La venganza y el regreso al lugar de origen son los temas que explora el escritor colombiano Santiago Gamboa en Volver al oscuro valle, su más reciente libro en el que narra las historias de dos poetas que fueron víctimas de abuso sexual en su juventud.
Ciudad de México, 24 de diciembre (SinEmbargo).- «Es la historia de una venganza. Es un grupo de personas que regresan a Colombia para cumplir una venganza, que en el fondo está escondida dentro de más ideas, está escondida para algunos de ellos con la idea de un posible regreso», dijo Gamboa en una entrevista con Efe.
En Volver al oscuro valle, editado por Penguin Random House, el escritor narra la historia de Manuela Beltrán, una joven colombiana que en su infancia fue violada y luego, tras vivir una adolescencia turbia, estudia literatura y escribe poemas sobre su vida en un paralelo con el afamado poeta francés del siglo XIX Arthur Rimbaud.
«Esa historia de la joven poeta colombiana se va como mirando en el espejo de la vida de Rimbaud y más o menos las cosas que les ocurren, con diferencia de tiempo y de lugar, equivalen. Para ambos es muy importante y muy definitiva en su vida una violación, ambos de alguna manera se sienten engañados», explicó el escritor.
A la historia se suman varios personajes que toman decisiones que los llevan a coincidir con la protagonista en una Madrid que se ha visto afectada por la toma de la embajada irlandesa por rebeldes del grupo yihadista Boko Haram.
Coinciden además con los deseos que tiene Manuela de regresar a su país de origen, una utópica Colombia en paz que contrasta con la situación que vive Madrid, para luego volver al sitio al que el poeta Rimbaud quería ir antes de morir: Harar, en Etiopía.
«Cada persona tiene un lugar al cual regresar. Ellos volviendo a Colombia, tres de ellos son colombianos, se hacen esas preguntas pero terminan después yéndose con la idea de que en el fondo el regreso es una imagen poética y por eso se van a regresar más bien a donde quería volver Rimbaud», manifestó Gamboa.
En ese sentido, recalcó que la Colombia sobre la que escribe en el libro no existe y que por ello su novela no es realista, porque el país no está «pacificado».
DAR CREDIBILIDAD A LOS PERSONAJES
El autor señaló que los escritores deben usar muchas veces su propia vida para «darle credibilidad» a los personajes y sobre ello destacó su experiencia de regresar a Colombia hace año y medio luego de residir durante más de tres décadas en el exterior.
Gamboa ha vivido en Madrid, París, Roma y Nueva Delhi y viajado por más de 70 países en los últimos 30 años y se instaló con su familia en Cali, en el suroeste del país, a comienzos del año pasado.
«Yo viví este año y medio la experiencia del regreso a Colombia pero fue un regreso a medias porque no volví al mismo al lugar del que me fui, no volví a Bogotá, volví a Cali. Es decir, volví a una ciudad distinta, lo que crea una cierta paradoja, es regresar a un lugar donde no había estado y esa idea me parece poética», afirmó.
Resaltó además que a los personajes de su libro les pasó lo mismo que a él, y es que no podían regresar a los lugares de los que se fueron porque ya no existen.
«El lugar al que podría regresar ya no existe y lo mismo que le pasa a los personajes que en mi novela. Llegan a una Colombia pacificada que en el libro la llaman la república de la bondad, donde todos los paradigmas han cambiado, donde todo el mundo quiere ser bueno y todo el mundo quiere perdonar a alguien», concluyó.
Gamboa es autor de libros como Páginas de vuelta, Perder es cuestión de método y Necrópolis, entre otras obras y ganó en 2014 en Francia el premio Coup de Coeur de Revue Transfuge con su novela Plegarias nocturnas.