Alejandro Calvillo
03/01/2017 - 12:05 am
Trump y el botón
Es escenario parece una pesadilla, cómo un tipo como éste llega a la Presidencia de los EU, cómo lo ha logrado manifestándose en contra de principios establecidos en la propia Constitución de los EU.
Difícilmente podría haberse imaginado, hace unos años, un escenario en el que un personaje como Donald Trump llegara a la Presidencia de los Estados Unidos de América, con los riesgos que esto puede acarear para el planeta y la humanidad. Sabemos que el Presidente de los EU se encuentra limitado en el ejercicio de su poder por la Constitución, por el Congreso y los tribunales, pero en algo no está limitado su poder de decisión personal: para el uso del arsenal nuclear estadounidense.
Desde el próximo 20 de enero un militar acompañará a Trump todo el tiempo, llevando un maletín con los códigos para activar el lanzamiento de una, varias o todas las cabezas nucleares desplegadas en varias regiones del mundo y con alcances de miles de kilómetros. Se ha pensado que el carácter desbordado, incontrolado y errático de Trump podría ser contenido por un grupo profesional y sensato de asesores, pero éste no es el caso. Su principal asesor en seguridad nacional es el general retirado Michael Flynn, señalado como un activo antiislamista y muy cercano al Presidente ruso Putin. Flynn fue destituido hace solamente un par de años por ser “agresivo con el personal, no escuchar a los demás y trabajar en contra de las políticas”. Un comportamiento que no garantiza ninguna sensatez y que es similar, en varios aspectos, al de Trump.
El poder de destrucción masiva que representa el armamento nuclear era una preocupación pública durante la Guerra Fría, considerándose la mayor amenaza para la humanidad. Con la culminación de la Guerra Fría, la atención bajó, el asunto desapareció de los principales medios de comunicación. Los acuerdos internacionales como el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, el Tratado de Prohibición de los Ensayos Nucleares y los tratados regionales de proscripción de armas, sumados a los bilaterales entre EUA y Rusia, con todas sus limitaciones, habían logrado bajar la atención internacional de los medios de comunicación. El número de cabezas nucleares se redujeron pero su poder destructivo aumentó. La proliferación del armamento nuclear se ha convertido en una amenaza, actualmente EUA, Rusia, el Reino Unido, Francia, Israel, China, India, Pakistán y Corea del Norte cuentan con armamento nuclear.
Hay que señalar que se estima, además, que unos 20 países pueden contar con armas químicas, unos 10 con armas biológicas. Este tipo de armas pueden tener consecuencias incalculables, aunque el impacto inmediato y la extensión de daños del armamento nuclear no puede ser superado por ninguna de estas armas.
Las tensiones mundiales actuales son de alto riesgo, un riesgo que aumenta cuando el control del armamento nuclear se encuentra en individuos que han mostrado una incapacidad profunda para lidiar con situaciones de muy menor trascendencia, que han mostrado una profunda ignorancia sobre las relaciones internacionales y que muestran comportamientos personales descontrolados. En este sentido, un grupo de militares estadounidenses hicieron pública una carta en donde advertían que Donald Trump no tenía las características para llevar la responsabilidad sobre el uso de este armamento, para tener en sus manos los códigos para activar el botón.
Los escenarios que enfrentará Trump son muy diversos y uno podría imaginarse que su forma de actuar puede llevar a acciones catastróficas, como un ataque nuclear focalizado que pueda generar una respuesta nuclear inmediata o posterior. Se sabe de la falta de control y la desaparición de material nuclear que puede ser utilizado para la fabricación de un arma nuclear, se sabe también que un arma nuclear puede ser desarrollada casi de manera artesanal.
El Presidente Obama intentó establecer una política que sólo permitiera al Presidente de ese país realizar un ataque nuclear en respuesta a un ataque o amenaza del mismo tipo. Si se supiera de un ataque nuclear a los EU, el Presidente sólo tendría 30 minutos para ordenar un contra ataque masivo nuclear. A lo anterior hay que sumar que el propio Trump ha mencionado que él no esperará, será el primero en atacar. Ha señalado al Estado Islámico puede ser su primer objetivo. ¿Cuántas veces no se han presentado falsas alarmas o interpretaciones erróneas para justificar el ataque a una nación?
En el mundo existen actualmente, de acuerdo con la Federación de Científicos Estadounidenses, alrededor de 15,350 armas nucleares en el mundo. Las armas nucleares se han reducido pero su capacidad de destrucción ha aumentado. En 1986 había más de 70 mil armas nucleares. La Organización de Naciones Unidas reporta que desde 1945 a la fecha se han realizado 2,056 pruebas nucleares. Solamente dos armas nucleares han sido lanzadas en un ataque: “Litle Boy” en Hiroshima con una potencia destructora de 15 kilotones y “Fat Man” en Nagasaki con 21 kilotones. Actualmente un misil intercontinental puede transportar varias cabezas nucleares con un potencial destructivo de megatones. El misil estadounidense Trident con hasta 12 cabezas nucleares tiene un poder de 5.7 megatones, es decir, una capacidad destructiva de 370 bombas de Hiroshima. Rusia cuenta con misiles de mayor potencia.
El ex Presidente Dick Cheney, refiriéndose a Trump, declaró: “Podría lanzar un ataque devastador como jamás el mundo lo ha presenciado. No tiene que consultarle a nadie, no tiene que comunicarse con el Congreso, no tiene que hablar con los tribunales”. Sobre el asesor militar de Trump, el exsecretario de Estado, Colin Powel, comentó: “es un loco de derechas”.
Es escenario parece una pesadilla, cómo un tipo como éste llega a la Presidencia de los EU, cómo lo ha logrado manifestándose en contra de principios establecidos en la propia Constitución de los EU.
Existe en los Estados Unidos una población numerosa y activa a muy diversos niveles y un movimiento internacional extendido por todo el mundo que resistirá de muy diversas formas. La situación actual con Trump al frente de los EU se ha comparado con el del nacimiento del nacional socialismo alemán. Hay semejanzas pero el potencial destructivo y la facilidad para activarlo no existía entonces; tampoco existía una sociedad civil organizada, tejida en redes a lo largo de los Estados Unidos y del mundo. El escenario es muy complejo y sólo nos queda, en este asunto como en muchos otros nacionales e internacionales, estar informados y muy activos del lado correcto.
Feliz año y mucha fuerza.
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