesión el representante por Illinois Luis Gutiérrez, que sin embargo sí tiene previsto participar en una manifestación de mujeres contra Trump convocada en Washington para el sábado 21 de enero.
«No puedo ir a la toma de posesión de un hombre que nombrará a gente en el Tribunal Supremo que dará marcha atrás en el reloj para las mujeres y que dará marcha atrás en el reloj para los inmigrantes», dijo.
Tampoco tienen ninguna intención de acudir a la gran fiesta de Trump la representante por Massachusetts Katherine Clark ni los congresistas por California Jared Huffman y Barbara Lee.