México

Fue Videgaray. Unos dicen que Ruiz Massieu sí estaba enterada de la visita de Trump y otros, que no

02/09/2016 - 9:40 am

El diario Reforma y el periodista Carlos Loret de Mola señalan que el artífice de la visita de Donald Trump al país fue el Secretario de Hacienda Luis Videgaray, decisión que no fue bien vista al interior del gobierno y tampoco por la ciudadanía, activistas y a analistas y que lo ha sumido en otra crisis, pues el republicano no sólo refrendó desde Los Pinos su plan de construir un muro en la frontera México – Estados Unidos sino que su discurso antimexicano se intensificó.

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Ciudad de México, 2 de septiembre (SinEmbargo).– El Secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, fue el artífice de la escandalosa visita a México del candidato republicano a la Presidencia de EU, Donald Trump, de acuerdo con el diario Reforma y el periodista Carlos Loret de Mola.

La visita de Trump ha sido considerada un “error histórico” tanto en México como en el extranjero,.

«La operación de la visita de Trump fue del secretario de Hacienda, Luis Videgaray. Y se coordinó directamente con su jefe, el presidente Enrique Peña Nieto. De él fue la idea de hacerlo y de él fue la idea de hacerlo ya. Todo esto me lo relataron muchas fuentes muy bien informadas», dice el periodista en su columna publicada este día en el diario El Universal.

A su vez, el diario Reforma señala que «la decisión de invitar a Trump se tomó el miércoles de la semana pasada, luego de que el Presidente Enrique Peña Nieto sostuvo una reunión con el titular de Hacienda en Los Pinos, justo un par de días después de las revisiones de las calificadoras Standard & Poor’s y Moody’s».

Citando fuentes cercanas, el diario de circulación nacional dice que Videgaray mismo «fue el encargado de recibir a Trump en el hangar presidencial».

Y agrega que lo que motivó a Videgaray a traer a Trump a Los Pinos «era mandar una señal de estabilización de los mercados y calmar los temores que existen sobre los impactos en la economía mexicana de un eventual triunfo del candidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos».

El conductor de Televisa señala que la noticia sobre el magnate tomó por sorpresa a la canciller Claudia Ruiz Massieu, quien se encontraba en Estados Unidos, así como al Embajador de México en Estados Unidos, Carlos Sada, y al subsecretario de América del Norte, Paulo Carreño.

Y agrega, que «unas horas antes de hacerse oficial, tampoco lo sabía el vocero presidencial, Eduardo Sánchez, a pesar de que se trataba de un asunto que necesitaba sobre todo una estrategia de difusión que mitigara el rechazo popular.

«No lo sabía el gabinete. Al grado que cuando se les notificó, entre algunos hubo desconcierto y entre otros franca desaprobación. Esto explica los rostros de luto que exhibieron en la primera fila de la conferencia de prensa».

De esta versión discrepa Reforma, pues dice que la Caciller «fue consultada por el Presidente sobre el planteamiento y manifestó su desacuerdo; sin embargo, la decisión estaba tomada».

Loret de Mola señala que los resultados del encuentro tienen orgulloso al Gobierno federal:

«Presumen que el magnate ya no habló de deportar a 11 millones de personas, sino a 6, que ya no planteó congelar las remesas ni cancelar el TLC [Tratado de Libre Comercio de América del Norte], y que del muro ya supo oficialmente —se lo habría dicho el presidente Peña en privado— que México no lo pagará; y que ahora los dos candidatos gringos pelean por ver quién es más amigo de México».

En los hechos, no es así. De acuerdo con los asesores hispanos de Trump, el magnate regresó más rudo aún. Retomó el Arizona lo del muro y se puso más rudo con las deportaciones.

Además, de acuerdo con Reforma, Trump ha tenido un repunte de popularidad.

EL SALDO DE LA CONVOCATORIA Y LA VISITA

La visita de Trump al país generó una ola de criticas de ciudadanos, académicos, periodistas, artistas políticos ante la postura y calificativo contra los mexicanos que ha usado el  magnate como plataforma de su campaña. las criticas también vinieron de activistas en pro de los migrantes en Estados Unidos y de la prensa internacional.

Y no sólo en anuncio sino el saldo de la reunión, pues en conferencia de prensa desde Los Pinos, el republicano reiteró que sigue en pie su plan de construcción de un muro entre México y Estados Unidos y horas más tarde insistió que serán los mexicanos quienes pagarán la obra.

