A día de hoy, Mosul es el último bastión urbano de la milicia radical en Irak y liberarla llevaría al posible desmantelamiento del grupo ya que su capacidad para reclutar a combatientes extremistas y atraer fondos se ha agotado, dijo al-Abadi, quien espera espera que el gobierno de Donald Trump garantice a Bagdad más apoyo logístico en su guerra contra el terrorismo
Por Ian Phillips y Qassim Abdul-Zahra
Bagdad, 28 de noviembre (AP).— Los combatientes de Estado Islámico carecen del valor necesario para oponer resistencia en el largo plazo en Mosul, a pesar de cientos de atentados con coche bomba que mataron y mermaron a las tropas de Bagdad y a civiles, mientras parece que la lucha por la segunda ciudad del país se extenderá hasta bien entrado el año que viene, dijo el primer ministro iraquí, Haider al-Abadi.
«Hemos visto colapsar a toda la organización en términos de plantar cara a nuestras propias fuerzas armadas», señaló al-Abadi. «El éxito de liberar una zona enorme indica que Daesh no tiene ahora el valor o la motivación para luchar como hacían antes», agregó empleando el acrónimo árabe para el grupo radical.
En una entrevista con The Associated Press el lunes, Al Abadi explicó que Mosul está ahora completamente sitiado y que la velocidad con que se aseguró la zona sobrepasó sus expectativas. Se negó a decir cuántos soldados iraquíes perdieron la vida desde el inicio de la ofensiva hace seis semanas, pero apuntó que el número de bajas en el campo de batalla era «sostenible».
El primer ministro señaló que espera que el gobierno de Donald Trump garantice a Bagdad más apoyo logístico en su guerra contra el terrorismo y descartó la idea planteada por el presidente electo en campaña de que podrían tomar parte de la producción petrolera del país como «reembolso» por sus esfuerzos.
Trump dijo en septiembre que «tomaría el petróleo» de Irak apuntando que si no lo harían los iraníes.
«No voy a juzgar al hombre por sus declaraciones en campaña», dijo al-Abadi con una sonrisa. «Voy a juzgarle por lo que hace luego».
Dijo que Trump, con quien habló por teléfono tras su victoria electoral, es un «hombre pragmático» que reevaluará la situación cuando asuma el cargo. Pero el petróleo iraquí, agregó, pertenece a los iraquíes. «El pueblo iraquí no permitirá que ningún país tome posesión de sus propios recursos», señaló durante la entrevista, realizada en uno de los palacios del fallecido expresidente Saddam Hussein en la Zona Verde, una zona fortificada de la capital iraquí.
Al-Abadi se mantuvo en sus afirmaciones previas de que Mosul será recuperada este año, pese a que la batalla sobre el terreno avanza cada vez más lenta. Las fuerzas iraquíes controlan apenas una décima parte de la urbe.
Comandantes iraquíes en el este de Mosul dicen que la resistencia de la milicia radical ha sido la más agresiva que ha presentado nunca los insurgentes, que atacaron al ejército con cientos de coches bomba.
Blindados y normalmente cargados con explosivo suficiente para destrozar tanques, los coches bomba son desde hace tiempo el arma más letal de los insurgentes contra las fuerzas iraquíes. En operaciones anteriores, se solicitaron ataques aéreos de la coalición liderada por Estados Unidos para anular las bombas, pero en los todavía poblados vecindarios de Mosul, los autos cargados de explosivos suelen aparecer con poco tiempo y la presencia de civiles merma el uso de ataques aéreos.
Desde que al-Abadi llegó al poder hace dos años, las fuerzas iraquíes han recuperado más de la mitad del territorio capturado por el grupo EI en su apogeo, cuando los insurgentes llegaron a controlar un tercio del país.
Presionando hacia el norte desde Bagdad, combatientes en su mayoría de milicias chiíes fueron los primeros en expulsar a EI de grandes partes de la provincia de Diyala y Salaeddin, incluyendo Tikrit la localidad natal de Saddam.
En el norte del país, fuerzas curdas e iraquíes retomaron la estratégica localidad montañosa de Sinjar, bloqueando una carretera por la que en su día transitaron insurgentes y armas. En el oeste, soldados de Bagdad respaldados por la aviación de la coalición recuperaron las ciudades de Ramadi y Fallujah, en la provincia de Anbar.
A día de hoy, Mosul es el último bastión urbano de la milicia radical en Irak y liberarla llevaría al posible desmantelamiento del grupo ya que su capacidad para reclutar a combatientes extremistas y atraer fondos se ha agotado, dijo al-Abadi.
«Esto es como una serpiente, si le pegas en el medio o en la cola no sirve de nada. Hay que darle en la cabeza», agregó. «Y la cabeza de esta organización terrorista es Mosul. Si les quitas Mosul, es un gran revés (…) para sus esfuerzos de reclutar a gente joven de diferentes países del mundo».
Al contrario que en operaciones anteriores, en la batalla por Mosul el gobierno de Al-Abadi ha pedido a los residentes que permanezcan en sus casas, una estrategia que ha ralentizado el avance. El mandatario justificó la decisión diciendo que era necesaria para evitar un desastre humanitario por la huida de civiles a campos de refugiados sobrecargados y a las puertas de invierno.
«Esta es la primera vez que liberamos una ciudad o un lugar donde los civiles están en sus casas», apuntó. «Es duro, es difícil porque las fuerzas de seguridad me dicen que están recibiendo disparos de lugares donde hay civiles y no pueden responder. Por lo tanto, es algo muy complicado».
Al-Abadi dice que espera un respaldo aún mayor de Estados Unidos a Irak con Trump en la Casa Blanca.
«Creo que mantener esta relación va en interés de Estados Unidos e Irak», dijo. «En mi conversación telefónica al presidente electo Trump, me aseguró que el apoyo de Estados Unidos no solo continuará sino que se iba a ampliar».
Aunque la presencia de soldados estadounidenses en el país fue en ocasiones un asunto controvertido a ojos de los rivales políticos de Al-Abadi, la implicación de Washington en Irak se ha incrementado constantemente durante su mandato. En la actualidad, en Irak hay 6.000 soldados estadounidenses, incluyendo 100 de operaciones especiales integrados con el ejército iraquí en la ofensiva por Mosul, de acuerdo con el Pentágono. Comandantes iraquíes dijeron que la ofensiva aérea de la coalición liderada por Estados Unidos ha sido esencial en la recuperación del territorio.