El débil crecimiento de la economía y el mal manejo de las finanzas públicas de México han provocado la depreciación del peso frente al dólar en los últimos días, coincidieron expertos consultados por Xinhua. La moneda mexicana acumula en los primeros 11 días del año una depreciación de 5.23% frente a la divisa estadounidense, que ayer por cuarta vez tocó un precio máximo histórico al cotizarse en los 22.29 en bancos. Los factores externos como las posibles políticas fiscal y comercial que Trump aplique a partir del 20 de enero o caídas en los precios del petróleo influyen en el tipo de cambio, pero no son los únicos determinantes, hay una percepción internacional de que México no tiene «finanzas sanas». El país sumó en 2016 su cuarto año con un bajo crecimiento.
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MÉXICO, 12 ene (Xinhua) — La depreciación que la moneda de México experimenta frente al dólar en el comienzo de este 2017 es reflejo de una incertidumbre causada, en buena medida, por el débil crecimiento de la economía y el mal manejo de las finanzas domésticas, coincidieron expertos consultados por Xinhua.
«Los componentes externos influyen, pero la principal problemática que tiene la depreciación es el debilitamiento de la economía nacional, la falta de confianza, de certidumbre y de objetivos claros», advirtió el coordinador de la Licenciatura en Contaduría y Gestión Empresarial de la Universidad Iberoamericana, Abraham Vergara.
La moneda mexicana acumula en los primeros 11 días del año una depreciación de 5.23 por ciento frente a la divisa estadounidense, que ayer por cuarta vez tocó un precio máximo histórico al cotizarse en los 22.29 pesos al menudeo en bancos de la Ciudad de México.
El dólar interbancario a 48 horas, por su parte, cerró en los 21.90 pesos, un incremento del 5.49 por ciento con respecto al 2 de enero, el primer día de operaciones del año, según el banco central de México (Banxico).
Analistas adjudican el tipo de cambio al temor que cunde en mercados financieros cada vez que el Presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, amenaza que impondrá aranceles a las importaciones manufactureras desde México y presiona a las firmas para no trasladar sus fábricas al país, como ocurrió ayer en su primera rueda de prensa formal en Nueva York.
El investigador de la Fundación de Estudios Financieros (Fundef) del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), Jorge Sánchez Tello, afirmó que la presión que vive la moneda refleja dudas sobre el crecimiento económico y el manejo de la deuda, que se ha elevado rápidamente prendiendo alerta entre las calificadoras internacionales.
Los factores externos, como las posibles políticas fiscal y comercial que Trump aplique a partir del 20 de enero o caídas esta semana en los precios internacionales del petróleo, influyen en el tipo de cambio pero no son los únicos determinantes, explicó el experto.
«El tema de la deuda, el mal manejo de las finanzas públicas, está afectando. Hay una percepción a nivel internacional de que nuestras finanzas públicas no son sanas», aseguró Sánchez Tello.
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La pérdida del valor de la moneda mexicana ha continuado en estos primeros días de 2017 una tendencia acentuada desde el año pasado, que cerró con una depreciación del peso frente al dólar del 19 por ciento, según las cifras disponibles.
El dólar al menudeo en bancos se encareció 3,4 pesos a lo largo de 2016 durante jornadas que lo mismo se atribuyeron a la victoria de Trump en noviembre, los inestables precios del petróleo y el alza de las tasas de la Reserva Federal estadounidense de diciembre.
Vergara, de la Universidad Iberoamericana, sostuvo que si los factores externos tienen ese efecto en el peso mexicano es porque la economía nacional no es sólida para resistir las turbulencias.
Las reformas estructurales conseguidas por el Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto en 2013 y en 2014 no han tenido la implementación esperada, salvo la referente a las telecomunicaciones y en menor medida la financiera, estimó el académico.
«El comportamiento de los inversionistas más el comportamiento de la economía no ayuda a que el golpe ante el dólar sea menor», abundó.
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La economía mexicana sumará en 2016 su cuarto año con un bajo crecimiento, pues las expectativas del Gobierno federal apuntan que éste será de entre 2 y 2.6 por ciento.
El panorama para este 2017 luce incluso menos favorable porque la mayoría de las voces expertas e instancias internacionales, incluido el Banco Mundial, concuerdan en que el crecimiento económico del país rondará el 1,8 por ciento.
Sánchez Tello advirtió que a las fallas internas que no han permitido el despegue de la economía se podría sumar el impacto que tengan las nuevas políticas comerciales de Estados Unidos, el principal socio de México, en caso que Trump convierta en realidad sus palabras.
«Lo que se ve en el consenso es que habrá un menor crecimiento en México porque las circunstancias no se están dando», agregó el investigador del ITAM.
Frente al panorama, Vergara afirmó que el Gobierno mexicano tiene que aplicar estrictas medidas de austeridad y emprender un gasto más eficiente en actividades productivas, como infraestructura, para detonar la generación de empleos, mientras que el sector empresarial deberá sostener los precios a los consumidores.
«A largo plazo la receta tiene que ver con una política industrial, no hay una política industrial en el país», concluyó el académico de la Universidad Iberoamericana.