Una nueva prueba de impacto volvió a evidenciar las fallas de seguridad en el modelo Tsuru, uno de los autos más populares pero también más inseguros en México. La prueba se realizó un día después de que Nissan de México anunciara que dejará de producir ese modelo en mayo de 2017. De aquí a esa fecha, la armadora de origen japonés fabricaría y pondría a la venta 30 mil unidades más de ese auto. Para organizaciones que promueven la seguridad vehicular, los resultados de la prueba de choque deberían a obligar a la armadora a detener inmediatamente la producción y comercialización de ese vehículo.
Ciudad de México, 27 de octubre (SinEmbargo).- Si va al volante de un Tsuru a 64 kilómetros por hora y se estrella de frente con otro auto que venga en sentido contrario a la misma velocidad, usted enfrenta “altas posibilidades” de no vivir para contarlo.
Esta es una de las conclusiones de una prueba de choque realizada este jueves entre un Tsuru 2015 vendido en México y un Versa 2016 vendido en Estados Unidos, ambos fabricados en nuestro país por Nissan.
El ejercicio muestra la enorme diferencia en el equipamiento de seguridad de ambos autos.
“Un conductor del Tsuru habría presentado lesiones de alta probabilidad de riesgo de vida. El choque por lo tanto tiene altas posibilidades de haber sido fatal. No había bolsas de aire [en el Tsuru] y las estructuras principales se colapsaron, comprometiendo el espacio de supervivencia”, informó después de la prueba de impacto el Programa de Evaluación de Vehículos Nuevos para América Latina y el Caribe [Latin NCAP], una de las tres organizaciones responsables del simulacro.
En cambio, el modelo Versa desplegó adecuadamente las bolsas de aire y mantuvo suficientemente fija la estructura del habitáculo.
El choque entre los dos autos se produjo a una velocidad combinada de 129 kilómetros por hora [cada auto viajaba a poco más de 64 k/h] e implicó una superposición de 50 por ciento, es decir, no fue totalmente de frente sino entre la mitad de cada auto.
De acuerdo con Alejandro Calvillo, director general de la organización El Poder del Consumidor, el test deja claro el doble estándar de Nissan. “La prueba muestra cómo quedaría un conductor que maneja un Tsuru y como quedaría un conductor de un Versa construido por la misma empresa en México, pero con estándares de seguridad de Estados Unidos”.
El auto Versa utilizado en la prueba nunca fue evaluado por Latin NCAP, pero recibió calificación de “bueno” en un examen de seguridad vehicular realizado por The Insurance Institute for Highway Safety [IIHS], una organización sin fines de lucro dedicada a reducir los accidentes fatales en las carreteras de Estados Unidos. Obviamente, este auto cumple con la normatividad para circular en ese país.
El IIHS también auspició la prueba de choque entre el Versa y el Tsuru.
Alejandro Furas, secretario general de Latin NCAP, dijo que el resultado del ensayo debería llevar a Nissan a detener inmediatamente la producción y la venta de su modelo Tsuru.
“De hecho [la producción y comercialización de ese auto] debería haberse detenido desde hace tres años, cuando realizamos las primera pruebas de seguridad en ese modelo y fue evaluado con cero de cinco estrellas posibles”, dijo Furas.
NISSAN ANUNCIA RETIRO DEL TSURU EN MAYO DE 2017
La prueba se realizó apenas un día después de que Nissan de México anunciara que en mayo del año próximo dejará de producir el Tsuru, modelo del que ha vendido 2.4 millones de unidades a lo largo de tres décadas en México y en otros 30 países, según un comunicado de la empresa.
En los siguientes siete meses hasta que se retire finalmente de la línea de producción, Nissan fabricará 30 mil unidades más de ese modelo, de acuerdo con Herman Morfin, director de comunicación corporativa de la armadora en nuestro país.
Esas 30 mil unidades presentarían las mismas características de seguridad que el Tsuru que se utilizó en la prueba de choque.
“Eso quiere decir que en los siguientes meses se producirán 30 mil vehículos más, que en algún momento serán conducidos por una o varias personas que enfrentarán altísimas probabilidades de fallecer si se ven involucrados en un choque”, agregó Furas.
Que así sea es posible gracias a una regulación en materia de seguridad vehicular en México que, según Calvillo, presenta un atraso de por lo menos 20 años si le compara con las regulaciones más avanzadas del mundo.
La norma que rige en México, conocida como NOM 194, se aprobó en mayo pasado. Ésta le otorgó a la industria automotriz cuatro años para cumplir con las regulaciones internacionales que incluyen pruebas de impacto frontal, lateral y sistemas de control de estabilidad.
Las bolsas de aire son aditamentos de seguridad que facilitan que los autos cumplan con los estándares internacionales. Por su estructura, sin embargo, al Tsuru ni siquiera sería posible instalárselas.