Ante ello, el Presidente mexicano ha emprendido un a campaña para dejar en claro que él dijo a Trump que nuestro país no pagará el muro, hasta el evento para tratar su IV Informe de labores usó. Hasta el momento no se sabe quién miente, pues el candidato estadounidense señaló que ese tema no fue tratado.

La reacción en México fue veloz. La perspectiva de que el presidente, Enrique Peña Nieto, sólo saliera perdiendo y de que el aspirante a la presidencia de Estados Unidos se viera reforzado parecía del todo previsible.

Verlo plasmado en televisión desencadenó una oleada de burlas contra Peña Nieto.

«Trump gana poco y peor aún, Peña Nieto pierde mucho», resumió Javier Urbano Reyes, profesor en el departamento de Estudios Internacionales en la Universidad Iberoamericana en Ciudad de México.

«Sin duda, el evento de Trump mi percepción es que va a hacer aún más grave, aún más fuerte la baja de aprobación» del presidente, señaló.

Peña Nieto dijo que los mexicanos se habían sentido agraviados y habían tenido diferencias con Trump, pero en ningún momento logró lo que más quería la población: exigir que Trump se disculpara.

Luego estaba el tema del muro. «Un impenetrable, físico, alto, poderoso, hermoso muro en la frontera sur», como dijo más tarde Trump en Phoenix.

De pie junto a Peña Nieto, el empresario reiteró su promesa de levantar un muro fronterizo, aunque dijo que el tema de quién lo pagaría se comentaría más adelante. Peña Nieto no dijo nada sobre el muro en ese momento.

Horas más tarde, Peña Nieto dijo en un tuit que había dicho de forma clara al comienzo de su encuentro privado con Trump que México no pagaría la obra. Su afirmación parecía contradecir las declaraciones del magnate sobre que no se había hablado del pago, pero la oficina del presidente sólo dijo que Peña Nieto ya había hablado sobre el tema y no lo retomó.

Sin embargo, en su discurso más tarde sobre política migratoria, Trump convirtió el muro en la pieza central de su propuesta. Se refirió a Peña Nieto como un «maravilloso, maravilloso presidente», pero reafirmó la promesa que no había repetido en México: «Aún no lo saben, pero van a pagar el muro».

Aunque Trump intentó tender puentes en Ciudad de México describiendo a los mexicano-estadounidenses como «espectaculares» e «increíbles», y afirmando que la inmigración irregular y la fuga de empleos de manufactura perjudican tanto a los mexicanos como a los estadounidenses, sus palabras no le ganaron muchos amigos al sur de la frontera.

Por su parte, Peña Nieto no pareció hacer gran cosa para protestar por las declaraciones anteriores de Trump sobre que México envía violadores y otros delincuentes a Estados Unidos.

«Ni siquiera adoptó una posición firme de verdad y habló directamente al señor Trump a la cara y le dijo exactamente por qué sus afirmaciones no son aceptables para los mexicanos», comentó Tony Payan, director del Mexico Center en el Instituto Baker de la Universidad Rice. «Sonó tibio y demasiado blando. Básicamente se tumbó panza arriba y dejo que el señor Trump consiguiera sus propios objetivos sin conseguir nada a cambio».

Payan teorizó que quizá Peña Nieto tenía pocas buenas noticias que compartir con sus compatriotas en su informe anual sobre el estado de la nación, previsto para el jueves, y buscaba una distracción con la «desacertada» reunión.

«Quizá Peña vio la oportunidad de distraer la atención del pueblo mexicano», comentó Payan. «Puede que lo consiguiera, pero llamó la atención sobre su propia disposición a alimentar el estrellato de Trump y eso no sentó bien en México».

Muchos mexicanos expresaron su decepción y descontento con el mero hecho de que se invitara a Trump. Después de todo, los mexicanos ya han fabricado —y golpeado hasta destrozar— piñatas de Trump. Crearon un videojuego en el que los jugadores pueden lanzar balones de fútbol, hojas de cactus y botellas de tequila a una caricatura del candidato republicano.

Pero cuando ese hombre llegó en persona a México, se le trató con delicadeza y se le ofreció una cálida bienvenida en la residencia presidencial.

El artista Arturo Meade acudió a una de las pequeñas protestas convocadas antes del encuentro con su hijo de dos años y medio, Mariano.

«Es un insulto y una traición», afirmó. «¿Qué puede aportarnos esta reunión, excepto surrealismo en todo su esplendor?».

-Con información de AP 

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