Arnoldo Cuellar
01/12/2016 - 6:41 am
León, más continuidad que alternancia
No me explico porque el alcalde panista de León, que hizo campaña prometiendo reordenar la administración de la ciudad y superar la crisis provocada por la discrecionalidad y los caprichos de Bárbara Botello, nos sorprende hoy con actitudes que bien podrían ser rubricadas por la criticada alcaldesa priista. Sin informar a su ayuntamiento, […]
No me explico porque el alcalde panista de León, que hizo campaña prometiendo reordenar la administración de la ciudad y superar la crisis provocada por la discrecionalidad y los caprichos de Bárbara Botello, nos sorprende hoy con actitudes que bien podrían ser rubricadas por la criticada alcaldesa priista.
Sin informar a su ayuntamiento, es decir con la misma actitud autoritaria y antidemocrática de Botello, López Santillana avaló la colocación de una primera piedra a la sociedad de dos empresas con antecedentes, por decir lo menos, inquietantes.
No solo eso, López Santillana con su aval involucró a Miguel Márquez Márquez, Gobernador panista del estado, también invitado al evento, y quien no tenía porqué conocer la letra pequeña de los arreglos del alcalde a espaldas de su ayuntamiento.
Y, para rematar, el Alcalde de León sorprendió a los habitantes de la zona norte de la ciudad de León, que empiezan a reaccionar, desconcertados pero también indignados, ante las “facilidades” para que los inversionistas cobijados por el alcalde, usen como su patio trasero una reserva ecológica, el Parque de los Cárcamos, espacio muy apreciado por los leoneses.
Así, luego de haber permitido la mutilación del Parque Metropolitano junto a la Presa del Palote, por la incapacidad para manejar el resultado de un litigio heredado, ahora la administración panista que recuperó León parece querer consolidarse como la principal enemiga de las áreas verdes de la ciudad, al solapar su privatización.
También en su composición, llama la atención la sociedad que pretende edificar otra plaza comercial en una saturada zona de la ciudad, sin contar con los permisos necesarios y utilizando una incipiente autorización concedida, precisamente, por la cuestionada administración Botello.
Por una parte los empresarios del Grupo Impulza, Oscar Webber y Omar Quesada, exitosos desarrolladores de bares y conceptos de diversión para todas las edades, ya han mostrado que su fuerte no es cumplir con lo que piden los ordenamientos municipales, sino pasárselos por encima con tráfico de influencia y cuestionadas estrategias de cabildeo, entre las que se incluyen la de asociarse con los funcionarios públicos de los que dependen las aprobaciones.
Por otra parte, la empresa México Retail Properties, socio financiero del proyecto, es encabezada por Jerónimo Marcos Gerard Rivero, cuñado del ex Presidente Carlos Salinas de Gortari. Ellos serían los responsables de un financiamiento mediante un instrumento financiero conocido como Certificado de Capital de Desarrollo (CDK).
Sin embargo, es inquietante que una empresa con financiamiento soportado en instrumentos de inversión al público, se anuncie con mentiras o verdades a medias: la presencia de la tienda departamental Palacio de Hierro, desmentida al día siguiente; o la incorporación al centro comercial y residencial (se planean varias torres de departamentos) de “un lago, un parque y áreas verdes”, que no podrían ser otros que los ubicados en Los Cárcamos, de propiedad municipal.
Fieles a su estilo, los empresarios de los Barezzitos y las Cantinitas, quieren de nuevo hacer de las suyas como lo pretendieron hace unos años en el centro histórico de León al buscar modificar por sus pistolas la Ruta del Peatón para favorecer un nuevo antro de su propiedad.
Sin embargo, más allá de lo que empresarios audaces y de pocos escrúpulos pretendan, lo que no debe pasar es que la autoridad se convierta en cómplice de excesos, en lugar de ser quien los regule o los impida, dado el caso.
Hay quien dice que la desesperación puede estar haciendo presa de López Santillana y que ante la falta de obra pública le urge presumir lo que sea, aunque se trate de una triquiñuela de mercadotecnia fraudulenta.
Parece que ese ya no es el mismo servidor público que en campaña prometía volver al orden y al cumplimiento de la ley para elevar la calidad de vida en la ciudad de León.
Ya López Santillana pidió disculpas por haber omitido la información del centro comercial al Cabildo. Hace falta más que eso. También tiene que escuchar la voz de los ciudadanos leoneses preocupados por el colapso de las vialidades y por el deterioro del medio ambiente y de las zonas verdes de la ciudad.
Tras los atropellos de la administración priista de Bárbara Botello hay una nueva conciencia en León, parte de la cual se manifestó en las pasadas elecciones y le otorgó un voto de confianza al actual munícipe.
Pasar eso por alto o, peor aún, traicionarlo, puede provocar un nuevo descalabro a una gestión municipal que aún no logra convencer.
¿Qué mensaje es el que quiere enviar Héctor López Santillana?
Es hora de ser sensatos, a menos que ya se haya subido en la mítica tablita que parece una maldición.
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