Va para los hijos adoptivos de Juan Gabriel, que son evidencia viva de que una persona sí puede formar una familia exitosa sin importar su orientación sexual. Más que muchas familias tradicionales.

Cuando vi la foto de Peña Nieto y Trump en una conferencia de prensa conjunta, creí que era un meme; “eso es imposible”, me dije, “el que hizo ese meme perdió toda sutileza”. Cuando vi la misma foto en otro medio digital, sólo pensé “nos está traicionando”. Fue la misma sensación que alguna vez sentí cuando en una lucha sindical nuestro secretario general firmaba un acuerdo con el patrón a espaldas de la asamblea de trabajadores y retiraba el emplazamiento a huelga.

Me siento obligado a escribir algo sobre tan desagradable momento. No hacerlo sería complicidad por silencio, pero tampoco quiero decir sólo adjetivos, porque ya se los acabó. Me reduciré a plantear una hipótesis jurídica: ¿fue traición a la patria?

El Artículo Primero constitucional obliga a todas las autoridades a interpretar cualquier norma relacionada con los derechos humanos, y debe hacerlo de conformidad con la Constitución y con los estados internacionales vinculados al caso

El concepto de Estado mexicano implica tres grandes elementos: territorio, legislación y población.

Antes de invitar a Trump (independientemente de si se invitó a Hillary), el Presidente estaba obligado a decidir si esa invitación violaba los derechos humanos de los 11 millones de mexicanos que viven en Estados Unidos, en riesgo de ser expulsados de aquel país según las propuestas de este personaje.

Invitar al magnate a Los Pinos y permitirle que se tomara la fotografía con él en conferencia como si ya fuera Presidente de la nación del norte sí viola los derechos de los connacionales que aportan recursos al país mediante sus remesas.

Peña debió considerar si legalmente podía invitarlo, porque el Artículo 124 de la Constitución establece que “las facultades que no están expresamente concedidas por esta Constitución a los funcionarios federales […] se entienden reservadas a los Estados”.

Aunque se refiere a las relaciones internas, es una limitación general, “…los funcionarios federales sólo pueden actuar con facultades expresas y limitadas” y, buscando en las facultades expresas y limitadas del presidente de la República, alguien debió decirle que no hay discrecionalidad en materia de política exterior, pues el Artículo 89 de la Constitución lo limita a observar. «los siguientes principios normativos: la autodeterminación de los pueblos; la no intervención… la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales; la igualdad jurídica; el respeto, la protección y promoción de los derechos humanos».

Invitarlo a la residencia presidencial viola la autodeterminación de México ya que Trump plantea incautar las remesas de los nacionales, afectando la economía del país. Intervenir en el proceso electoral norteamericano viola el principio de no intervención. Al amenazar Trump a México con obligarlo a pagar su muro, ha roto el principio de igualdad entre países. Recibirlo viola los derechos de millones en Estados Unidos.

Ahora, como tipifica el Código Penal Federal en el Artículo 123, la traición a la patria la comete quien “realice actos contra la independencia, soberanía o integridad de la nación mexicana con la finalidad de someterla a persona, grupo o Gobierno extranjero”.

Además de Peña hay que agregar a todos los funcionarios que participaron en la invitación como copartícipes de traición a la patria, porque sabían que tal hecho fortalecería electoralmente al perverso personaje y a su grupo y por lo tanto conspiraron contra los mexicanos.

 

Quizá mi única noción de patria

sea esta urgencia de decir nosotros

quizá mi única noción de patria

sea este regreso al propio desconcierto.

Noción de Patria, Mario Benedetti

Gustavo De la Rosa

https://dev.sinembargo.mx/author/delarosa/

Es director del Despacho Obrero y Derechos Humanos desde 1974 y profesor investigador en educacion, de la UACJ en Ciudad Juárez.

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