Aunque esa es la normatividad que se aplica a los autos que se comercializan en nuestro país, hasta el 90 por ciento de los carros que se fabrican en México cumplen con las especificaciones más exigentes a nivel mundial, pero porque son vehículos que se exportarán a países como Canadá, Estados Unidos o a países miembros de la Unión Europea, donde las regulaciones son más rigurosas.
De acuerdo con Calvillo, la laxitud de la norma en nuestro país evidencia que el gobierno se doblegó ante la industria automotriz
“El gobierno es negligente. Nuestras regulaciones fueron hechas por la propia industria para su beneficio. Se impuso el interés económico a los derechos de los consumidores”, dijo.
Morfin, por su parte, aseguró que una vez que el Tsuru sea descontinuado, todos los vehículos que vende Nissan cumplirán con la norma mexicana aunque no sea obligatorio todavía.
“A partir de 2016 toda nuestra gama integra bolsas de aire [con excepción del Tsuru]. Estamos yendo adelante de la norma mexicana que estableció 2019 como la fecha limite para que todos los autos en México cuenten con ese aditamento”, dijo Morfin, quien además destacó que el Tsuru es uno de los autos más comercializados y confiables del mercado mexicano.
De acuerdo con datos de la Secretaria de Transporte y Vialidad de la Ciudad de México, dados a conocer a finales de 2014, de los 102 mil 786 taxis que tenían registrados en ese momento, 65 mil 215 eran vehículos Nissan y de todos ellos, 53 mil 811 eran del modelo Tsuru.
Ese auto recibió el nivel más alto de satisfacción al cliente de acuerdo con las ediciones 2013 y 2014 del reporte Mexican Vehicle Ownership Study, realizado por J.D Power & Associates entre todos los subcompactos que se comercializan en México.
Sin embargo, no todas las estadísticas relacionadas con este vehículo son tan felices.
De acuerdo con el estudio “Industria Automotriz en México – Aspectos de Seguridad de Nissan Tsuru”, elaborado por Latin NCAP, 4 mil 102 personas habrían fallecido en México entre 2007 y 2012 en un total de 2 mil 11 accidentes fatales en los que se vio involucrado ese tipo de auto.
Esa cifra otorgó al Tsuru uno de los mayores índices de letalidad entre los autos evaluados por esa organización.
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Para Furas está claro que Nissan de México, con el Tsuru, ha actuado con “perversidad”, especialmente si se toma en cuenta que otras armadoras presentes en nuestro país no comercializan ningún auto sin bolsas de aire desde hace años.
Esa perversidad también quedaría evidenciada si se toma en cuenta que para un fabricante de autos agregar dos bolsas de aire en un vehículo no tendría un costo superior a los150 dólares, de acuerdo con el especialista.
“Es un asunto de la genética de una marca que no quiere ofrecer a sus clientes los mínimos de seguridad de manera estándar en todos sus autos”, dijo. “Lo más perverso es que quienes toman estas decisiones dentro de la empresa seguramente se transportan en autos con seis bolsas de aire”, dijo Furas.
La historia del Tsuru de Nissan, de acuerdo con Calvillo, del Poder del Consumidor, evidencia un patrón preocupante en las relaciones del gobierno mexicano con algunas empresas.
“Este caso deja claro que las empresas van a hacer lo que les dejen hacer los gobiernos para sacar el mayor provecho posible”.
En los países más democráticos, según Calvillo, siempre es más común que el interés público determine las políticas de gobierno. “En los países menos democráticos y más corruptos siempre son los intereses económicos los que imperan”.
El experto de Latin NCAP lo único que se pregunta es por qué los mexicanos no están, por esta y otras historias del estilo, profundamente indignados.
REPORTE
El anuncio de la salida del Tsuru de las líneas de producción coincidió también con la publicación de un nuevo reporte producido por Global NCAP y el Banco Interamericano de Desarrollo, que asegura que hasta 40 mil vidas humanas podrían salvarse en América Latina entre 2016 y 2030 si tan sólo cuatro países de la región [Argentina, Chile, México y Brasil] aplicaran la regulación de seguridad vehicular recomendada por la ONU.
Si eso ocurriera también podrían evitarse 400 mil casos de lesiones graves relacionadas con accidentes vehiculares.
Salvar esas vidas y evitar esas lesiones graves también generaría ahorros por 143 mil millones de dólares a los cuatro países referidos entre 2016 y 20130, de acuerdo con el reporte.
“Algunos países latinoamericanos han comenzado el proceso legislativo y ya están aplicando algunos estándares similares a los de la Unión Europea y de otras regiones industrializadas, pero sigue existiendo una brecha significante entre los estándares de seguridad vehicular en las regiones industrializadas y aquéllos aplicados en Latinoamérica”, dijo Dalve Soria Alves, especialista en el tema y Coordinador de Seguridad Vial en el BID.
“En particular, las pruebas de impacto lateral y frontal en concordancia con las Regulaciones 94 y 95 de la ONU deben ser exigidas y aplicadas para todos los autos nuevos que se venden por toda la región latinoamericana, tan pronto como sea posible”, agregó.