Los líderes de Brasil y de otros cuatro países que integran el BRICS estaban reunidos el domingo en una cumbre anual justo cuando su capacidad para moldear el diálogo global sobre política y economía está siendo cada vez más cuestionada.
Benaulim, India (AP).— Rusia, India, China, Sudáfrica y Brasil, cinco de las potencias de ascenso más veloz en el mundo, forman este grupo cuyas siglas provienen de las iniciales de los nombres de los países. Enfrentan la dura tarea de afirmar su creciente influencia como grupo poderoso, incluso mientras negocian sus propias rivalidades comerciales para fomentar el crecimiento de sus economías.
Los presidentes Xi Jinping, de China; Vladimir Putin, de Rusia; Michel Temer, de Brasil; y Jacob Zuma, de Sudáfrica, así como el primer ministro indio Narendra Modi se reunieron en un hotel de cinco estrellas en la villa Benaulim, en el estado de Goa, en el suroeste de la India.
El grupo representa casi la mitad de la población del planeta y una cuarta parte de su economía, con 16 mil 600 billones de dólares. Pero los miembros del BRICS están enfrentando una desaceleración económica y, políticamente, cada país miembro quiere que el otro apoye sus políticas: Rusia sobre Siria, China sobre el Mar de la China Meridional, y la India sobre su lucha contra el terrorismo.
El poder económico del grupo ha decaído en años recientes con la desaceleración.
En Rusia, el declive de los precios del crudo y de las materias primas a nivel mundial, así como las sanciones occidentales, han sido un golpe para la economía. La de China se ha desacelerado a su ritmo más lento en 25 años, aunque su índice de crecimiento de 7 por ciento todavía la sitúa entre las economías que crecen con mayor rapidez.
Sudáfrica sigue envuelta en una turbulencia económica severa y corre el riesgo de que su clasificación crediticia sea degradada a nivel basura para fin de año.
Brasil apenas está saliendo de la peor recesión económica que ha tenido desde la década de 1930, situación que empeoró por la reciente agitación política.
La India, aunque es el país de mayor crecimiento en el mundo con 7.5 por ciento al año, está luchando contra una pobreza generalizada y el desafío de los ataques a milicianos en Cachemira.
Cuando se sienten a hablar, los líderes tratarán de impulsar sus propias agendas.
China, en busca de expandir el acceso para sus productos, tiene mucho interés en que los miembros del BRICS adopten un tratado de libre comercio que abriría sus mercados aún más. Pero los otros integrantes del grupo, que ya están abrumados con importaciones chinas baratas y grandes déficits comerciales con Beijing, podrían rechazar cualquier propuesta de este tipo.
La India intentará conseguir apoyo para un comunicado redactado con dureza sobre el terrorismo mundial, derivado de sus preocupaciones sobre los milicianos que cruzan la frontera de Pakistán hacia la región de Cachemira bajo control indio.