Los campesinos sostienen que su compañero, identificado como Quintino Cereceda Huiza, falleció presuntamente a causa de un impacto de bala en la cabeza por un disparo de la Policía, durante un enfrentamiento ocurrido el viernes entre los agentes antidisturbios y los campesinos.
Lima, Perú, 16 octubre (EFE).- El cadáver del campesino peruano fallecido el viernes en una protesta contra la mina Las Bambas, explotada por el consorcio australiano-chino MMG, yace a la intemperie sin que sea levantado dos días después de su muerte, informó el presidente de la Junta de Fiscales Superiores de la región Apurímac, Wilber Vega.
Vega aseguró al Canal N de televisión que los vecinos del fallecido piden la presencia en la zona de altos funcionarios con los que negociar sus reclamos a cambio de permitir el levantamiento del cuerpo para realizar la pertinente autopsia.
Indicó que al lugar de los hechos llegaron anoche dos fiscales y un médico legista de la provincia de Abancay tras un viaje de alrededor de 16 horas, pues los campesinos se negaron a que el fiscal de la provincia de Cotabambas realizara las diligencias, por haber estado junto a los policías que reprimieron la protesta.
El presidente de la Junta de Fiscales de Apurímac exhortó a los participantes en la protesta a permitir que se realicen las diligencias y prometió que las investigaciones se realizarán con objetividad.
Los campesinos sostienen que su compañero, identificado como Quintino Cereceda Huiza, falleció presuntamente a causa de un impacto de bala en la cabeza por un disparo de la Policía, durante un enfrentamiento ocurrido el viernes entre los agentes antidisturbios y los campesinos.
En el momento del enfrentamiento, que dejó al menos veinte agentes heridos, la Policía intentaba dispersar a los campesinos que bloqueaban una carretera que discurre entre sus caseríos y que es utilizada por la minera para transportar en camiones de gran tonelaje el mineral extraído.
Los agricultores consideran que ese tránsito perturba la vida y el medio ambiente de la zona, ya que el proyecto inicial contemplaba la construcción de un ducto de 206 kilómetros que transportaría el mineral hasta la provincia cusqueña de Espinar.
En total son 47 comunidades campesinas repartidas en un área de 35.000 hectáreas, contrarias al modelo de la explotación de Las Bambas.
Una protesta realizada en septiembre de 2015 ya dejó tres muertos y al menos quince heridos en enfrentamientos con la Policía.
Los manifestantes denunciaban entonces cambios sustanciales en el proyecto como la instalación de una planta de filtrados y otra de molibdeno, y la cancelación del ducto que transportaría los minerales.
Las Bambas, situada a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar, en la provincia de Cotabambas, de los Andes del sur de Perú, tiene reservas minerales de 6,9 millones de toneladas de cobre y 10,5 millones de toneladas de recursos minerales, con una expectativa de producir 2 millones de toneladas de cobre concentrado en 5 años, según MMG.